La nueva revoluci¨®n

Lo confieso, compro en Amazon y otras tiendas online, es algo que poco a poco se ha instaurado en mis costumbres diarias. A pesar de mi desaz¨®n sigo comprando por Internet. ?Estar¨¦ contribuyendo a la destrucci¨®n del peque?o comercio? ?Estar¨¦ comprando a una empresa que no contribuye con sus impuestos en mi pa¨ªs? ?Llegaremos todos a ser m¨¢s pobres y unas cuantas corporaciones se har¨¢n con los bienes mundiales? ?Pero qu¨¦ hacer? ?D¨®nde encontrar ese libro casi agotado por las librer¨ªas que visito, pero que sigue ah¨ª, en mi lista de deseos, esper¨¢ndome a un solo clic, mucho m¨¢s barato? ?C¨®mo resistirme a comprar ese m¨®vil que estoy buscando a un precio sin competencia? ?D¨®nde encontrar la v¨¢lvula de esa olla superr¨¢pida de marca alemana, si vivo en un pueblo de la Andaluc¨ªa interior y para comprarla en una tienda f¨ªsica necesito recorrer 30 kil¨®metros sin garant¨ªas de encontrarla? No tiene competencia. Esto es una nueva revoluci¨®n. La misma que constataron los arrieros que se trasladaban con sus recuas de caballer¨ªas y eran adelantados por un cami¨®n de carga. No hay vuelta atr¨¢s. Solo espero que los Gobiernos se pongan de acuerdo a escala europea y mundial, establezcan la unidad fiscal y cobren los impuestos pertinentes para luchar por el Estado social.¡ª Salvador Valle Rodr¨ªguez.Puerto Real (C¨¢diz).

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