El reino de Pikachu
El m¨¢s c¨¦lebre de los personajes de la franquicia Pok¨¦mon toma las calles de Yokohama para exhibir su poder¨ªo
El mundo ya no es el que era. Si antes era ancho y diverso y en cada lugar se encontraban personas de variado pelaje ocupadas en los m¨¢s diversos h¨¢bitos, costumbres y aficiones, hoy ya casi todos ¡ªsalvo unos cuantos extravagantes que no se enteran de nada¡ª se dedican a perseguir a alguna de las criaturas de la aplicaci¨®n P¨®kemon Go, que se descarga f¨¢cilmente en el m¨®vil y que est¨¢ produciendo estragos de todo tipo. Pikachu es el personaje m¨¢s famoso de ese selecto club de tipos indescifrables.
Todo empez¨® en Jap¨®n, donde existe una gran afici¨®n por el manga, esas historietas que causan furor incluso en Occidente, aun cuando resulten un tanto extra?as y francamente ininteligibles para los no iniciados. El caso es que el 27 de febrero de 1996 apareci¨® por primera vez un videojuego ¡ªcreado por Satoshi Tajiri, desarrollado por Grame Freak y distribuido por Nintendo¡ª en el que habitaban esos singulares seres, los Pok¨¦mon, que tienen una estructura blandita, parecida a la de los peluches, colores suaves, una infinidad de rasgos que los distinguen a unos de otros (aunque muchas veces parecen todos iguales), todos con sus ojitos y sus boquitas y sus bracitos, etc¨¦tera.
El ¨¦xito fue fulminante. Los aficionados a estos juegos se dedicaron a cultivar una relaci¨®n tan estrecha con esos personajes que lleg¨® a ser tan fruct¨ªfera que los empuj¨® a trasladarse a otros formatos ¡ªpor ejemplo, cartas y cromos¡ª y a deambular con desenvoltura por las pantallas, las revistas, la publicidad y, en fin, por los m¨®viles.
Quiz¨¢ esto les pueda resultar incomprensible, pero es lo que hay: Pichu es la preevoluci¨®n de Pikachu y Raichu, su evoluci¨®n; su especie es la de Pok¨¦mon rat¨®n y su tipo, el¨¦ctrico; pesa seis kilogramos, mide 40 cent¨ªmetros y su mayor habilidad es la de paralizar al rival cuando entra en contacto con ¨¦l.
Mickey Mouse va a pasar a la historia, y conviene estar preparados. El mundo antes era muy variado, pero hoy se reduce a dos especies: la de los contados torpes, que nada saben de Pok¨¦mon. Y los otros: a ellos les pertenece el futuro. Pueden verlos amarrados a un m¨®vil, llenos de entusiasmo, persiguiendo a estas criaturas en los lugares m¨¢s remotos. Que tengan suerte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.