Ni Rajoy ni S¨¢nchez
Pedimos a los dos responsables del bloqueo que den un paso atr¨¢s
Editoriales anteriores
Fracasada la investidura de Mariano Rajoy, se glosa lo sucedido como si fuera un incidente de recorrido. Domina la impresi¨®n de que el PSOE puede entrar en crisis, bien porque dirigentes de peso obliguen a Pedro S¨¢nchez a abstenerse en un segundo intento de Rajoy, bien porque el propio S¨¢nchez consiga seguir adelante en su insensato camino. Y empieza a ponerse sobre la mesa la necesidad de que el PP busque un nombre que sea capaz de generar m¨¢s apoyos de los que ha conseguido Rajoy. No menos extendida se encuentra la idea de acudir a votar por tercera vez, en Navidad o quiz¨¢ una semana antes.
Entre toda esta confusi¨®n, lo primordial a nuestro juicio es impedir que los espa?oles tengan que volver a las urnas, algo que hay que evitar de cualquier forma. Se detecta entre muchos de nuestros dirigentes pol¨ªticos un profundo error de apreciaci¨®n de lo que significan las urnas, un instrumento que no se puede banalizar. Equiparar la trascendencia de repetir las elecciones a la de una ronda de encuestas da?a la credibilidad del sistema pol¨ªtico. Lo peor es que se pretende presionar al cuerpo electoral para que acepte dar mayor¨ªa amplia a alg¨²n partido, lo cual equivale a forzarle a rectificar las decisiones que ya ha tomado. Decimos con toda claridad que forzar una tercera convocatoria de elecciones nos parece un fraude democr¨¢tico de primer orden que no debe ser consentido. Convocar a la ciudadan¨ªa nuevamente simplemente porque disgusta el resultado anterior de las urnas deslegitima tanto al sistema como a los que pretenden hacernos transitar por ese camino.
Una terceras elecciones supondr¨ªan un fraude a la democracia que no debe ser consentido
No se puede frivolizar con la idea de que se est¨¢ mejor sin Gobierno: hasta un mal Gobierno es mejor que el vac¨ªo en el que vivimos desde hace ochos meses. Hasta ahora el crecimiento econ¨®mico no se ha visto mermado por la provisionalidad del Ejecutivo, pero nadie debe tentar la suerte. No habr¨¢ Presupuestos del Estado para 2017 sin un Gobierno en plenas funciones, puesto que el Gabinete interino tiene vedado legalmente presentarlos. No se pueden realizar nombramientos. La tensi¨®n secesionista de las autoridades de Catalu?a y la agitaci¨®n existente en la Uni¨®n Europea ¡ªacentuada por el Brexit¡ª requieren un Gobierno muy atento y con plenas capacidades. Tampoco se puede ejercer el control parlamentario sobre el Gobierno en funciones.
En caso de un bloqueo como el actual, debe gobernar la fuerza m¨¢s votada
Falta en la Constituci¨®n un mecanismo de salida para situaciones de bloqueo como la actual. Y convocar las terceras elecciones generales en un a?o no puede sustituirlo: llevamos dos y ni siquiera est¨¢ claro que a la tercera vaya la vencida. Por eso las c¨²pulas partidistas, tan dispuestas a ponerse de acuerdo para una reforma expr¨¦s de la ley electoral, tienen otra tarea prioritaria: pactar un procedimiento que impida el grotesco recurso a otras elecciones navide?as. A las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas puede parecerles inconcebible permitir el gobierno del partido m¨¢s votado, pero, a falta de alternativa, esta es la soluci¨®n m¨¢s respetuosa con la voluntad expresada en las urnas.
Hemos pedido insistentemente que el PSOE se abstuviera en la investidura de Rajoy y que le permitiese formar Gobierno, por muy poco que lo mereciese. Esa posibilidad se ha esfumado por la terquedad de S¨¢nchez en su viaje a ninguna parte. Ahora ya ha quedado claro que ni Rajoy ni S¨¢nchez, cuando lo intent¨® en abril, han sido capaces de reunir apoyos suficientes. Quiz¨¢ ha llegado el momento, como sugiri¨® el viernes Albert Rivera ante el Congreso, de que ambos pol¨ªticos den un paso atr¨¢s y dejen que otros l¨ªderes en sus respectivos partidos busquen mejor suerte. Si algo ha quedado claro en todos estos meses turbulentos es que ni Rajoy ni S¨¢nchez re¨²nen las condiciones adecuadas para gestionar esta crisis. El primero ha sido el m¨¢s votado en dos elecciones sucesivas y reclama con raz¨®n un reconocimiento. Pero lo cierto es que tambi¨¦n es la figura que simboliza a un partido que debe pagar un precio por la corrupci¨®n. Entendemos el sacrificio personal que esto representa para Rajoy, pero ¨¦l mismo ha esgrimido en el ¨²ltimo debate de investidura argumentos de patriotismo que muy bien pueden valer ahora para justificar ese paso. En cuanto a S¨¢nchez, su incapacidad para hacer buen uso de esos 85 diputados que le han dado los ciudadanos ha sido palpable. Ya deber¨ªa haber renunciado tras dos derrotas hist¨®ricas consecutivas. Pero ¨¦l mismo se ha cargado de razones para hacerlo durante este periodo en el que ha conducido al PSOE a la irrelevancia.
Hay que evitar la repetici¨®n de elecciones a cualquier precio. Cuando llegue el momento, insistiremos en que si el PSOE o el PP no pueden formar Gobierno tampoco deben impedir que el otro lo haga, descartando al mismo tiempo aventuras suicidas que los socialistas no deber¨ªan permitir jam¨¢s. Y creemos que sin Rajoy ni S¨¢nchez las posibilidades de unir fuerzas para que se forme un Gobierno crecen considerablemente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.