El futuro de Dani
CUANDO SE levant¨®, todav¨ªa no eran las siete, pero su abuela ya estaba en la cocina, delante de un taz¨®n de caf¨¦ con leche.
¨C?Y t¨² qu¨¦ haces aqu¨ª a estas horas? ?Te has ca¨ªdo de la cama?
¨CNo, qu¨¦ va. Es que no he podido dormir.
¨C?Otra vez?
Ellos sab¨ªan que las cosas no eran como se las hab¨ªan contado. T¨² no abras la boca, le hab¨ªa dicho su padre al llegar, hablando como los abogados de las pel¨ªculas, t¨² d¨¦jame a m¨ª. ?l ten¨ªa tanto miedo que ni siquiera fue capaz de levantar la vista del suelo mientras le escuchaba. Pues nada, es que Dani no est¨¢ pasando por un buen momento, ?sab¨¦is? Se meti¨® en una pelea por una chica, cosas de cr¨ªos, pero hubo un herido y¡ Le vendr¨¢ bien estar con vosotros, aqu¨ª, en el pueblo, una temporada. ?Y los ex¨¢menes? Su abuelo conoc¨ªa muy bien a su hijo, demasiado como para aceptar sin m¨¢s que les llevara a su nieto al pueblo a primeros de junio, despu¨¦s de haber repetido ya segundo de bachiller. Los ex¨¢menes ahora son lo de menos, pap¨¢, lo que importa es que Dani se recupere, que vuelva a estar bien¡
No se creyeron ni una palabra pero le acogieron con los brazos abiertos, como si volviera a tener 11 a?os y fuera a pasar el mes de julio con ellos por su propia voluntad, mientras sus padres se quedaban trabajando. Despu¨¦s de la noche del crimen, mientras vagaba por Madrid sin saber ad¨®nde ir, habr¨ªa jurado que aquellos veranos nunca hab¨ªan sucedido, tan lejos estaban ya, tan lejos se sent¨ªa ¨¦l de aquel cr¨ªo que sab¨ªa ser feliz con cualquier cosa. Cuando encendi¨® el m¨®vil para mandarle un mensaje a su madre dici¨¦ndole que no se preocupara, que estaba bien pero no pod¨ªa volver a casa, lo ¨²ltimo que habr¨ªa cre¨ªdo era que volver¨ªa a aquel dormitorio del desv¨¢n, la cama con barrotes dorados, el techo abuhardillado bajo el que se hab¨ªa sentido tantas noches el capit¨¢n de un barco pirata. El miedo, la culpa y todo lo que llevaba en el cuerpo le hab¨ªan mantenido despierto durante dos d¨ªas. Luego, de madrugada, fue andando hasta El Retiro, esper¨® a que abrieran el parque, tir¨® la navaja en el estanque, busc¨® un lugar discreto, bajo las frondosas copas de dos sauces, y se tumb¨® en la hierba. Durmi¨® mucho tiempo, porque cuando despert¨®, ya se hab¨ªa puesto el sol. Volvi¨® a encender el m¨®vil y lo encontr¨® atascado de mensajes de sus padres, los de ella angustiados, los de ¨¦l, tranquilizadores. Lo m¨¢s importante ahora es tu futuro, hijo. No te preocupes, porque lo vamos a arreglar.
¨C?T¨² har¨ªas algo por m¨ª, abuela?
¨CClaro que s¨ª ¨Cse levant¨® de la silla, se acerc¨® a ¨¦l, le cubri¨® la cabeza de besos¨C. Lo que sea.
Aquella ma?ana, Dani desayun¨® un huevo frito con beicon, como cuando el abuelo lo llevaba a pescar, tantos a?os antes. Luego se duch¨®, se visti¨®, se pein¨® y no pens¨® m¨¢s. Llevaba casi dos meses pensando y su cabeza no admit¨ªa una sola idea m¨¢s.
Sab¨ªa que su padre no se lo perdonar¨ªa, pero su padre no ten¨ªa ni idea de lo que hab¨ªa vivido, antes y despu¨¦s de matar a Jonathan. Sab¨ªa que tampoco se lo perdonar¨ªa a sus propios padres, aunque ellos no le hubieran presionado, aunque de hecho ni siquiera le hubieran preguntado nada. El segundo d¨ªa que pas¨® en el pueblo, estaba tan hist¨¦rico por no haberse metido nada en 72 horas que insult¨® a su abuelo, le dio un empuj¨®n y recibi¨® a cambio una bofetada que le tir¨® al suelo. Aquella noche durmi¨® cuatro horas seguidas. Al d¨ªa siguiente, hosco y tembloroso, asustado y aburrido como estaba, empez¨® a verse con los ojos de su abuela. Y no le gust¨® lo que ve¨ªa. Durante tres semanas, los brotes de furia se alternaron con los ataques de llanto, pero la ansiedad no cedi¨® ni a unos ni a otros. Luego, su car¨¢cter se fue estabilizando poco a poco, pero el sue?o no regres¨®.
No tienen nada contra ti, le dec¨ªa su padre por tel¨¦fono todos los d¨ªas, declaraciones de drogados, tu novia no ha hablado, se ha ingresado en un centro, es una toxic¨®mana, igual que ellos, t¨² aguanta, Dani, aguanta, lo importante es tu futuro, hijo, tu futuro¡
¨C?Qu¨¦? ¨Cel cabo de la Guardia Civil se ech¨® a re¨ªr al verle entrar en el cuartelillo¨C. Tu abuelo, que se ha rajado de la excursi¨®n de ma?ana, ?no?
¨CNo, se?or ¨Cla voz de Dani no vacil¨®¨C. He venido a entregarme.
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