Brasil, viejos problemas
Una pronta recuperaci¨®n econ¨®mica es lo que ¨²nico que puede salvar a Temer
Ahora que Dilma Rousseff es historia y los Juegos Ol¨ªmpicos han rebatido las predicciones de apocalipsis, los brasile?os esperan pasar p¨¢gina por fin despu¨¦s de dos horribles a?os de recesi¨®n e incertidumbre.
?Por desgracia, no ser¨¢ f¨¢cil. Los mismos dos problemas que han hecho caer a Rousseff ¨Cuna crisis presupuestaria y un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de escala inaudita¨C seguir¨¢n caus¨¢ndole graves dolores de cabeza a su sucesor, el presidente Michel Temer. Este abogado constitucionalista de 75 a?os disfruta de la confianza de la mayor parte de la comunidad empresarial local y extranjera, que se alegra de ver el fin de Rousseff, de su mala gesti¨®n presupuestaria y de su pol¨ªtica industrial. Aun as¨ª, Temer tiene un margen muy estrecho para dirigir una vuelta a la normalidad, y algunos acontecimientos estar¨¢n simplemente fuera de su control.
La econom¨ªa brasile?a, que juega a favor de Temer, ha empezado a dar peque?as se?ales de vida en medio de la recesi¨®n m¨¢s prolongada y profunda en 80 a?os, y posiblemente de toda su historia. Entre los 10 sectores econ¨®micos analizados por la Funda??o Get¨²lio Vargas, una escuela de negocios y grupo de an¨¢lisis, siete parecen estar ahora creciendo o tocando fondo. La recuperaci¨®n est¨¢ liderada por los textiles, el calzado y los autom¨®viles, todos ellos exportaciones significativas, gracias en parte a que la moneda de Brasil est¨¢ relativamente barata y a una incipiente recuperaci¨®n de la confianza de los inversores. Seg¨²n un sondeo semanal llevado a cabo por el banco central, los economistas creen ahora que la econom¨ªa crecer¨¢ un 1,2% en 2017, una modesta mejora respecto a las predicciones medias de una expansi¨®n del 0,2% que segu¨ªan haci¨¦ndose en abril, el ¨²ltimo mes completo de Rousseff en el poder.
Si la recuperaci¨®n contin¨²a, Temer cosechar¨¢ los beneficios. Al igual que los norteamericanos (pero a diferencia, digamos, de los peruanos), la historia reciente indica que muchos brasile?os est¨¢n dispuestos a pasar por alto la falta de honradez y apoyar a sus dirigentes siempre que la econom¨ªa crezca. En efecto, la mayor¨ªa de los votantes se mostraron dispuestos a mirar hacia otro lado cuando se descubri¨® que el Gobierno de Luis Inacio da Silva, Lula, sobornaba sistem¨¢ticamente a los legisladores a mediados de la d¨¦cada de 2000, un periodo de prosperidad. Lula fue reelegido de todos modos.
De modo similar, si Temer logra dirigir un cambio radical, su tasa de aprobaci¨®n subir¨¢ del nivel actual, de solo el 14%, que no es mucho m¨¢s alta que la de Rousseff. Debido a su falta de carisma y a la magnitud de las tareas que tiene por delante, es posible que Temer nunca llegue a ser popular, ni siquiera aunque logre un ¨¦xito masivo. Pero s¨ª podr¨ªa convertirse en una respetada figura de transici¨®n al estilo de Itamar Franco, otro vicepresidente que en la d¨¦cada de 1990 se hizo con el tim¨®n del pa¨ªs tras una destituci¨®n y consigui¨® poner fin a la hiperinflaci¨®n. En el mejor de los casos, Temer podr¨ªa ser recordado como el hombre que puso fin a la peor crisis de Brasil e inici¨® la tarea de abrir la econom¨ªa m¨¢s cerrada de Am¨¦rica, y hasta elegir a su sucesor preferido en 2018 y retirarse con tranquilidad e influencia.
Si Temer logra dirigir un cambio radical, su tasa de aprobaci¨®n subir¨¢ del nivel actual, de solo el 14%
La principal amenaza para este escenario es la llamada operaci¨®n Lava Jato que investiga la corrupci¨®n en Petrobr¨¢s; un caso que, pese a la salida de Rousseff, dista mucho de haberse cerrado.
La inminente declaraci¨®n para reducir pena efectuada por importantes ejecutivos de empresas que participaron en el fraude de Petrobras, Odebrecht y OAS, desatar¨¢ nuevos terremotos en Brasilia. Los medios informativos han dado a entender que el testimonio es una especie de ¡°qui¨¦n es qui¨¦n¡± de la pol¨ªtica brasile?a, y cita a numerosas figuras de diversos partidos, entre ellas Lula, Rousseff y el propio Temer. (Los tres niegan categ¨®ricamente cualquier conducta reprochable). Por azar o adrede, la mayor parte de esta declaraci¨®n no se public¨® antes de la destituci¨®n de Rousseff, pero podr¨ªa hacerse p¨²blica en las pr¨®ximas semanas.
Las acusaciones contra una gama tan amplia de partidos y pol¨ªticos han planteado la duda de si alguien ligado a la forma tradicional de hacer negocios en Brasilia podr¨¢ sobrevivir a largo plazo. Aproximadamente el 60% de los legisladores federales de Brasil son ya objeto de acusaciones graves, como soborno y fraude electoral. Por otra parte, el juez federal Sergio Moro, encargado de la investigaci¨®n Lava Jato, disfruta de amplio respaldo entre los brasile?os, que consideran que la purga de la corrupci¨®n es el ¨²nico rayo de esperanza de los ¨²ltimos dos a?os, y un paso necesario para afianzar la democracia instaurada en Brasil hace 31 a?os. Es improbable que su investigaci¨®n empiece a perder intensidad hasta 2017.
La principal amenaza para el nuevo escenario es la llamada operaci¨®n Lava Jato que investiga la corrupci¨®n en Petrobr¨¢s
Esto nos lleva al dilema esencial de Temer. Su necesidad de conservar el respaldo en un Congreso paranoico y garantizar la gobernabilidad en condiciones impredecibles puede, perversamente, socavar lo ¨²nico capaz de salvarlo: una recuperaci¨®n econ¨®mica. Los l¨ªderes empresariales y los economistas est¨¢n impacient¨¢ndose ante la incapacidad de Temer para reducir un d¨¦ficit que superaba el 10% del PIB en 2015. Muchos advierten de que la incipiente recuperaci¨®n econ¨®mica se paralizar¨¢ si no se observan se?ales m¨¢s claras de que el d¨¦ficit se reducir¨¢ pronto. Pero por el momento, Temer se ha mostrado reacio a aplicar medidas de austeridad fuertes e inmediatas por temor a enemistarse con su base legislativa. Por ejemplo, a principios de este mes, su Gobierno renunci¨® al intento de congelar el salario de los trabajadores durante dos a?os.
Es posible que, tras la destituci¨®n, veamos a un Temer m¨¢s decidido y m¨¢s dispuesto a ofender a sus aliados por el bien de un beneficio a largo plazo. Pero sin una acci¨®n firme, y quiz¨¢s con un poquito de suerte, es posible que Rousseff disfrute de la venganza suprema: que Temer acabe deseando que ella nunca se hubiese ido.
Brian Winter es redactor jefe de Americas Quarterly, una revista sobre pol¨ªtica, negocios y cultura en Latinoam¨¦rica.
Traducci¨®n de News Clips.
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