La carga de la prueba
A Rajoy, la estrategia del quietismo a veces le funciona bien pero a nosotros nos va mal
A pesar de la toma de posici¨®n de Ciudadanos estos ¨²ltimos d¨ªas, casi nada ha cambiado no ya desde las elecciones de junio, sino desde las de diciembre, en relaci¨®n con la posible investidura de Mariano Rajoy. Alguien podr¨ªa decir que estoy olvidando el n¨²mero de diputados que sac¨® el Partido Popular en las elecciones de junio. No, no lo estoy olvidando y no, no creo que eso signifique que haya cambiado algo a efectos de lo que sigue necesitando Rajoy para ser investido. Quiz¨¢s las elecciones de junio dejaron de buen humor a Rajoy, pero el buen humor ¡ªo el malo¡ª no tiene poder legislativo: Rajoy sigue necesitando que el PSOE se abstenga para poder satisfacer las condiciones legislativas exigidas para ser investido.
El vocabulario aqu¨ª no es banal: es Rajoy quien necesita al PSOE, no el PSOE quien necesita a Rajoy. El PSOE ya ha dicho por activa y por pasiva que no va a contribuir a investir a un presidente que ¡ªno sin malos argumentos, por cierto¡ª considera nefasto. Rajoy, dado que necesita al PSOE, tiene la carga de probar que en el PSOE se equivocan; Rajoy tiene la carga de probar, y no con espurios argumentos de estadista, que los socialistas tienen buenas razones para optar por la abstenci¨®n; Rajoy tiene la carga de probar, no mediante silencios y excursiones a la bella Galicia para reflexionar y ver los Juegos, que ir a unas terceras elecciones es peor, para los socialistas y para el pa¨ªs, que investirle a ¨¦l, pero no se trata simplemente de mencionarlo en passant, sino de probarlo dial¨¦cticamente; Rajoy debe probar que si alude al sentido de Estado para que el PSOE lo invista lo hace de buena fe, contribuyendo en alguna medida a que, tras la investidura, el partido socialista no se convierta en un erial por el acecho de Podemos; Rajoy tiene la carga de probar, si al final el PSOE propusiera a otro candidato del PP u otro candidato independiente, que ¨¦l es el mejor candidato. En todo este embrollo Rajoy es quien tiene la carga de la prueba y quien la ha tenido desde diciembre. En este sentido, tiene raz¨®n Miquel Iceta cuando dice que la inversi¨®n de la carga de la prueba, impulsada por el PP y, en parte tambi¨¦n por Ciudadanos, es inadmisible.
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El problema es que a Rajoy no le gusta tener la carga de probar nada, porque ello implica tomar la iniciativa, e intentar aunar ¡°tomar la iniciativa¡± y ¡°Rajoy¡± es casi tan dif¨ªcil como intentar aunar ¡°luz¡± y ¡°oscura¡±.
Casi todas las cosas importantes que ha conseguido Rajoy en su vida pol¨ªtica las ha conseguido renunciando a tomar la iniciativa: tom¨® el mando del PP precisamente porque mostr¨® menos iniciativa que Rato, y esto fue motivo suficiente para que Aznar lo eligiera.
La jugada no le sali¨® bien a Aznar, pero no tanto porque Rajoy tenga un relato distinto del de Aznar como porque resulta inescrutable saber qu¨¦ est¨ªmulos pol¨ªticos mueven a Rajoy a actuar y, en este sentido, es dif¨ªcil influir en ¨¦l, y gan¨® las elecciones de 2011 por mayor¨ªa absoluta esperando a ver por la ventana de su casa c¨®mo pasaba el cad¨¢ver del PSOE pos-Zapatero.
Ahora, Rajoy necesita tomar la iniciativa y probar que a los socialistas les conviene abstenerse. Pero, por el momento, lo ¨²nico que ha conseguido probar es una trivialidad: que a ¨¦l le conviene que los socialistas se abstengan. Rajoy, fiel a s¨ª mismo, probablemente espera que alguien en el PSOE haga ese trabajo por ¨¦l, o tal vez espera, simplemente, que el PSOE se rompa y, o bien termine absteni¨¦ndose, o bien acabe habiendo unas terceras elecciones en las que ¨¦l presume ¡ªno s¨¦ muy bien sobre la base de qu¨¦ evidencia¡ª que el panorama cambiar¨ªa radicalmente y no se producir¨ªa la misma situaci¨®n de bloqueo. Huelga decir que el beneficiario de cualquiera de estas opciones no es el pa¨ªs, ni siquiera el PP, sino ¨²nicamente Rajoy, o, mejor dicho, la supervivencia pol¨ªtica de Rajoy a corto plazo.
Qui¨¦n sabe c¨®mo acabar¨¢ esto y cu¨¢ndo. Por lo pronto, ya sabemos que la estrategia quietista de Rajoy le funciona razonablemente bien a ¨¦l cuando las reglas del juego sit¨²an la carga de la prueba en sus rivales. Cuando es ¨¦l quien tiene la carga de la prueba, ya sabemos que a nosotros nos ir¨¢ mal.
Pau Luque es investigador en el Instituto de Investigaciones Filos¨®ficas de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM)
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