El pueblo en el que la sonrisa no significa alegr¨ªa
Un estudio en Pap¨²a Nueva Guinea sugiere que las expresiones faciales de las emociones no son universales
El libro La vida sexual de los salvajes del noroeste de la Melanesia, publicado en 1929 por el antrop¨®logo austroh¨²ngaro Bronis?aw Malinowski, describe una ins¨®lita costumbre que el autor solo conoc¨ªa de o¨ªdas. Las mujeres de un pu?ado de aldeas de una isla ten¨ªan derecho, cuando estaban quitando las malas hierbas de las huertas, a asaltar a los hombres de otros poblados que se pusieran al alcance de su vista. ¡°El hombre se convierte entonces en juguete de las mujeres, que se entregan con ¨¦l a toda clase de violencias sexuales y crueldades obscenas, cubri¨¦ndole de inmundicias y maltrat¨¢ndole de mil maneras¡±, explicaba Malinowski.
El antrop¨®logo continuaba su relato sin escatimar detalles que, casi un siglo despu¨¦s, siguen siendo tab¨². ¡°Despu¨¦s de la primera eyaculaci¨®n la v¨ªctima puede ser tratada de la misma manera por otra mujer. A menudo pasan cosas m¨¢s repugnantes todav¨ªa. Algunas mujeres cubren el cuerpo del hombre con sus excrementos y orina, atacando con preferencia el rostro, que mancillan cuanto pueden¡±. El libro de Malinowski dibujaba las islas Trobriand (Pap¨²a Nueva Guinea) como un para¨ªso con una relativa libertad sexual, que a lo largo del siglo XX fue exagerada por publicaciones como Playboy y National Geographic, convirtiendo al archipi¨¦lago en ¡°las Islas del Amor¡±.
Pero no lo son. ¡°Va a ser que no. Hay sexo oficial y oficioso, como en todas partes, y a veces es m¨¢s visible porque son comunidades peque?as¡±, resume el psic¨®logo espa?ol Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Dols. El equipo de este experto de la Universidad Aut¨®noma de Madrid acaba de observar en las islas Trobriand algo que puede ser m¨¢s importante que la promiscuidad. En algunas de sus aldeas, la sonrisa no se asocia a la alegr¨ªa. ¡°La interpretan como una invitaci¨®n social, como la magia de la atracci¨®n¡±, explica.
El descubrimiento es may¨²sculo en su campo. La comunidad cient¨ªfica cree actualmente que las expresiones faciales de las emociones no est¨¢n determinadas por la cultura, sino que tienen un origen biol¨®gico y son universales. El padre de esta teor¨ªa es el psic¨®logo estadounidense Paul Ekman, asesor cient¨ªfico de la pel¨ªcula Inside Out (titulada Del rev¨¦s en Espa?a e Intensa Mente en Latinoam¨¦rica). El filme de Disney resume bien la llamada Tesis de la Universalidad, con cinco emociones cuyos gestos ser¨ªan reconocibles por cualquiera de los 7.400 millones de habitantes de la Tierra: alegr¨ªa, tristeza, enfado, miedo y asco.
Fern¨¢ndez Dols no est¨¢ de acuerdo. Su equipo ha estudiado las caras de decenas de deportistas ol¨ªmpicos recibiendo la medalla de oro, de un centenar de personas teniendo un orgasmo, de 174 luchadores de judo ganando sus peleas, de aficionados al f¨²tbol de celebraci¨®n y hasta de 22 toreros en plena faena. Y su conclusi¨®n es que las expresiones faciales, como la sonrisa, son herramientas para la interacci¨®n social, m¨¢s que una representaci¨®n de una emoci¨®n b¨¢sica interna.
El equipo de Fern¨¢ndez Dols tambi¨¦n ha estudiado las caras de alegr¨ªa de toreros y deportistas ol¨ªmpicos
¡°La industria de la felicidad mueve millones de euros y parte de que la sonrisa est¨¢ detr¨¢s de la felicidad¡±, afirma Fern¨¢ndez Dols, en referencia a la maquinaria internacional de cursos, libros de autoayuda y otras formas de charlataner¨ªa. ¡°Las expresiones faciales son estrategias interactivas. Los ni?os, cuando se caen, solo lloran cuando ven a su madre¡±, sostiene el psic¨®logo.
Las islas Trobriand son un archipi¨¦lago de atolones de coral sin electricidad ni agua corriente. Sus habitantes viven de la pesca y una rudimentaria agricultura. El psic¨®logo Carlos Crivelli, colega de Fern¨¢ndez Dols, y el antrop¨®logo Sergio Jarillo, del Museo de Historia Natural de Nueva York, mostraron a 68 ni?os y adolescentes de las islas seis fotograf¨ªas con las expresiones faciales protot¨ªpicas de alegr¨ªa, tristeza, enfado, miedo y asco, m¨¢s un rostro neutro. Hicieron lo mismo con 113 chavales de Madrid.
En Trobriand, solo el 58% de los chicos asoci¨® la sonrisa a la alegr¨ªa. El 46% acert¨® con la tristeza. El 31%, con el miedo. El 25%, con el asco. Y solo el 7% vincul¨® un rostro ce?udo al enfado. En Matemo, una isla perdida de Mozambique, los investigadores obtuvieron resultados similares. En Madrid, la inmensa mayor¨ªa de los participantes agrup¨® todas las emociones b¨¢sicas con sus supuestas expresiones faciales universales. Las conclusiones del estudio se han publicado en la revista JEP: General, de la Asociaci¨®n Estadounidense de Psicolog¨ªa.
¡°El concepto de emoci¨®n b¨¢sica es popular, pero no necesariamente cient¨ªfico¡±, opina Fern¨¢ndez Dols. El psic¨®logo recuerda que un reciente libro, The Book of Human Emotions, de la historiadora brit¨¢nica Tiffany Watt Smith, describe 156 emociones diferentes, como el awumbuk, una palabra de la cultura Baining de Pap¨²a Nueva Guinea que se refiere a la sensaci¨®n de vac¨ªo que dejan los invitados al irse. "En psicolog¨ªa empleamos el vocabulario de la calle. Es como si en f¨ªsica utilizaran palabras de la calle para estudiar la mec¨¢nica newtoniana. La gente quiere Inside Out, pero la realidad, a lo mejor, es otra".
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