Limpiar Interior

En democracia, la mayor¨ªa de los ministros del Interior suelen acabar su mandato con la reputaci¨®n bien alta y con aspiraciones de ascenso en el escalaf¨®n pol¨ªtico. Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Mariano Rajoy son dos ejemplos en Espa?a y Manuel Valls, en Francia. Sin embargo, el todav¨ªa ministro en funciones, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, abandonar¨¢ el cargo (cuando haya nuevo Gobierno) con una imagen nefasta y bien ganada, entre otras cosas por la utilizaci¨®n de los cuerpos de la Seguridad del Estado con intereses partidistas y por su ineficacia en el control de los polic¨ªas. La utilizaci¨®n de la ¡°polic¨ªa patri¨®tica¡± en la lucha contra el independentismo y su incapacidad para enfrentarse a la existencia de las cloacas del Estado formar¨¢n parte de su legado.

Si Mariano Rajoy logra formar Gobierno deber¨¢ esmerarse con el nombramiento del nuevo responsable de Interior. Dando por hecho que Fern¨¢ndez D¨ªaz solo sigue al frente de la cartera en funciones porque el presidente no se pod¨ªa permitir otra salida tras la de Jos¨¦ Manuel Soria en Industria, se sobreentiende que el nuevo Ejecutivo contar¨¢ con una cara nueva al frente de este ministerio. Y el nombramiento es lo suficientemente importante como para no equivocarse.

El nuevo ministro o ministra deber¨¢ sanear urgentemente la estructura del departamento y dar la vuelta a gran parte de las decisiones (por acci¨®n u omisi¨®n) tomadas por Fern¨¢ndez D¨ªaz. El ¨²ltimo espect¨¢culo, la filtraci¨®n de una conversaci¨®n entre el ministro y el jefe de la Oficina Antifraude de Catalu?a (grabada en su propio despacho) en la que se demostraba la existencia de una ¡°polic¨ªa patri¨®tica¡± en Catalu?a, no solo incapacita al actual titular a seguir al frente, sino que obliga a levantar las alfombras y limpiar a fondo la estructura policial.

Los cuerpos y fuerzas de la Seguridad del Estado han realizado una labor important¨ªsima en Espa?a en la lucha contra el terrorismo y la delincuencia. Las encuestas sit¨²an a la Polic¨ªa Nacional y a la Guardia Civil entre las instituciones m¨¢s valoradas del pa¨ªs y no se merecen que la p¨¦sima gesti¨®n de un ministro y la existencia de un clan policial que campa a sus anchas castigue su reputaci¨®n.

En el centro de buena parte de esos esc¨¢ndalos se encuentra un oscuro comisario de polic¨ªa, Jos¨¦ Manuel Villarejo, a quien el ministro y algunos l¨ªderes del PP siguen defendiendo como si le tuvieran miedo. Es incomprensible que Fern¨¢ndez D¨ªaz le haya permitido compaginar sus millonarios negocios privados (algunos relacionados con la seguridad) con su funci¨®n policial, o que el ministerio y la propia Fiscal¨ªa sigan dificultando las investigaciones que pesan sobre ¨¦l. ?Qu¨¦ sabe Villarejo del ministro o de algunos pol¨ªticos populares para que siga haciendo y deshaciendo a su antojo, apoyado por su cohorte de periodistas y editores?

Si el presidente del Gobierno tiene la intenci¨®n real de emprender un periodo de regeneraci¨®n democr¨¢tica, deber¨ªa entrar a fondo en el Ministerio del Interior y exigir responsabilidades, no solo pol¨ªticas, por la gesti¨®n realizada por Fern¨¢ndez D¨ªaz desde 2012. Y, para eso, es imprescindible un nuevo ministro con peso pol¨ªtico y coraje para afrontar el reto.