Falsa seguridad

Las pruebas de stress practicadas a los bancos europeos para medir su resistencia ante una eventual crisis apenas han aportado informaci¨®n relevante sobre la situaci¨®n actual de la banca, quiz¨¢ porque las comprobaciones realizadas por la Autoridad Bancaria Europea se limitaban a medir la vulnerabilidad financiera y s¨®lo se han analizado 51 bancos. Las pruebas han confirmado que la capitalizaci¨®n de la banca europea es suficiente ¡ªsalvo los casos del Monte dei Paschi de Siena, parte principal del problema de la crisis bancaria italiana, y el Allied Irish¡ª y que los bancos espa?oles cumpl¨ªan sobradamente con los requisitos de capital.

Pero los complacientes resultados no deben llamar a enga?o. Las pruebas de stress practicadas por la Autoridad Bancaria carecen de credibilidad; los precedentes (se practicaron tests en 2011, 2012 y 2014) no detectaron las dificultades reales del sistema financiero que estaban ya presentes en el momento de realizarse. La fe inicial en este tipo de an¨¢lisis provoc¨® una ilusi¨®n de seguridad que explica parcialmente que una parte de la crisis bancaria se cerrara en falso, con las consecuencias que todav¨ªa se aprecian.

Para detectar los riesgos de morosidad, que son los que acechan tras la inquietud por el capital, no es suficiente con hacer tests desde fuera, centrando la atenci¨®n en los ratios de capital. La morosidad se oculta generalmente en los balances de activos sanos, y aflora cuando el volumen es imposible de ocultar. Por esa raz¨®n la banca italiana acumula 360.000 millones en activos deteriorados, de los cuales unos 87.000 millones son efectivamente fallidos. Para despejar las dudas sobre la solvencia de la banca (europea y espa?ola) se impone un examen detallado de todos los activos; pero este modo de inspecci¨®n es el que descartan las autoridades europeas para no enfrentarse con los Gobiernos nacionales.

Alemania no acepta que se examine, con auditor¨ªas externas o, de forma m¨¢s eficaz aun, con inspectores operando dentro de las propias entidades, la solvencia de los activos de todos los bancos alemanes. Ese mismo numantinismo defienden otros Gobiernos de la eurozona. De ah¨ª que la supervisi¨®n y la inspecci¨®n, que durante d¨¦cadas frenaron las sorpresas bancarias, se hayan sustituido por una comprobaci¨®n gen¨¦rica (e in¨²til) de la capitalizaci¨®n.

Por otra parte, deber¨ªa estar claro ya que el problema principal de la banca europea no es de capital, aunque nunca est¨¦ de m¨¢s comprobarlo. En el caso de Espa?a, el peor puntuado est¨¢ por encima del aprobado. Si la Autoridad Bancaria Europea quiere medir las dificultades reales de los bancos a corto y medio plazo deber¨ªa atender m¨¢s a su rentabilidad. La pol¨ªtica monetaria del BCE y un continuado agotamiento de los modelos de negocio presionan sus m¨¢rgenes a la baja. Apenas ganan dinero y es probable que el entorno de tipos de inter¨¦s negativos se prolongue durante mucho tiempo. Si atendemos a las predicciones del mercado, puede durar hasta m¨¢s all¨¢ de 2020.