?Es el v¨ªdeo de Risto una oda a la dependencia de la pareja?

LLevamos toda la semana con lo mismo. Resulta que el televisivo Risto Mejide ha querido decirle a su novia que la quiere mucho y, de paso, hacer que se entere todo el mundo mundial. Y, claro, las redes sociales han montado un buen jolgorio con el tema. Se ha dicho de todo. Tendr¨¢n envidia.

La cosa comenz¨® el a?o pasado cuando Mejide dedic¨® una de sus columnas en un diario a su pareja, la joven modelo y youtuber Laura Escanes, con el t¨ªtulo de M¨ªa. Aquel texto se ha convertido en un videoclip de et¨¦reas im¨¢genes de la hermosa muchacha (pura promoci¨®n, dicen los c¨ªnicos) sobre las cuales el propio enamorado recita el art¨ªculo, que trataba m¨¢s bien de ser un poema en prosa.

Entre un suceso y otro nos hemos enterado de cosas como que Escanes se ha tatuado la firma de Risto en una nalga. Para acabar, ella public¨® en respuesta, hace s¨®lo dos d¨ªas, una carta a su yo futuro. Lo bonito es que a estos dos, en su globo de enamoramiento, parece importarles un pepino lo que diga el mundo. Y eso est¨¢ muy bien. Pero ahora analicemos el poema por frases.

1- "M¨ªa. S¨®lo m¨ªa. Mi¨ªsima. Esa m¨ªa tan tuya de la que me he enamorado. Esa tuya tan nuestra que ahora siento s¨®lo m¨ªa", escribe Risto.

La primera cosa que ha llamado poderosamente la atenci¨®n entre los lectores ha sido la forma del texto. No es el objetivo desde art¨ªculo entrar a valorar la calidad po¨¦tica de la obra de Mejide pero, por zanjar este asunto con rapidez, podr¨ªa decirse que es de un lirismo m¨¢s efectista que efectivo y que en ella destacan, cual piedra en el zapato, dudosos neologismos como "toelrato", "toeld¨ªa" o "mi¨ªsima". El uso de t¨¦rminos como estos ha suscitado incluso comparaciones en las redes sociales con el ya cl¨¢sico "toa, toa, toa" de Jesul¨ªn de Ubrique. La rima, en asonante.

2- "Y a estas alturas de mi partido me descubro sufriendo cada vez que ya no est¨¢s. Este Otelo ya se deja de hostias. Esta Desd¨¦mona es de almas tomar".

La segunda cosa que ha llamado la atenci¨®n es el contenido de la oda, y aqu¨ª s¨ª nos interesa detenernos m¨¢s. ?Qu¨¦ nos dice la aportaci¨®n de Risto sobre la forma de entender el amor en las sociedades occidentales? Pues algo bastante confuso. A primera vista, el arrebatamiento mejidense, esa escritura grandilocuente y a flor de piel, nos parece remitir al llamado "amor rom¨¢ntico" dominante aqu¨ª y ahora. No en vano el propio Risto declar¨® en su programa, en presencia de Jos¨¦ Corbacho, que "no concibo enamorarme de otra manera que no sea d¨¢ndolo todo". Hay que ser torero.

Este modo de amar, el rom¨¢ntico, surgido en el siglo XVIII (claro, en el Romanticismo) se sustenta en varias ideas que sus cr¨ªticos consideran "mitos". Por ejemplo, mitos como el que afirma la existencia de una media naranja, esa persona predeterminada para nosotros con la que compartiremos todos los aspectos de la vida, los que dicen que el amor es eterno y omnipotente o que la pasi¨®n desaforada y los celos son prueba de amor. Ideas como piedras en las que los animales humanos suelen tropezar dos o m¨¢s veces.

3- "Si lo que me apasion¨® de ti desde el principio es que fueras un arma de seducci¨®n pasiva, que me volvieras loco sin pr¨¢cticamente pesta?ear".

Amor que duele. "El mito de Romeo y Julieta: la historia de un amante despechado de 18-20 a?os con una cr¨ªa de 13 a?os, que dura de jueves a domingo y donde mueren seis personas, la pareja incluida. Esa relaci¨®n fusional, esa pareja fusionada¡­ ?es un modelo de relaci¨®n o de dependencia?", escribe Miguel Vagalume, activista por una sexualidad no convencional y portavoz del colectivo Golfxs con principios. As¨ª, el amor rom¨¢ntico se nos inocula a trav¨¦s de todo tipo de productos culturales desde la ¨®pera a la poes¨ªa pasando por infinitas canciones pop (ya sea el mainstream de Bisbal o el indie de Los Planetas). Tom Hanks y Meg Ryan podr¨ªan ser los representantes de su lado m¨¢s amable. ?Qu¨¦ ser¨ªa de los artistas sin el amor rom¨¢ntico?

La posesi¨®n del ser amado es otro de los t¨®picos de este tipo de amor. Y ah¨ª est¨¢ el meollo de la carta de Risto. Porque se titula M¨ªa y porque no para de explicar que su novia es suya, pero, eso s¨ª, con importantes matices: no suelten a los perros todav¨ªa. Aqu¨ª al autor parece darle miedo caer en el t¨®pico rom¨¢ntico de la posesi¨®n, esa cosa tan fea, y entonces entra en diversos requiebros para explicar que ella es suya pero no malamente.

Retoma aqu¨ª Risto algo de lo que el soci¨®logo brit¨¢nico Anthony Giddens (el mismo de la Tercera V¨ªa) llam¨® amor confluente y que, al calor de las luchas de liberaci¨®n sexual de los a?os 60, ven¨ªa a enmendar casi punto por punto al amor rom¨¢ntico. Es decir, no somos medias naranjas sino naranjas enteras, el amor no es puro enamoramiento ciego, sino algo m¨¢s pausado y maduro, ni se contempla como algo eterno donde se comen perdices a medias hasta el fin de los tiempos. Por supuesto, este amor no implica la posesi¨®n y por ello tambi¨¦n parece ser del gusto de Risto, que como un animal extra?o parece transitar sin mojarse entre dos aguas, el amor tal y como hoy en d¨ªa se entiende y el amor como algunos piensan que deber¨ªa entenderse alg¨²n d¨ªa.

Nos queda la duda de si Mejide y Escanes mantienen una relaci¨®n abierta o poliamorosa, o si simplemente siguen aquel peligroso dicho popular de "d¨¦jala volar y si de verdad te ama, volver¨¢". En fin: la novia de Risto. ?De qui¨¦n es? ?Es de Risto? ?Es de ella misma? ?Es de ambos? ?Y, sobre todo, qu¨¦ quiere decir que te firmen en el trasero?