No baja el nivel educativo
En Espa?a sobra cualificaci¨®n. El problema es que falta empleo digno para j¨®venes brillantes
Comienza un curso escolar presidido, una vez m¨¢s, por el lamento un¨¢nime entre intelectuales y acad¨¦micos acerca del alarmante descenso en el nivel de los alumnos. Pues, se pongan como se pongan, no es cierto, no tenemos los peores alumnos de la historia de Espa?a.
El estudio internacional PIAAC (el PISA de adultos) nos permite evaluar el nivel de competencias de la poblaci¨®n entre 16 y 65 a?os. La comparaci¨®n de las diversas generaciones debe hacerse con cuidado, pues comparamos a personas con el mismo t¨ªtulo, pero con distinta edad. Con esta precauci¨®n, los datos muestran que el sistema educativo espa?ol desde principios de los setenta hasta principios de los dos mil ha sido una m¨¢quina sorprendentemente constante de certificar competencias.
Las reformas legislativas, las intensas oscilaciones en inversi¨®n educativa vividas durante todo ese periodo¡ Nada de eso alter¨® el nivel de competencias gen¨¦ricas asociados a cada nivel educativo. Esos cambios han contribuido a que aumente el peso de la poblaci¨®n con mayores t¨ªtulos educativos, pero no han devaluado el nivel de competencias asociado al t¨ªtulo. La combinaci¨®n entre dicha constancia y el aumento del nivel de titulaci¨®n hace que Espa?a sea uno de los pa¨ªses participantes en el estudio, tras Corea del Sur y Finlandia, en el que m¨¢s aumenta el nivel de competencias de la poblaci¨®n joven con respecto a la m¨¢s adulta.
Intentar¨¦ explicar la contradicci¨®n entre lo que dicen los datos y lo que dice tanto intelectual y profesor de Universidad: que los j¨®venes de hoy saben menos que los de antes. Lo que miden las pruebas como PISA son destrezas generales, pero lo que evaluamos en los centros educativos son conocimientos adquiridos en un programa. Es posible que el nivel de matem¨¢ticas de quienes acceden a primero de carrera es ahora mucho m¨¢s bajo que hace 20 a?os, pero eso no lo mide PIAAC. Lo que ha sucedido en este tiempo es que se han reducido las horas de curr¨ªculos dedicados a matem¨¢ticas. Y en la Universidad nos hemos comportado como si esto no hubiese sucedido. Esas horas que dan menos matem¨¢ticas, dan m¨¢s de otras materias, como una segunda lengua extranjera. Para a?adir una asignatura, debemos eliminar otra.
PISA mide destrezas generales, pero lo que evaluamos en los centros? son conocimientos adquiridos en un programa
Otro indicador que se aduce de la devaluaci¨®n de la educaci¨®n es el paro de los titulados superiores. Pero esta expresi¨®n es confusa. Incluso muchos expertos y responsables pol¨ªticos hablan de paro de los titulados superiores como sin¨®nimo de universitarios, cuando los titulados superiores son tambi¨¦n los titulados de la actual Formaci¨®n Profesional de Grado Superior y los antiguos titulados de FP II. Se afirma que tenemos muchos titulados en educaci¨®n superior, sin saber que en titulados universitarios estamos en promedios europeos y en titulados en FP superior, por encima.
Otra confusi¨®n es comparar j¨®venes con la misma edad pero con distintos t¨ªtulos, cuando lo importante no es la edad, sino la experiencia. Una joven universitaria tiene unos cinco a?os menos de experiencia laboral que una joven de la misma edad con un Ciclo Formativo de Grado Medio. Cuando tenemos en cuenta el tiempo desde que acabaron los estudios, el desempe?o de los universitarios mejora. Pero mejora a partir de los 30 a?os, a pesar de que durante 40 a?os hemos aguantado la falacia de ¡°Universidad, f¨¢brica de parados¡±.
?Y la sobrecualificaci¨®n? Espa?a es de los pa¨ªses con m¨¢s sobrecualificados de nuestro entorno. ?La Universidad prepara mal? No tenemos Universidades excelentes, pero tampoco mediocres, estamos en la ¡°clase media¡±, por encima de lo que nos corresponde dada la financiaci¨®n de la educaci¨®n y la investigaci¨®n en nuestro pa¨ªs. Adem¨¢s, no se detecta que ni nuestros estudiantes ni profesionales tengan problemas para incorporarse al mercado laboral en otros pa¨ªses, m¨¢s bien al contrario, aunque sobre esto no contamos con buenos datos.
El problema no es de j¨®venes mal preparados, como vemos con desesperaci¨®n muchos profesores, pues nuestros j¨®venes m¨¢s brillantes se marchan a otros pa¨ªses. Nuestro problema es que no hay empleo digno para j¨®venes brillantes. En la ¨¦poca de expansi¨®n econ¨®mica, los inmigrantes que llegaban eran de baja cualificaci¨®n, no de alta. Y en la ¨¦poca de crisis, se van nuestros j¨®venes m¨¢s cualificados, no los menos. Esto apunta claramente a que el problema de fondo est¨¢ en el modelo productivo, necesitado de empleo de baja cualificaci¨®n. La devaluaci¨®n es de las condiciones de trabajo, no de la educaci¨®n.
Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez Garc¨ªa es profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad de La Laguna.
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