Arnaldo Otegi

Arnaldo Otegi podr¨ªa no ser candidato a lehendakari en las pr¨®ximas elecciones del Pa¨ªs Vasco. La Junta Electoral as¨ª lo ha decidido siguiendo la opini¨®n, bastante fundada, del fiscal. En resumen, Otegi form¨® parte de ETA, y su condena incluye la inhabilitaci¨®n para el ejercicio de cargos p¨²blicos, sean o no electos.

Esto es bastante importante en nuestro sistema democr¨¢tico: nadie, por mucho apoyo popular que re¨²na, puede saltarse ciertos controles, como por ejemplo el de no haber ejercido la violencia.

Otegi estuvo en ETA, y hasta fecha muy pr¨®xima, e intent¨® legalizar uno de sus brazos pol¨ªticos, por lo que se llev¨® una condena de seis a?os que cumpli¨® ¨ªntegramente. La reinserci¨®n no tuvo efecto beneficioso para ¨¦l, porque no se arrepinti¨®. Y tenemos a un hombre que se presenta candidato a lehendakari sin haberse arrepentido p¨²blicamente de su pasado.

Otegi y sus partidarios reivindican ese pasado como algo muy positivo. Y hay que recordarles siempre, que es un pasado siniestro haber apoyado a ETA, que ha sido una organizaci¨®n mafiosa y asesina, sin matices. ?C¨®mo puede nadie defender todav¨ªa a una banda de asesinos y extorsionadores que tuvieron a todo un pa¨ªs asustado y a merced del canalla de turno que diera la orden de qu¨¦ nuca ten¨ªa que llevarse el siguiente tiro? Que estaban defendiendo el derecho de los ciudadanos vascos a ser independientes, no nos conmueve un mil¨ªmetro. Tambi¨¦n los asesinados por ETA ten¨ªan algunos derechos, el de la vida por supuesto, pero el de opinar sobre el futuro del pa¨ªs, tambi¨¦n. Para decirlo en lenguaje que pueda entender Otegi y sus amigos, Fernando Buesa era tambi¨¦n Euskal Herria.

As¨ª que, a riesgo de que Otegi se haga una mala opini¨®n de m¨ª, tengo que estar de acuerdo con el fiscal. ?C¨®mo me voy a fiar de alguien que ya ha jugado una vez con la vida de los dem¨¢s si no coincid¨ªa con su opini¨®n?

Hay todav¨ªa una cosa que es preciso aclarar cuanto antes: si es cierto o no que se ha dado un trato de favor distinto a los canallas que representaron a Franco que a los que representaban su oposici¨®n.

Es verdad, los asesinos que militaban en el franquismo se llevaron una amnist¨ªa total, como la de algunos defensores de la democracia. Y es verdad que ese perd¨®n fue muy seguramente injusto en muchos casos.

ETA ya tuvo sus amnist¨ªas, pero ha perdido la guerra que empez¨® contra Franco y sigui¨® con m¨¢s ferocidad contra la democracia. No puede imponer las condiciones de la paz.