Reequilibrio de poderes
Los retos del sistema pol¨ªtico son acomodar la entrada de nuevas voces en la toma de decisiones y conjugarlas con la gobernabilidad del pa¨ªs
Tras las elecciones han desaparecido las certezas respecto a las consecuencias de las elecciones, salvo una: en el medio plazo, parece improbable que nadie llegue a La Moncloa con mayor¨ªa absoluta. Dos nuevas plataformas han entrado en escena. Debido a su reciente configuraci¨®n, ambas padecen cierta escasez de funcionarios o pol¨ªticos con experiencia. Uno de ellos, adem¨¢s, tiene un discurso marcadamente antiestablishment, lo que le lleva a tomas de posici¨®n de un car¨¢cter simb¨®lico fuerte, con una l¨®gica hostil a los pactos. Esta estrategia de diferenciaci¨®n ha provocado una respuesta por parte del resto de contendientes de cord¨®n sanitario similar a la que otras fuerzas pol¨ªticas europeas han adoptado con frentes de izquierda o de derecha. Por el momento, el cambio en el sistema de partidos ha resultado en par¨¢lisis.?
Esta situaci¨®n tiene riesgos evidentes. La exclusi¨®n de una formaci¨®n con el apoyo de Podemos equivale a dejar fuera a una parte sustancial del electorado, algo que encaja mal con el deseo de cambio de la ciudadan¨ªa. Por otro lado, los presupuestos no pueden prorrogarse indefinidamente, la actividad legislativa deber¨¢ ser retomada, y es dif¨ªcil avistar la ansiada renovaci¨®n sin un nuevo Gobierno con legitimidad democr¨¢tica. As¨ª, los dos grandes retos a los que se enfrenta el sistema pol¨ªtico espa?ol son acomodar la entrada de nuevas voces en la toma de decisiones, y conjugarlas con la gobernabilidad del pa¨ªs.
?C¨®mo afrontarlos? Durante los ¨²ltimos a?os se ha dedicado bastante tiempo a hablar del dise?o del sistema electoral. Sin embargo, es mucho menos lo discutido sobre las instituciones legislativas y su papel en la democracia. Hist¨®ricamente, estas han jugado un rol menor en el proceso de elaboraci¨®n de pol¨ªticas en Espa?a. La abundancia de mayor¨ªas estables ha hecho que el Ejecutivo domine, relegando al Congreso a aprobar decisiones que ven¨ªan tomadas del Consejo de Ministros.
La actividad del Ejecutivo deber¨ªa estar sometida a mayores obligaciones de informaci¨®n y transparencia en relaci¨®n con el legislativo
Dar m¨¢s peso a las instituciones legislativas ayudar¨ªa a mejorar el funcionamiento democr¨¢tico en un escenario multipartidista. La de nombrar un Gobierno es lo que en Ciencia Pol¨ªtica se llama una decisi¨®n de delegaci¨®n. El "delegante¡± que decide delegar es, sin embargo, reacio a hacerlo si tiene razones para esperar que el ¡°delegatario" va a desviarse de su mandato: una vez el Gobierno haya sido nombrado, controlar su acci¨®n o desalojarlo ser¨¢ singularmente dif¨ªcil. Sin embargo, si existen mecanismos efectivos de control, el Gobierno y los partidos del Parlamento s¨ª podr¨¢n llegar a pactos que el primero deber¨¢ respetar.
Hay dos frentes para aumentar la capacidad de control del Congreso: mejorar el procedimiento y aumentar los recursos. En primer lugar, la actividad del Ejecutivo deber¨ªa estar sometida a mayores obligaciones de informaci¨®n y transparencia en relaci¨®n con el legislativo. Por ejemplo, un mayor n¨²mero de comisiones permanentes, con m¨¢s diputados y poder de supervisi¨®n, o una restricci¨®n del poder del Gobierno para marcar la agenda parlamentaria. Medios y votantes deber¨ªamos, por nuestra parte, prestar una atenci¨®n m¨¢s detallada al proceso legislativo, de acuerdo con su nuevo rol preeminente.
Por el lado de los recursos, escribir leyes es una tarea con fuerte car¨¢cter t¨¦cnico. Mientras que el Gobierno cuenta con ministerios enteros para redactarlas, el Congreso solo puede enmendarlas con la ayuda de un pu?ado de asesores. Mejorar los recursos del Parlamento ser¨ªa una medida positiva, como sugiri¨® V¨ªctor Lapuente. Pero se puede ir m¨¢s all¨¢. Instituciones independientes como el Tribunal de Cuentas o la Autoridad Fiscal, convenientemente reformadas, podr¨ªan jugar un papel de apoyo necesario a la hora de redactar y evaluar propuestas a negociar con el Ejecutivo. Adem¨¢s, aumentar el n¨²mero de comisiones parlamentarias permitir¨ªa una mayor correspondencia entre los cuadros de la Administraci¨®n encargados y los diputados asignados al mismo, facilitando la especializaci¨®n de los diputados en materias concretas.
Sin duda, estas medidas son menos espectaculares que una reforma electoral. Pero al no tener ganadores y perdedores claros, son m¨¢s factibles. Prometen contribuir a desbloquear la situaci¨®n del pa¨ªs en el medio plazo: los nuevos partidos tendr¨ªan m¨¢s f¨¢cil participar en la toma de decisiones, posibilitando acuerdos, y forz¨¢ndoles a invertir en el desarrollo de cuadros intermedios. Empezar¨¢n as¨ª a usar el Congreso no como lugar para la toma de postura, sino para influir en la elaboraci¨®n de posturas.
Los espa?oles nos hemos pronunciado a favor de un coro de voces pol¨ªticas m¨¢s plural, un desarrollo normal en una sociedad compleja. Sin embargo, para que este estas voces suenen de forma arm¨®nica, es necesario afinar nuestras instituciones.
Luis Abenza es investigador doctoral en la Universidad de Duke.
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