El virus de lo viral

A veces me pregunto si la tecnolog¨ªa en vez de s¨ªntoma de evoluci¨®n es de involuci¨®n. No, no soy una hipster de lo bohemio. Con 21 a?os soy de la generaci¨®n millennial, de esos que dicen que hemos nacido con Internet debajo del brazo y que estamos llamados a ser testigos de la mayor etapa de cambios virtuales y tecnol¨®gicos jam¨¢s registrada. Y en esta cresta de lo moderno, donde muchos de los avances de las pel¨ªculas de la ficci¨®n de los a?os ochenta ya son una realidad, no puedo m¨¢s que confesarme como una nost¨¢lgica de una sociedad que no est¨¦ imbuida en una pantalla¡­ De parques llenos de ni?os en busca de un columpio libre y no de Pok¨¦mon. De reuniones de ni?as en torno a sus mu?ecas y no a Periscope. De adolescentes que no abran su vida ni vendan sus intimidades a golpe de like al mejor postor. De familias que se sigan reuniendo en torno a un carrete de fotos para charlar de sus vacaciones¡­

Hablan de brecha digital; yo prefiero llamarlo brocha digital, pues nunca el lienzo de la sociedad hab¨ªa tenido tantas capas de la pintura hedionda del postureo.¡ª Mar¨ªa del Carmen Mart¨ªn Palacios. Madrid.