Las chicas

Despu¨¦s de cuatro a?os esperando, los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo son (casi) historia. Tanto los fans como los agotados de este marat¨®n de gimnasia/esgrima/tiro con arco/baloncesto/nataci¨®n (todos ellos en sus mil modalidades con sus tantas fases) ya pueden respirar, descansar tranquilos y estar m¨¢s de media hora sin ver si toca tenis de mesa o hockey hierba.

Las que vamos a descansar somos nosotras, las mujeres. Perd¨®n, las chicas. ?No hay mujeres ol¨ªmpicas? Somos las chicas del baloncesto, las chicas de la gimnasia, ?las chicas del rugby! Hasta alg¨²n ¡°las ni?as¡± ha salido por ah¨ª (que no por aqu¨ª, por suerte). Ellos han sido los hombres, los muchachos, los tiarrones. Nosotras, las buenorras ol¨ªmpicas. Eso con suerte. Eso si est¨¢s lo suficientemente buena como para merecerte una noticia. Si eres normalita, ni eso. Y si pesas 100 kilos como Teresa Almeida, la portera de balonmano de Angola, quiz¨¢ seas carne de un titular como ¡°portera sin complejos¡±. Quiz¨¢ tu imagen se acompa?e con un icono de una hamburguesa. Parece que para muchos medios, incluso deportivos, si no est¨¢s potente no cuentas.

?Cu¨¢nto queda para cambiar eso, para que el foco no sean los cuerpos? ?No hemos venido a ganar? Al menos hay cosas que cambian: no hace falta jugar en bragas de siete cent¨ªmetros al voley playa. Siete cent¨ªmetros: ese era el m¨¢ximo de ancho de cadera permitido para el bikini. No hace 50 a?os, no: en Londres 2012. Ahora se puede ir hasta con hiyab, como demostraron las egipcias en una foto que dio la vuelta al mundo. Una foto clave, normalizadora, s¨ª, pero en la que nos volvemos a fijar en lo de siempre: los cuerpos. A ver si en Tokio nos dejan jugar.