Exasperante bloqueo
Comienzan las consultas con el Rey sin que se vislumbre una salida al problema de la investidura
La ronda de consultas del Rey con los partidos pol¨ªticos, que se abre hoy, tiene lugar en un clima de completa incertidumbre. Transcurrido un mes desde la celebraci¨®n de las elecciones, resulta alarmante que Mariano Rajoy ni haya designado una comisi¨®n negociadora ni haya logrado sentar a una mesa de negociaci¨®n a ning¨²n otro dirigente pol¨ªtico, sobre todo Albert Rivera.
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Esto sucede a pesar de la reciente experiencia de la legislatura fallida, en la que presenciamos una doble renuncia de Mariano Rajoy a ser candidato, la autoproclamaci¨®n de Pablo Iglesias para un Gobierno de coalici¨®n con el PSOE sin ni siquiera hablarlo con esta fuerza pol¨ªtica y un intento de investidura de Pedro S¨¢nchez sin apoyos suficientes para conseguirlo. Las c¨²pulas pol¨ªticas deber¨ªan haber aprendido de aquella sucesi¨®n de errores y de sus consecuencias, pero demuestran justo lo contrario y parecen incluso empe?adas en repetirlos.
Rajoy, que ¡ªal representar a la fuerza con m¨¢s esca?os¡ª concentra la mayor responsabilidad sobre este vodevil indigno de una democracia avanzada en el que se est¨¢ convirtiendo la investidura, no puede perder m¨¢s tiempo. Tiene que despejar la inc¨®gnita de si ¨¦l representa la soluci¨®n o el problema de la gobernabilidad, y hacerlo cuanto antes.
Por su parte, tanto Ciudadanos como el PSOE tienen que ajustar cuidadosamente sus respectivas posturas al hecho de que no disponen de una alternativa viable a la candidatura de Rajoy. Cuanto antes lo reconozcan p¨²blicamente mejor evitar¨¢n las acusaciones de irresponsabilidad y ausencia de sentido de Estado que sobrevuela sobre la dirigencia pol¨ªtica.
M¨¢s all¨¢ de las cuentas que cada l¨ªder tenga que rendir ante el electorado, nos preocupa sobremanera que los estrechos c¨¢lculos partidistas de cada uno vuelvan a situar al Rey, otra vez, ante el fracaso de la primera ronda de contactos. Presentarse en La Zarzuela sin los deberes hechos o pretender que el jefe del Estado les saque las casta?as del fuego con presiones que est¨¢n fuera de lugar supone trasladar a Felipe VI una responsabilidad que no es suya. Como en otras monarqu¨ªas parlamentarias, el papel del Rey consiste en refrendar los actos pol¨ªticos de las instituciones y personas que constitucionalmente tienen el poder de tomar decisiones, no en suplir la inoperancia de una clase pol¨ªtica falta de miras, una clase pol¨ªtica a la que no parece importarle el da?o que har¨ªa condenando a la Corona a reconocer el fracaso de su ronda de consultas.
Precisamente porque en la Constituci¨®n no est¨¢n fijados los plazos ni la forma de proveer el poder ejecutivo cuando no existe una mayor¨ªa en el Congreso de los Diputados con la suficiente claridad, les toca a los dirigentes pol¨ªticos tomar decisiones que impidan el bloqueo. Pero lo que observamos es m¨¢s bien el deseo de escudarse en esas lagunas legales para comprar un tiempo que ni el pa¨ªs tiene ni los espa?oles pueden permitirse.
Es vital despejar el terreno de minas pol¨ªticas y estabilizarlo. A los dirigentes les corresponde hablar y transar, discreta y p¨²blicamente, puesto que suya es la obligaci¨®n de resolver la situaci¨®n.
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