Matem¨¢ticas para viajar a la Espa?a de hace un mill¨®n de a?os
Los primeros europeos ten¨ªan m¨¢s futuro siendo carro?eros que cazadores
Vivir en el sur de Espa?a hace m¨¢s de un mill¨®n de a?os ten¨ªa sus ventajas. Cada ma?ana se pod¨ªa desayunar frente a un enorme lago de aguas termales que se extend¨ªa hasta donde alcanzaba la vista. En las orillas rodeadas de vegetaci¨®n hab¨ªa hipop¨®tamos, elefantes, rinocerontes, bisontes, caballos... Todos eran el sustento de una variada comunidad de depredadores en la que reinaban el tigre dientes de sable y la hiena gigante, del tama?o de un le¨®n y armada con las mand¨ªbulas m¨¢s potentes que jam¨¢s haya tenido un mam¨ªfero carn¨ªvoro. Y entre todos ellos, esperando el momento m¨¢s propicio para salir de su escondrijo, estaban nuestros antepasados los hom¨ªnidos.
As¨ª era Orce (Granada), un yacimiento clave para entender la evoluci¨®n humana, pues se piensa que aqu¨ª vivieron los primeros hom¨ªnidos de Europa Occidental hace 1,4 millones de a?os. Ten¨ªan un cerebro no mucho m¨¢s grande que el de un chimpanc¨¦ pero ya pose¨ªan atributos que compartimos, como la fabricaci¨®n de herramientas. A¨²n quedan muchas preguntas por responder sobre estos antepasados, por ejemplo c¨®mo de grandes eran sus poblaciones y qu¨¦ les sucedi¨®, pues los restos de su presencia en Orce, herramientas de piedra y un f¨®sil humano, apuntan a que desaparecieron sin dejar rastro.
Un nuevo estudio ha recurrido a las matem¨¢ticas para intentar responder esas preguntas. Se trata de un modelo normalmente aplicado a demograf¨ªa y ecolog¨ªa que permite estimar cu¨¢ntos herb¨ªvoros vivieron en la zona donde actualmente se encuentran Barranco Le¨®n y Fuente Nueva, dos de los principales yacimientos de Orce. Esa estimaci¨®n sirve a su vez para saber cu¨¢nta carne hab¨ªa disponible y c¨®mo de intensa era la competencia entre las especies que se la disputaban.
Los resultados muestran que la mayor¨ªa del pastel se lo com¨ªa el tigre dientes de sable Homotherium latidens, que consum¨ªa un 26% de la carne disponible, seguido de cerca por la hiena gigante. Depredadores de menor tama?o como el lica¨®n se llevaban otro 20%. Las herramientas de piedra encontradas en Orce son b¨¢sicamente para cortar carne, no para cazar, por lo que los investigadores han asumido que los humanos eran exclusivamente carro?eros oportunistas. El modelo indica que les tocaba el 7% de todos los recursos. Era una fracci¨®n peque?a, pero mayor que la disponible para otras especies omn¨ªvoras, como el oso Ursus etruscus o el chacal Canis mosbachensi.
El trabajo ilustra lo dif¨ªcil que era sobrevivir en esta etapa del Plesitoceno. ¡°En base a la carne disponible calculamos que en Orce pod¨ªa haber de 10 a 14 humanos por cada 100 kil¨®metros cuadrados¡±, explica Paul Palmqvist, paleoantrop¨®logo de la Universidad de M¨¢laga y coautor del estudio, publicado en Quaternary Science Reviews. Esto supondr¨ªa que en total pod¨ªa haber unos 500 humanos. ¡°Pensamos que hab¨ªa un alto riesgo de que estas poblaciones fueran ef¨ªmeras¡±, explica el cient¨ªfico. ¡°Posiblemente esto nos ayude a explicar la discontinuidad de poblaci¨®n que vemos; probablemente estamos ante poblaciones que llegaban a la Pen¨ªnsula, la colonizaban, subsist¨ªan unos miles de a?os y despu¨¦s desaparec¨ªan¡±, resalta.
En el estudio se ha usado un modelo matem¨¢tico desarrollado por Guillermo Rodr¨ªguez-G¨®mez, investigador del Centro Nacional de Investigaci¨®n sobre Evoluci¨®n Humana, en Burgos. El cient¨ªfico lo desarroll¨® en 2012 para aplicarlo a los yacimientos de Atapuerca hace entre 1,2 millones de a?os y 200.000 a?os. El estudio permiti¨® explicar qu¨¦ pudo suceder en otra etapa en la que las poblaciones humanas desaparecen de la zona hace 600.000 a?os. Pudo deberse a que la presencia de depredadores como el jaguar europeo y la hiena rayada no dejaban hueco para los humanos.
Para los primeros humanos de Europa, el carro?eo era la mejor estrategia para sobrevivir. ¡°A pesar de las diferencias de comportamiento que hab¨ªa, pues se asume que en algunos periodos de Atapuerca los humanos cazaban, observamos que la densidad de poblaci¨®n en uno y otro sitio eran similares, aunque la competencia era mayor en Orce¡±, explica Rodr¨ªguez-G¨®mez. Los cient¨ªficos han estimado que la carne compon¨ªa un 30% de la dieta de estos hom¨ªnidos, el resto eran semillas, frutos, etc¨¦tera. El trabajo apunta a que la estrategia exclusivamente carro?era era la ¨®ptima, pues solo cazando o combinando ambas pr¨¢cticas la competencia habr¨ªa sido mayor y las poblaciones, menores.
Seg¨²n los autores del estudio, vivir entre dientes de sable ten¨ªa ventajas claves. ¡°Debido a sus largos colmillos, estos animales solo se com¨ªan las v¨ªsceras y parte de los m¨²sculos de sus presas¡±, explica Palmqvist, lo que dejaba bastantes sobras para los humanos. Despu¨¦s, en el Pleistoceno Medio, desaparecen los dientes de sable y aparecen otros depredadores que no permiten aprovechar las sobras, lo que podr¨ªa explicar por qu¨¦ los humanos se hicieron cazadores.
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