La dificultosa tarea de sacar a mi hijo de una quedada infantil con dignidad
En modalidad paternal, lo que funciona es decir que tienes el coche aparcado en doble fila, para entrar y salir r¨¢pido. Este recurso te funciona m¨¢s si traes un llavero en la mano, aunque no tengas coche. Pero hay m¨¢s opciones
Que levante la mano quien haya conseguido recoger a su hijo de una fiesta o una quedada infantil a la primera, sin llantos, ni protestas y sin olvidarse nada. Eso s¨ª que es misi¨®n imposible y no toda la saga de Tom Cruise corriendo por sitios.
Si tienes hijos peque?os, te aseguro que dentro de poco los podr¨¢s dejar tranquilamente en casa de un amigo y despu¨¦s irte con dignidad y sin excusas para aprovechar el tiempo, como si se tratase de una extraescolar. Y luego simplemente tienes que pasar a buscarlo a la hora acordada. El plan parece f¨¢cil: t¨² llegas hasta el portal de la casa donde tu hijo est¨¢ jugando, merendando o estudiando, llamas al timbre del piso a la primera, te contestan al momento y te dicen ¡°ahora baja¡±. T¨² les das las gracias por el interfono, se abre la puerta instant¨¢neamente, tu hijo feliz te abraza y todo el tr¨¢mite se resuelve en menos de un minuto. Bueno¡ Esa es la teor¨ªa.
En la realidad, t¨² vas a buscar al cr¨ªo y ya de entrada ves que no tienes la direcci¨®n completa de tu destino. Porque igual os hab¨¦is despedido en el portal al salir juntos del colegio o porque directamente a tu hijo lo ha llevado tu pareja o los padres del amigo. Como no te apetece hablar con nadie, para descubrir el piso exacto mandas un WhatsApp al padre o la madre anfitriona. No contestan. Entonces lo quieres intentar con la otra persona¡ pero descubres que no tienes su contacto. As¨ª que llamas al n¨²mero que s¨ª tienes y no te contestan.
Mientras tanto, del portal van entrando y saliendo vecinos que te miran con recelo. Alguno de ellos incluso te cerrar¨¢ la puerta muy r¨¢pido y muy fuerte en las narices para dejar claro que no conf¨ªa en ti. Al final, cuando ya dudes si colarte en la porter¨ªa para mirar los buzones, tu pareja te enviar¨¢ el n¨²mero exacto del piso. Cuando aprietes el bot¨®n del interfono, tardar¨¢n en contestar y no sabr¨¢s si es que has llamado demasiado sutilmente y no lo han o¨ªdo o es que pasan de ti y si vuelves a llamar quedar¨¢s como un borde.
Incluso te planteas que no te pueden abrir porque le ha pasado algo grave a alguno de los ni?os y le est¨¢n haciendo una traqueotom¨ªa de urgencia con un bol¨ªgrafo y un poco de celo.
Al final te contestan por el interfono y se crea el dilema de ¡°?subes o bajamos?¡±. De manera demasiado educada dir¨¢s que mejor que bajen para no molestar, pero entonces abrir¨¢n con el interfono y no sabr¨¢s si es para que esperes dentro del portal sin pasar fr¨ªo o para que subas. Esto te llevar¨¢ unos tres minutos de indecisi¨®n. Y cuando no oigas ning¨²n ruido en la escalera, interpretar¨¢s que te est¨¢n esperando en el piso.
Cuando subas, por supuesto, no estar¨¢ la puerta abierta ni tu cr¨ªo ya preparado con el abrigo y la mochila. Te soltar¨¢n un ¡°pasa-pasa¡± y quiz¨¢ te ofrecen tomar algo, pero lo m¨¢s normal es que os est¨¦is de pie media hora en el recibidor estrecho, hablando de tonter¨ªas, mientras los ni?os siguen correteando salvajes, como si t¨² no estuvieras.
Aqu¨ª es importante no ir al lavabo ni aceptar la invitaci¨®n de beber o picar nada. Porque si avanzas m¨¢s de tres pasos hacia el interior de la casa, est¨¢s firmando un pacto t¨¢cito de que la fiesta o quedada va a durar una hora m¨¢s. Por supuesto, los ni?os no querr¨¢n separarse y protestar¨¢n contra los adultos, de manera individual o coordinada. Tras las primeras peticiones de ¡°tenemos que irnos¡± con sonrisas y amabilidad, tendr¨¦is que poneros serios para que os hagan caso y acelerar el proceso de salida. Lo que hab¨ªa sido una jornada agradable y provechosa se desvanece entre llantos, reproches y castigos.
Que en vez de subir t¨² te bajen a la criatura a la calle tampoco es ninguna maravilla. Pasar¨¢ lo mismo, pero en la calle y con m¨¢s testigos. Y adem¨¢s, tendr¨¢s que esperarte un buen rato mientras bajan. Y seguramente cuando hay¨¢is recorrido dos manzanas, ver¨¢s que se han olvidado de bajarte la mochila de tu cr¨ªo o alguna cosa igual de esencial. Si vuelves a recogerlo, se repetir¨¢ el circo, y si conf¨ªas en que ya lo traer¨¢n otro d¨ªa¡ seguramente te tocar¨¢ reclamarlo varias veces. Y la opci¨®n ¡°nos vemos a medio camino¡± incluye todo esto, con el a?adido de que igual os cruz¨¢is sin veros y toca rehacer la caminata.
?Y pensabas que era f¨¢cil?
En los thrillers sobre agencias de espionaje, siempre hay un equipo de extracci¨®n profesional que se ocupa de sacar a la gente de situaciones complicadas. En modalidad paternal, lo que funciona es decir que tienes el coche aparcado en doble fila, para entrar y salir. R¨¢pido y f¨¢cil. Esta excusa te funciona m¨¢s si traes un llavero en la mano, aunque no tengas coche.
Otro truco ¨²til es llegar mucho m¨¢s tarde de la hora de recogida pactada, para que se hayan ido yendo todos los otros y sea la propia familia anfitriona la que te ayude a desalojar r¨¢pido porque sois los ¨²ltimos y quieren seguir con su vida.
Y si no, lo m¨¢s pr¨¢ctico es invitar a que vengan a jugar a tu casa. Pasar¨¢n las mismas cosas en el mismo orden, pero al menos la direcci¨®n ya te la sabes.
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