El negocio del f¨²tbol, en llamas
LLEGA EL MOMENTO en que un ni?o empieza a cuestionar la existencia de Santa Claus o de los Reyes Magos. Algo oye o algo ve que le siembra la duda. Pero elige cerrar los ojos, taparse los o¨ªdos y seguir creyendo, aunque sea solo por una Navidad m¨¢s. En este punto es donde estamos, como congelados en el tiempo, la mayor¨ªa de los millones y millones de adultos de todas las razas, creencias y geograf¨ªas que encontramos en el f¨²tbol un refugio o una distracci¨®n de los l¨ªos que nos trae la vida.
Pero el descaro de los que mandan en el f¨²tbol y trafican con las fortunas que genera nos lo pone cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. Los que seguimos equipos con una devoci¨®n casi religiosa o los que simplemente disfrutamos del insuperable teatro en directo, con su arte y su furia, que ofrece un partido de f¨²tbol tenemos que hacer un esfuerzo cada vez mayor para mantener nuestra inocente credulidad. Hay que ser muy obcecado o muy ciego para seguir negando que los amos del deporte navegan en un pantano f¨¦tido, saturado de aquella infinidad de enga?os, traiciones y robos que se resumen en la palabra ¡°corrupci¨®n¡±. La mejor garant¨ªa de la que gozan los ladrones del f¨²tbol para preservar su impunidad es el instinto evasivo que tenemos para mirar para otro lado. Como cuando vamos al cine o leemos una obra de ficci¨®n y suprimimos nuestras facultades racionales. Sabemos que es mentira pero nos lo creemos igual.
HAR?A FALTA UNA ENCICLOPEDIA PARA CATALOGAR TODAS LAS ACTIVIDADES CRIMINALES DE LA FIFA. Y solo ES la cabeza visible de un ecosistema corrupto.
Tales fueron los procesos mentales paralelos con los que yo respond¨ª durante a?os a las noticias sobre la corrupci¨®n de la FIFA, el organismo que ha mandado en el f¨²tbol mundial con la misma arbitrariedad con que el Politbur¨® mandaba en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Me enteraba de que se publicaban libros o art¨ªculos denunciando a la mafia internacional que determinaba las reglas del juego, que decid¨ªa d¨®nde se celebraban mundiales, que controlaba el lucrativo negocio de los derechos de patrocinio o de televisi¨®n. Me enteraba pero no quer¨ªa leer esas cosas; no quer¨ªa saber. Ten¨ªa demasiado presentes las dificultades de la vida cotidiana o la maldad, el cinismo y la idiotez de tantos de los que mandan en el mundo pol¨ªtico como para encima permitir que se contaminara aquel feliz santuario futbolero que me daba la oportunidad de regresar a la ilusi¨®n de la infancia.
Hace unos a?os estaba en el despacho del presidente de un importante club europeo. Recuerdo que habl¨¢bamos de un directivo sobre el que hab¨ªan ca¨ªdo sospechas de corrupci¨®n. El presidente me mir¨® a los ojos y me dijo: ¡°Tienes que saber que el mundo del f¨²tbol profesional es absolutamente amoral¡±. Me olvid¨¦ de la conversaci¨®n y del comentario nada m¨¢s salir del despacho. Pero lo recuerdo ahora, lo recuerdo casi todos los d¨ªas, ya que no parece pasar ni uno ¨²ltimamente sin que nos enteremos de un nuevo esc¨¢ndalo; ni uno desde aquel d¨ªa del a?o pasado, el 27 de mayo de 2015, cuando todo cambi¨® para siempre; cuando ya no tuvimos m¨¢s remedio que reconocer que la FIFA era un nido de serpientes.
Aquel d¨ªa, antes de que saliera el sol, una docena de agentes de polic¨ªa suizos irrumpieron en el hotel Baur au Lac de Z¨²rich. Respondiendo a una solicitud del FBI, los agentes entraron en las habitaciones (precio m¨ªnimo: 700 euros por noche) y detuvieron a siete directivos de la FIFA. El Departamento de Justicia de Estados Unidos emiti¨® de inmediato un comunicado en el que anunci¨® que un total de 14 capos de la FIFA hab¨ªan sido imputados por delitos de sobornos, chantajes, fraude y conspiraci¨®n para el blanqueo de dinero. ¡°Se supon¨ªa que ellos estaban ah¨ª para defender las reglas y preservar la honradez del f¨²tbol¡±, declar¨® la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, en una rueda de prensa. ¡°En vez de eso corrompieron el negocio del f¨²tbol mundial para atender a sus propios intereses y enriquecerse. Hicieron esto una y otra vez, a?o tras a?o, torneo tras torneo¡±.
Llam¨® la atenci¨®n que el castigo judicial proviniera del pa¨ªs de la tierra donde quiz¨¢ la menor proporci¨®n de la poblaci¨®n ha sucumbido a la fe embobadora del f¨²tbol. El hereje FBI no mir¨® para otro lado. Investig¨® sin piedad, confirmando las sospechas reprimidas de los creyentes.
Deber¨ªamos haber abierto los ojos cinco a?os antes. Solo ten¨ªamos que fijarnos en el voto del comit¨¦ ejecutivo de la FIFA en 2010 a favor de que se celebrase el Mundial de 2022 en Qatar, la decisi¨®n m¨¢s insultante y manifiestamente corrupta que se ha tomado en la historia del deporte. Lord Triesman, un pol¨ªtico laborista brit¨¢nico, declar¨® que Qatar hab¨ªa pagado 140 millones de euros en sobornos para conseguir el Mundial. Daba igual que la cifra fuera correcta o incluso que la acusaci¨®n fuera cierta o no. No necesit¨¢bamos pruebas para saber que hubo juego sucio, que por alg¨²n motivo los se?ores de la FIFA optaron con esa decisi¨®n por mofarse de los ni?os y ni?os-adultos futboleros del mundo cuyos sue?os dicen representar.
Los rivales de Qatar a la candidatura para celebrar el Mundial de 2022 eran Espa?a, Portugal, Inglaterra, Estados Unidos y Australia, pero se eligi¨® un lugar donde las temperaturas en junio, el mes del Mundial, pueden superar los 50 grados; se seleccion¨® el min¨²sculo pa¨ªs de Qatar pese a que el equipo t¨¦cnico que fue enviado por la FIFA a inspeccionar las sedes candidatas redact¨® un informe en el que dijo que era, con diferencia, la peor opci¨®n. El jefe de aquel equipo t¨¦cnico, el chileno Harold Mayne-Nicholls, manifest¨®: ¡°No podr¨ªan, no pueden, no pueden hacer el Mundial ah¨ª¡±. Como tampoco podr¨ªan haberlo celebrado en enero en Groenlandia. Pero la FIFA s¨ª pudo votar por Qatar, sabiendo perfectamente lo da?ino que ser¨ªa para la salud de los jugadores y los aficionados participar en el torneo deportivo m¨¢s grande del mundo en pleno verano en el desierto ar¨¢bigo. Posteriormente, el a?o pasado, se decidi¨® que el Mundial en el pa¨ªs del golfo P¨¦rsico se trasladase a noviembre, una fecha ins¨®lita que obligar¨¢ a paralizar las competiciones europeas. No hay que ser Sherlock Holmes para deducir que hubo mucho dinero sucio de por medio, del mismo modo que lo hubo cuando Sud¨¢frica, apeg¨¢ndose a las reglas no escritas del juego, pag¨® la relativamente modesta cifra de 10 millones de d¨®lares para conseguir el Mundial de 2010.
Desde que el FBI orquest¨® aquella noche de cuchillos largos en Z¨²rich, la justicia de EE UU ha imputado a 40 figuras de la FIFA o a ejecutivos de marketing?asociados a ella, acus¨¢ndolos de pedir o recibir cientos de millones de euros en sobornos. Otros han sido sancionados, incluidos el expresidente de la FIFA, el suizo Sepp Blatter, y el que se supon¨ªa que iba a ser su sucesor, el exjugador franc¨¦s y expresidente de la UEFA Michel Platini. Ni Blatter ni Platini han sido capaces hasta la fecha de explicar c¨®mo fue que el primero le regal¨® al segundo casi dos millones de euros en 2011, sin ning¨²n contrato de por medio. ?Blatter, el octogenario capo di tutti capi?que hab¨ªa presidido la FIFA desde 1998, dimiti¨® el 5 de junio de 2015, una semana despu¨¦s de las detenciones del hotel Baur au Lac, tres d¨ªas despu¨¦s de que sus leales esbirros votaran a favor de reconfirmarle en su puesto.
Har¨ªa falta una enciclopedia para catalogar todo lo que se ha destapado desde entonces sobre las actividades criminales de la FIFA y sus asociaciones hermanas, como la Conmebol de Sudam¨¦rica. ¡°Se trata de una actividad mafiosa cl¨¢sica, de un sistema de crimen organizado que ha durado d¨¦cadas¡±, revel¨® un agente del FBI al canal CBS de Estados Unidos. ¡°Te hacen una oferta que no puedes rechazar. Me pagas y consigues el patrocinio, o los derechos de televisi¨®n o la sede del Mundial. Si no, no¡±.
Confirmando lo dicho por el agente del FBI, varios detenidos han confesado que formaron parte de una red internacional dedicada a obtener su porcentaje il¨ªcito de los car¨ªsimos derechos de televisi¨®n o de las empresas patrocinadoras de la FIFA. ?Qui¨¦n aporta este descomunal tesoro? Los aficionados del mundo, por supuesto; aquellos que con ingenua ilusi¨®n pagan por sus entradas a los estadios, por sus abonos a los canales de televisi¨®n, por las camisetas y los refrescos y los autom¨®viles que venden los patrocinadores oficiales del pasatiempo m¨¢s popular de la humanidad.
LAS ACUSACIONES POR COBRAR COMISIONES SECRETAS SALPICAN A 18 ENTRENADORES DE LA LIGA INGLESA. Entre ellos, Al nuevo SELECCIONADOR, sam allardyce.
Pero no ser¨ªa justo verter toda la culpa sobre la mafia fifera. Ellos son la cabeza m¨¢s visible de un ecosistema futbolero podrido, repleto de representantes, directivos y jugadores corruptos, la mayor¨ªa de los cuales ha evitado caer bajo la lupa de la ley. Podemos estar seguros de que solo hemos visto la punta del iceberg; la dificultad de llegar al fondo radica en la ausencia de normativas para frenar la corrupci¨®n y al apego casi total al principio de la omert¨¢?entre aquellos que se ganan la vida con el f¨²tbol. Tanto los ladrones como los honrados saben que sus carreras sufrir¨¢n si dan la cara y cuentan lo que saben.
Logr¨¦ convencer a algunos que son o han sido representantes, o directivos, o entrenadores, o jugadores, o empleados de grandes clubes europeos para que rompieran ¨Chasta cierto punto¨C su silencio (dicho sea de paso que los 20 clubes m¨¢s ricos de Europa ingresaron 6.600 millones de euros en la temporada 2014-2015, seg¨²n la consultota Deloitte). En todos los casos aceptaron hablar con la condici¨®n de que no se publicaran sus nombres. El consenso fue que, aunque claro que hab¨ªa gente decente en las altas esferas del f¨²tbol, no se equivocaba aquel presidente de club que afirm¨® que en el ¨¢mbito comercial del f¨²tbol reinaba la amoralidad. Un empleado de un club importante que ha tenido un trato cercano con jugadores me dijo que hab¨ªa muchos que eran buena gente, por supuesto, pero si ¡°los aficionados de bufanda¡± supieran lo que algunos de sus ¨ªdolos pensaban realmente, si se enterasen de c¨®mo conspiraban con sus representantes, ¡°querr¨ªan coger una metralleta y fusilarlos¡±.
Estos se?ores que me pidieron el anonimato me contaron, entre otras cosas, que no es inusual desde hace d¨¦cadas que los clubes den un trato especial a los ¨¢rbitros provenientes de los pa¨ªses menos ricos de Europa cuando les toca dirigir un partido de su equipo en un importante torneo europeo; por ejemplo, llev¨¢ndolos a grandes almacenes a comprarles regalos para sus familiares o, si les interesa, poni¨¦ndoles prostitutas en los hoteles. Tambi¨¦n ocurre que representantes de futbolistas organicen viajes de lujo, con sexo pagado incluido, para directivos de clubes con los que suelen hacer negocios.
Si esta clase de obsequios inciden directamente en los resultados de los partidos o en los negocios del f¨²tbol, es dif¨ªcil de decir. De lo que no hay ninguna duda es de que el terreno m¨¢s f¨¦rtil para los codiciosos es el de los fichajes, concretamente en el ¨¢rea gris del reparto de comisiones entre jugadores, representantes, directivos y entrenadores. Un exdirectivo de un club importante europeo me explic¨® c¨®mo funciona el sistema: ¡°Los agentes manejan amplias redes de contactos. Por ejemplo, el seleccionador de una naci¨®n sudamericana elige para su equipo un jugador que sabe que no vale la pena, pero lo pone en el campo en el segundo tiempo de un partido de poca trascendencia durante 20 minutos. De repente, el futbolista se convierte en un internacional de, digamos, Brasil o Argentina. Su valor se dispara y lo ficha un club europeo. El porcentaje que se lleva el representante del jugador lo reparte entre el seleccionador y jefes tanto del club vendedor como del comprador¡±. Otro directivo me lo explic¨® de forma m¨¢s sencilla: ¡°Venden a un jugador que vale un mill¨®n por cinco millones y lo que hay en el medio llega, a veces en efectivo en bolsas de papel, a las manos de qui¨¦n sabe cu¨¢nta gente¡±.
Un caso reciente que ha levantado sospechas, o al menos una enorme perplejidad, es el del delantero argentino Gonzalo Higua¨ªn, traspasado del N¨¢poles a la Juventus por 90 millones de euros este verano. Cuando Higua¨ªn ten¨ªa 19 a?os fue fichado por el Real Madrid por 12 millones de euros. Cuando ten¨ªa 25 el Madrid lo vendi¨® al N¨¢poles por 40 millones. Hoy, que est¨¢ cerca de los 29 a?os y a tres o cuatro de la jubilaci¨®n, la Juventus lo compra por 90. Higua¨ªn estar¨¢, quiz¨¢, entre los 10 mejores goleadores del mundo, pero no es ning¨²n Cristiano Ronaldo. Nadie le ha considerado un crack. La afici¨®n del Real Madrid no se quej¨® de su salida; la afici¨®n argentina s¨ª lament¨®, y mucho, la clamorosa ocasi¨®n de gol que fall¨® en la final de la Copa del Mundo de 2014 que su selecci¨®n perdi¨® por 1-0 contra Alemania.
Otro caso, de cuyos pormenores sabemos m¨¢s, es el del jugador del Barcelona Neymar. Seg¨²n la versi¨®n oficial inicial, el Barcelona pag¨® 57,1 millones de euros por el brasile?o. Pero result¨® que el coste total fue alrededor de 95 millones. La diferencia, como ya es de conocimiento p¨²blico, se reparti¨® entre el propio jugador, su familia e intermediarios varios. ?Hubo delito? Quiz¨¢ no, si nos atenemos a la letra de la ley. ?Fue una operaci¨®n amoral, tramposa, alegal? Seguro. Por supuesto que tambi¨¦n ha habido acusaciones de impagos de impuestos, como en el caso de la gran figura del Barcelona, el argentino Lionel Messi, cuyo padre mont¨® sociedades falsas en para¨ªsos fiscales con la ayuda de abogados expertos en el tema.
Si tales abogados contaran todo lo que saben, ?cu¨¢ntos m¨¢s jugadores de cu¨¢ntos m¨¢s clubes caer¨ªan en las garras de la ley, como ha ca¨ªdo Messi? Podemos estar seguros de que muchos, y entrenadores tambi¨¦n. Como el caso de uno muy conocido cuyo nombre no tengo permiso para publicar: su esposa viaja dos veces al a?o a una de esas islas que operan fuera de las leyes fiscales y vuelve a casa con una maleta llena de efectivo. Habr¨ªa que ser muy ingenuo para pensar que esta historia es at¨ªpica.
?Y qu¨¦ decir de la siguiente an¨¦cdota cuyos protagonistas portugueses son el entrenador Jos¨¦ Mourinho, un jugador llamado Pedro Mendes y el representante de ambos, Jorge Mendes? No vamos a hacer ninguna acusaci¨®n al respecto. Solo contar lo sucedido. En el verano de 2011, Pedro Mendes fue cedido por el Sporting de Portugal al Real Madrid, donde jug¨® para el equipo B, el Castilla. El jugador no acreditaba un gran pedigr¨ª ya que solo ten¨ªa 20 a?os y hasta la fecha ¨²nicamente hab¨ªa jugado en Segunda Divisi¨®n en Portugal y, brevemente, para un modesto equipo suizo. Los dem¨¢s futbolistas del Castilla, algunos de los cuales le llamaban ¡°el enchufado¡±, pensaban que no estaba al nivel del resto, con lo cual les sorprendi¨® cuando Mourinho, el entonces entrenador del primer equipo del Real Madrid, lo convoc¨® para un partido de Liga de Campeones contra el Ajax de ?msterdam, el 7 de diciembre de 2011. Con el Madrid ganando 3-0, Mourinho puso a Pedro Mendes en el campo en la mitad del segundo tiempo, en sustituci¨®n del titular, ?lvaro Arbeloa. Pedro Mendes no aport¨® nada especial, ni para bien ni para mal, pero como observ¨® un periodista que cubri¨® aquel partido, con esos 20 minutos de juego obtuvo su m¨¢ster. Podr¨ªa de ahora en adelante anunciarse como un jugador que hab¨ªa vestido los colores de uno de los equipos m¨¢s prestigiosos del mundo en la m¨¢xima competici¨®n europea.
Quiz¨¢ se trat¨® solo de un gesto caritativo de parte de Mourinho a su joven compatriota; quiz¨¢ fue un favor a Jorge Mendes, el representante de futbolistas m¨¢s rico y poderoso de Europa. Lo que es verdad es que si el objetivo hubiese sido revalorizar al jugador, no se enga?¨® a nadie. Pedro Mendes volvi¨® al Sporting la temporada siguiente para jugar en el equipo B y despu¨¦s mudarse al Parma, donde disput¨® solo ocho partidos.
M¨¢s curiosa a¨²n es la historia de Beb¨¦, otro cliente de Jorge Mendes. Tras marcar solo cuatro goles en una temporada de la Tercera Divisi¨®n portuguesa, el Manchester United fich¨® al delantero por nueve millones de euros en agosto de 2010, 3,5 de los cuales correspondieron a la empresa de Jorge Mendes, seg¨²n la prensa portuguesa. El entrenador escoc¨¦s del United, Alex Ferguson, no hab¨ªa visto jugar a Beb¨¦ ni en v¨ªdeo. Cuando al futbolista le informaron de que el United lo hab¨ªa fichado, no se lo pudo creer. Confes¨® despu¨¦s que pens¨® que era una broma. Acab¨® jugando un total de 334 minutos para el United, ninguno como titular. Un a?o despu¨¦s de llegar a Manchester fue cedido primero a un equipo turco, despu¨¦s a dos de Portugal, hasta que el Benfica lo fich¨® por tres millones de euros. Tras un peregrinaje que lo llev¨® despu¨¦s al C¨®rdoba y al Rayo Vallecano, acaba de recalar en el Eibar. Quiz¨¢ tenga suerte all¨¢, pero hasta la fecha, en sus siete a?os como jugador profesional, Beb¨¦ ha marcado un total de 19 goles.
Ferguson nunca explic¨® el misterio de por qu¨¦ lo fich¨® por esa nada despreciable suma de nueve millones de euros, aunque lo que s¨ª se sabe, porque lo ha dicho en p¨²blico, es que el escoc¨¦s es amigo de Jorge Mendes, del que ha dicho que es el mejor representante de futbolistas que ha conocido. Ferguson se retir¨® del f¨²tbol tras 27 a?os al frente del United en 2013. La reina Isabel lo nombr¨® sir Alex, el mundo del f¨²tbol ingl¨¦s lo honr¨®, el curioso asunto con Beb¨¦ fue olvidado, y tambi¨¦n que su hijo Jason, agente de futbolistas, hab¨ªa representado a 13 jugadores que hab¨ªan pasado por el United durante el reinado de su padre. Tras una investigaci¨®n de la BBC, que revel¨® todo tipo de repartos de dinero no contabilizados en los fichajes que gestionaba Jason Ferguson, y otra averiguaci¨®n interna que hizo el propio United, la directiva del club anunci¨® que nunca m¨¢s tratar¨ªa con el hijo del venerable entrenador.
A los aficionados ingleses les gusta creer que la corrupci¨®n en el f¨²tbol es asunto de los pa¨ªses latinos, pero los hechos demuestran que la sospecha no solo rodea al beatificado Ferguson, sino a otros entrenadores de alto perfil, como el flamante seleccionador ingl¨¦s Sam Allardyce, uno de los 18 entrenadores de la Liga inglesa que han sido acusados en los medios de haber recibido comisiones secretas en el proceso de compra de jugadores. Tampoco los alemanes son inmunes a la tentaci¨®n. Uli Hoeness, exestrella del f¨²tbol germano y luego presidente del Bayern de M¨²nich, fue encarcelado en 2014 por evasi¨®n de impuestos y en marzo de este a?o el Comit¨¦ de ?tica de la FIFA anunci¨® que el legendario Franz Beckenbauer, campe¨®n del mundo con la selecci¨®n alemana como jugador y entrenador, ser¨ªa investigado por supuestos sobornos relacionados con la elecci¨®n de su pa¨ªs como sede del Mundial de 2006. Beckenbauer podr¨ªa responder que cualquier comit¨¦ de la FIFA, de ¨¦tica o de lo que sea, carece por definici¨®n de credibilidad. No ser¨ªa dif¨ªcil darle la raz¨®n. Gianni Infantino, elegido presidente de la FIFA en febrero en sustituci¨®n de su compatriota Blatter, no ha cumplido exactamente con su declarada intenci¨®n de llevar a cabo una renovaci¨®n moral de una instituci¨®n que se define, seg¨²n unos de los candidatos que Infantino derrot¨®, por ¡°la cultura del silencio y la intimidaci¨®n¡±.
Infantino ha pecado por omisi¨®n. No ha dicho jam¨¢s una palabra en p¨²blico cuestionando la gesti¨®n de ?Blatter, ni tampoco se le ha ocurrido proponer una iniciativa que clama al cielo: llevar a cabo otra votaci¨®n para decidir la sede del Mundial de 2022, otorgada a Qatar. Y ha pecado, se alega, por comisi¨®n tambi¨¦n: un diario alem¨¢n public¨® el 3 de junio que Infantino hab¨ªa ordenado que se destruyera la grabaci¨®n de una reuni¨®n de ejecutivos de la FIFA en la que ¨¦l mismo hab¨ªa participado el mes anterior; el 14 de junio surgi¨® otro posible esc¨¢ndalo involucrando a Infantino, cuando fue acusado internamente en la FIFA de haber iniciado gestiones para comprarse una casa en Z¨²rich valorada en 21,5 millones de euros.
Infantino lo niega, pero cunde la impresi¨®n de que dentro de la FIFA est¨¢ estallando hoy una guerra civil, que la gran mafia futbolera se encuentra en el medio de un gran ajuste de cuentas, o quiz¨¢ en una pugna por el reparto del pastel. He aqu¨ª el problema: la tarta, que ha crecido exponencialmente desde que se juntaron la televisi¨®n en color y el f¨²tbol en directo. La regla es simple: cuanto m¨¢s dinero, m¨¢s corrupci¨®n. Antes del Mundial de 1970 no hab¨ªa mucho dinero en el f¨²tbol. Los mejores jugadores ganaban menos que los ejecutivos de empresa. Desde entonces los ingresos de los que juegan en las principales Ligas europeas, unidos ¨ªntimamente al colosal ascenso de las ganancias que genera la televisi¨®n, han experimentado incrementos porcentuales mayores que los de cualquier otra rama laboral, con la posible excepci¨®n de la de los grandes banqueros de inversi¨®n. Hoy Messi y Cristiano Ronaldo ganan 30 o 40 millones de euros al a?o. Los se?ores de pantalones largos que operan en su ¨®rbita los envidian. Si estos chavales pueden ganar tanto, se preguntan, ?por qu¨¦ no nosotros tambi¨¦n? Como vemos, se han puesto manos a la obra para lograr la paridad.
Lo que los ha protegido es la autorre?gulaci¨®n y casi cero transparencia del negocio del f¨²tbol, comparable solo al de las instituciones financieras de las islas Caim¨¢n. Pero tienen un aliado a¨²n m¨¢s poderoso: nosotros, los aficionados; los que les pagamos la fiesta; los que, pese a todo, preferimos no saber. La FIFA tuvo la mala suerte de que un cuerpo ajeno a los encantos del f¨²tbol se entrometi¨® en sus asuntos. Algunos que se pasaron de listos, como los Messi, tuvieron la mala suerte de ser descubiertos. Pero el hecho de que el propio Barcelona y buena parte de sus fans se hayan volcado en apoyo de Messi (#TodosSomosLeoMessi, rez¨® el hashtag oficial del club) lo dice todo sobre el h¨¢bito que tenemos los aficionados de funcionar en v¨ªas mentales paralelas. Podemos suponer que la afici¨®n de cualquier otro equipo responder¨ªa de similar manera en caso de que uno de sus reyes magos tambi¨¦n cayera v¨ªctima de la justicia.
Blatter y compa?¨ªa lo tienen complicado porque est¨¢n atrapados en las mand¨ªbulas de bulldog del FBI, y porque adem¨¢s no son ¨ªdolos de nadie. Los que s¨ª lo son caen en la tentaci¨®n de creerse superhombres, por encima de la ley, alentados por los buitres que los rodean. Nos lo ponen dif¨ªcil a los cientos o miles de millones que hemos descubierto en el f¨²tbol la gran diversi¨®n y el gran consuelo de la vida, pero llegada la hora de la verdad ¨Cllegado el partido¨C, seguimos siendo c¨®mplices del secretismo que permite que los amos roben con impunidad. Empieza la nueva temporada, vuelve la ilusi¨®n y los locos del f¨²tbol que se han tomado la molestia de leer este art¨ªculo r¨¢pidamente lo olvidar¨¢n. Yo, que lo he escrito, tambi¨¦n. Para los forofos, el f¨²tbol vale m¨¢s que la justicia.
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