La integraci¨®n es una necesidad
Ni?a detr¨¢s de una ventana/ Gabriel Tiz¨®n
Voy a ser sincero. Llevo 16 a?os en Espa?a y por primera vez en toda mi vida tengo miedo. Miedo por m¨ª y por mi familia, por nuestro bienestar. El ambiente que se respira en el mundo apesta a pol¨ªtica inhumana. No existen terroristas sin armas y no existen armas sin empresas armament¨ªsticas. Creo que deber¨ªamos de mover cuerdas, hacer temblar calles y exigir acciones para que las armas no sean tratadas como juguetes. Estamos hablando de herramientas para quitar vidas, para extinguir nuestra especie. Hay que poner l¨ªmites a las empresas, y m¨¢s si negocian con la vida y muerte de las personas.
He perdido la cuenta de cu¨¢ntos atentados ha habido en Europa. Lo que s¨ª s¨¦ es que las noticias se han convertido en cuenta-cuentos de terror; diariamente nos cuentan un nuevo atentado. En las noticias nos dicen que los atentados son de origen isl¨¢mico y que los criminales son inmigrantes o refugiados. Esto lleva a la gente a odiar a los inmigrantes, a los refugiados, a los musulmanes... a las personas.
Las noticias no cuentan que la mayor¨ªa de esas personas ha vivido casi toda su vida en esos pa¨ªses, que para ellos es su hogar. No cuentan que esas personas son rechazadas, etiquetadas y estigmatizadas. No cuentan que nuestras pol¨ªticas de integraci¨®n son un fiasco; incluso en algunos pa¨ªses, como Espa?a, ni tan siquiera existen pol¨ªticas de integraci¨®n. ?C¨®mo vamos a integrar si no vemos al otro como igual a nosotros? ?C¨®mo vamos a integrar si solo valoramos lo nuestro? ?C¨®mo vamos a integrar si no respetamos la inmigraci¨®n pero s¨ª la emigraci¨®n? ?C¨®mo vamos a integrar si no vemos la integraci¨®n como algo necesario? ?C¨®mo?
No estoy diciendo que la gente que no se integre vaya a convertirse en terroristas¡ Eso ya te lo dir¨¢n los medios de comunicaci¨®n. Te estoy diciendo que si no integramos, excluimos. Si excluimos, habr¨¢ gente vulnerable. Esta gente vulnerable puede ser propensa a sufrir enfermedades, manipulaciones o ataques. La mayor¨ªa de personas que llamamos terroristas un d¨ªa fueron personas, y de ese d¨ªa hasta el d¨ªa en que perdieron la cabeza seguro que han pasado muchas cosas, cosas en las que los pol¨ªticos y nosotros mismos tenemos que ver.
Del ¨²ltimo ataque terrorista se dice que su autor ha sido un refugiado al que le negaron el derecho de asilo. No justifico su acci¨®n porque matar nunca es justificable. Tampoco voy a culparle de todo; ¨¦l es el culpable pero nuestra pol¨ªtica de asilo tiene mucha responsabilidad. ?C¨®mo se puede denegar el derecho de la vida a una persona? ?C¨®mo se puede no dar el derecho de asilo a una persona que huye de la muerte, de la guerra? ?C¨®mo?
En mi humilde opini¨®n creo que el odio engendra odio, y las guerras engendran otras guerras. Y si atacamos seremos atacados. Si vendemos armas acabaremos sufri¨¦ndolas. Vivimos en un mundo globalizado, cosa que a veces parecemos olvidar, lo que pasa en China afecta a Inglaterra y lo que pasa en Siria afecta a Francia. La soluci¨®n no es quitar las malas hierbas que tengamos en nuestras tierras; la soluci¨®n es dar ejemplo. Es acabar con el odio, el miedo y las guerras. Tenemos que aprender de Suiza y convertirnos en pa¨ªses neutrales. La neutralidad es contraria al protagonismo. Los pa¨ªses occidentales lo buscan, quieren auto repartirse y colgarse banderas y medallitas de protectores, salvadores y democratizadores. Y la mayor¨ªa de las veces acaban cumpliendo el rol opuesto, suelen ser los agravantes de las guerras. Lo que empieza como un conflicto acaba siendo una guerra. Y lo que empieza siendo un asunto nacional acaba siendo un problema internacional. Yo soy partidario del laissez-faire, de dejar a los pa¨ªses resolver sus propios conflictos, sin dar m¨¢s ayuda o cobertura que la humanitaria.
Vuelvo a sincerarme diciendo que todo lo que pido o me gustar¨ªa, lo veo cada vez m¨¢s ut¨®pico, m¨¢s surrealista. Porque las empresas armament¨ªsticas son muy influyentes. Porque el odio est¨¢ ganando considerablemente al amor. Porque los movimientos racistas est¨¢n ganando a los humanistas. Porque la derecha est¨¢ ganando terreno a la izquierda.
Las injusticias, las desigualdades y la opresi¨®n est¨¢n cada vez m¨¢s presentes en nuestra vida cotidiana. Se est¨¢ convirtiendo en algo normal. Es normal ver a personas sin techo durmiendo en la calle. Es normal ver a gente buscando en los vertederos para vivir. Es normal escuchar que alguien se ha suicidado o quemado para no ser desahuciado. Y por otro lado, es normal escuchar que un fulano ha robado millones a las arcas p¨²blicas. Es normal escuchar que muchos pol¨ªticos son corruptos. Es normal escuchar que hay oposiciones y concursos ama?ados. Es normal escuchar que hasta los votos podr¨ªan est¨¢n ama?ados. Es normal escuchar que los empresarios multimillonarios se saltan la ley para no pagar impuestos. Es normal ver que figuras populares roben millones y ni sean juzgadas. Es normal que la justicia sea partidista. Es normal que haya supermercados tirando comida y se nieguen a donarla. Es normal no investigar casos de corrupci¨®n, ilegalidad, cohecho, malversaci¨®n, fraude¡ Si esto es normal en nuestro mundo, no me queda m¨¢s remedio que autollamar subnormales a los que vivimos en ¨¦l.
Persona encerrada/ Gabriel Tiz¨®n
En ¨¦poca de crisis, los inmigrantes sobran. Los inmigrantes son despreciados. Temidos. Odiados. Y el caso de la islamofobia es un tema que me preocupa much¨ªsimo. Porque millones de personas somos discriminados por nuestra religi¨®n. Millones de personas no nos sentimos seguras en nuestros hogares, tierra en la que hemos nacido y crecido. Millones de personas tenemos m¨¢s ra¨ªces aqu¨ª que en los pa¨ªses de nuestros progenitores. Pero millones de personas somos discriminadas por nuestro color de piel, nombre, pa¨ªses de procedencia o religi¨®n. No quiero ver el tipo de racismo que hay en tierras americanas. Es hora de parar esta lacra. Se necesitan cambios aqu¨ª, ahora y por parte de todos.
Y de repente ya no estaba. Ese vecino al que hab¨ªa visto todos los d¨ªas e ignorado, se hab¨ªa ido. ?Qui¨¦n me saludar¨¢ con ese t¨ªmido buenos d¨ªas a pesar de saber que probablemente no tenga respuesta? ?Qui¨¦n le dar¨¢ alegr¨ªa al edificio con esa m¨²sica ex¨®tica? ?Qui¨¦n me dejar¨¢ un plato de galletas ¨¢rabes delante de mi puerta a pesar de saber que pueden acabar en la papelera? Ahora me doy cuenta de lo est¨²pido que fui. Ahora me doy cuenta de lo que me perd¨ª. Ahora me doy cuenta de que aunque estaba solitario, ese vecino era parte de mi vida.
Abdel Belattar, Reflexiones sobre migraciones
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.