¡®Burkini¡¯ no es terrorismo

El gran reto de las sociedades democr¨¢ticas es mantener su r¨¦gimen de libertades en buen estado de salud frente a las presiones restrictivas derivadas de la lucha contra el terrorismo. En un paso importante para esta ecuaci¨®n clave, el Consejo de Estado de Francia suspendi¨® ayer el veto al burkini que hab¨ªa dictado el alcalde de Villeneuve-Loubet (Alpes-Maritimes) en una decisi¨®n que sentar¨¢ jurisprudencia para la treintena de Ayuntamientos que lo hab¨ªan prohibido. El ¨®rgano, m¨¢xima autoridad administrativa del pa¨ªs, considera que la prohibici¨®n ¡°es un atentado grave y manifiestamente ilegal contra las libertades fundamentales¡± y que el alcalde se ha extralimitado en sus competencias, que se ci?en a garantizar un orden p¨²blico que en modo alguno, dice el Consejo, est¨¢ amenazado por el ba?ador isl¨¢mico.

Las im¨¢genes de unos polic¨ªas obligando a una mujer musulmana a quitarse una camisa en la playa de Niza no solo han ejemplificado lo absurdo e injustificado de esta norma, sino que han alimentado la intolerancia y sometido la convivencia a tensiones innecesarias. El debate, adem¨¢s, no solo ha dividido al Gobierno entre quienes han ¡°comprendido¡± las prohibiciones, como el primer ministro Valls, y quienes se han alineado con las libertades, como la alcaldesa de Par¨ªs y la ministra de Educaci¨®n, sino que tambi¨¦n ha dado alas a la ultraderecha y al oportunismo de Sarkozy, que sugieren m¨¢s prohibiciones al calor del miedo. El burkini, como el burka y el niqab, no pueden ser bienvenidos en una sociedad igualitaria, pues suponen una imposici¨®n que subordina a la mujer, pero su prohibici¨®n en la playa supone alinearse con un recorte de libertades que nada a?ade a la seguridad p¨²blica. El Consejo de Estado ha subrayado que ¡°la inquietud¡± desatada tras el atentado de Niza no basta para justificarlo. El desaf¨ªo terrorista, en suma, debe encontrar de frente Gobiernos que garanticen seguridad y libertad sin entretenerse en divisiones sobre un ba?ador.