Memoria
Hemos pasado de un recuerdo opresivo de la Guerra Civil a uno informal y muy enrollado
El verano es una estaci¨®n muy propia para ejercitar la memoria, sobre todo la hist¨®rica, que no pretende (aunque muchas veces lo pretenda) escribir la historia, sino que se conforma (aunque muchas veces no se conforme) con revivir los recuerdos de las personas y dar un tratamiento digno a sus restos.
Hab¨ªa en Espa?a un acuerdo t¨¢cito que nunca funcion¨® de modo que cada uno le diera a sus muertos el tratamiento que cre¨ªa que merec¨ªan. No se respet¨®. Los curas que hab¨ªan mandado enterrar a los rojos a la puerta del cementerio, para que los pisotearan los que entraban y sal¨ªan, no quisieron sumarse a ese acuerdo de respeto. Y as¨ª muchas corporaciones enredadas en asesinatos.
Pero han pasado ya 80 ochenta a?os, y yo no conozco a casi nadie que siga rasg¨¢ndose las vestiduras por el abuelo asesinado, salvo el expresidente Zapatero, que llora al suyo que no conoci¨® y pone en solfa al que le tuvo en sus rodillas.
Ahora, en M¨¢laga, se ha batido un nuevo r¨¦cord de insensibilidad y estupidez humanas, menos permisibles cuando afectan a lo p¨²blico. Resulta que en el cementerio de la ciudad se ha abierto un espacio para que los perros meen y hagan todo tipo de deposiciones en libertad. Que yo sepa, no tengo ning¨²n abuelo depositado abajo, donde hay una gran fosa com¨²n de republicanos fusilados por el fiscal Arias Navarro y otros cuantos salvajes.
Pero no tener all¨ª ning¨²n pariente no me evita sublevarme con la genial idea, que ha sido afortunadamente retirada a tiempo. Pero lo desgraciado es que alguien tuvo esa idea y que, probablemente, pens¨® que haciendo eso se desdramatizaba la memoria de la Guerra Civil, a la cual un d¨ªa de estos va a proponer alg¨²n nacionalista que le llamemos ¡°el conflicto civil espa?ol¡±.
As¨ª que hemos pasado de una memoria opresiva e insoportable, que tend¨ªa a ocuparlo todo, a una memoria suelta, informal, muy enrollada, una memoria que da gusto evocarla, porque no enfada a nadie.
El autor, o autora, vaya usted a saber, de la idea, quiz¨¢s haya dado con una estupenda herramienta para destensar las relaciones en Espa?a, que consiste en delegar en los perritos eso tan espa?ol de cagarse en los muertos del otro.
As¨ª que no debemos de tomarnos como una derrota la gran idea del mun¨ªcipe. Todas las iniciativas grandes han tenido principios semejantes de incomprensi¨®n. Yo, humildemente retiro mi propuesta de volar el Valle de los Ca¨ªdos, para esperar una iniciativa m¨¢s imaginativa que venga de la alcald¨ªa malague?a.
Lo mismo les hace gracia a los parientes de los muertos.
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