Triunfar y leer
Las chicas del momento: M2Malletier. Luisg¨¦ Mart¨ªn y Alan Moore, lecturas de oto?o. Margaret Qualley, la danzarina loca
Margaret Qualley. La danzarina loca.
La habr¨¢n visto bailando sincopadamente en el v¨ªdeo viral del momento, detr¨¢s del que est¨¢ una marca de lujo. Pero esto no va de publicidades, si no de ella. De la bailarina. De Margaret Qualley. La chica a la que sacaron tan poco partido en la serie The Leftovers. La hija de Andie MacDowell y del modelo Paul Qualley, m¨¢s que padres, toda una bendici¨®n gen¨¦tica. Iba para bailarina barra modelo pero al igual que su divina madre decidi¨® que prefer¨ªa la interpretaci¨®n. Y tras unos t¨ªmidos inicios en el baile de debutantes del H?tel de Crillon, ahora baila de nuevo, vestida de verde y no de blanco, y gui?a los ojos, y se retuerce, y, llora, y dispara. Y nos encanta. El culpable de este ataque de libertinaje danzar¨ªn, el cineasta Spike Jonze.?
Las chicas del momento. M2Malletier
Muchos lo intentan pero pocos consiguen que Taylor Swift, Jessica Alba, Emma Watson, Cate Blanchett y Eva Mendes (?pedazo alineaci¨®n!) luzcan el objeto de deseo del momento: un bolso, todo glamur y l¨ªneas puras, de M2Malletier. Melissa Losada Bofill y Marcela V¨¦lez son el d¨²o detr¨¢s de esta marca de lujo creada de la nada en menos de cinco a?os, dos colombianas afincadas en Barcelona que se convirtieron en inseparables mientras cursaban estudios de dise?o en la escuela Parsons de Nueva York. Un sue?o americano pasado por Bogot¨¢.
Luisg¨¦ Mart¨ªn y Alan Moore. Lecturas de oto?o
Ratones de biblioteca, afilemos los colmillos, porque en una semana ya se puede hincar el diente a lo ¨²ltimo del autor de V de Vendetta y Watchmen. Atenci¨®n: Alan Moore se pasa a la novela con Jerusalem. Los que no pueden esperar tendr¨¢n que leerla en versi¨®n original. Para leer a Luisg¨¦ Martin no necesitamos el m¨¦todo Assimil. En El amor del rev¨¦s, comparte con sus lectores el trauma de los inicios de su homosexualidad. Para todo tipo de lectores, pero para los hom¨®fobos y micro hom¨®fobos ¡ªque quedan muchos¡ª lectura obligatoria.
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