La continuidad como propuesta
Nadie deber¨ªa pensar que si el PP gobierna de nuevo, lo har¨¢ de manera distinta
Lo ¨²nico sorprendente de la doble y fallida sesi¨®n de investidura de Mariano Rajoy?fue la posici¨®n del propio Rajoy. Tanto se fija todo el mundo en lo que har¨¢n los dem¨¢s, que pareci¨® como si las palabras del candidato en la tribuna de la C¨¢mara no tuvieran la menor importancia, como si no se tratara de un pol¨ªtico que ped¨ªa seguir gobernando durante cuatro a?os m¨¢s, sino de alguien que fuera a ocupar un cargo honor¨ªfico, sin mayor trascendencia.
Sin embargo, Mariano Rajoy dej¨® bien claro de qu¨¦ se trataba: de seguir gobernando. Y de hacerlo igual que lo ha hecho hasta ahora. El candidato no dio el menor argumento que pudiera favorecer un debate en las filas de la oposici¨®n. Lleg¨® a la C¨¢mara sin haber hecho ni un peque?o esfuerzo que los dem¨¢s pudieran valorar (el cese de alg¨²n ministro, por ejemplo) y ofreciendo exclusivamente continuidad en todos los campos de la pol¨ªtica y la econom¨ªa, junto con un total inmovilismo en el asunto catal¨¢n. A Espa?a le conviene que contin¨²en nuestras pol¨ªticas, que se conserve todo lo bueno que hemos hecho y que preservemos en el camino emprendido, dijo textualmente.
Pretender que el Partido Socialista hubiera abierto un debate sobre ese "manifiesto" es inaudito. Tanto que hasta el portavoz de Ciudadanos, Albert Rivera, intent¨® salir del apuro con una finta: abst¨¦ngase el PSOE, permita que Rajoy sea elegido presidente del Gobierno, y luego ya le impediremos, ustedes y nosotros, que gobierne. Son¨® extravagante. El Gobierno espa?ol es parlamentario, en el sentido de que queda sometido al control de la C¨¢mara, pero el ejecutivo dispone de una poderosa estructura de poder y el PP y su presidente tienen una gran experiencia en su uso y, por lo que se vio, una nula voluntad de acomodarse a nuevas f¨®rmulas. Nadie deber¨ªa pensar que si el PP gobierna de nuevo, lo har¨¢ de manera distinta. Mariano Rajoy est¨¢ convencido de que lo que hace falta es continuidad, y eso es lo que har¨¢: continuar. ?C¨®mo interpretar, si no, el alarde de nombrar esa misma noche al exministro Soria, con empresas radicadas en para¨ªsos fiscales, para un alto cargo internacional?
Saber qu¨¦ suceder¨¢ ahora, exige paciencia. Hay que esperar al 25 de septiembre y conocer los resultados de las elecciones vascas y gallegas. Saber si el PNV necesitar¨¢ el apoyo del PP (en las hemerotecas hay testimonios del juicio que merec¨ªa Aznar a Arzallus y de c¨®mo fue perfectamente compatible, llegado el momento, con un acuerdo de investidura). Conocer en qu¨¦ posici¨®n quedar¨¢n los socialistas tanto en el Pa¨ªs Vasco como en Galicia. No es lo mismo, por ejemplo, formar gobierno con las Mareas y sacar al PP de la Xunta que una mayor¨ªa absoluta popular. Tampoco ser¨ªa lo mismo para Rajoy, dentro del PP, perder la Xunta. Para el presidente en funciones, la mejor opci¨®n ser¨ªa lograr el apoyo del PNV y quedar en el Congreso a falta exclusivamente de un diputado.
Saber qu¨¦ suceder¨¢ exige paciencia. Hay que esperar a los resultados de las elecciones vascas y gallegas
En cualquier caso, en el PSOE se ha producido ya un fen¨®meno interesante: quienes estaban a favor de la abstenci¨®n y de permitir a Rajoy gobernar se tientan ahora la ropa, conscientes de que la militancia socialista est¨¢ radicalmente en contra de esa abstenci¨®n y que, llegadas unas primarias, Pedro S¨¢nchez y su firme "no es no" tendr¨ªa muchas posibilidades de mantenerse en la secretaria general. S¨¢nchez record¨® en el Congreso que sigue teniendo mandato para negociar con Podemos y que puede reiniciar el camino para una improbable abstenci¨®n de CS. La llamada v¨ªa Iceta. Cosas m¨¢s raras se han visto en pol¨ªtica. Incluso, una tercera v¨ªa presidencial a la danesa (con un independiente o mejor aun, Rivera, al frente), o unas terceras elecciones, eso s¨ª, corregida la est¨²pida idea de celebrarlas en Navidad.
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