La educaci¨®n en Espa?a: radiograf¨ªa en 10 claves
Ocho millones de estudiantes de educaci¨®n primaria y secundaria regresan en las pr¨®ximas dos semanas a las aulas en un nuevo comienzo de curso
Se acaban las vacaciones, queda atr¨¢s el verano y, como es recurrente, con septiembre arranca el nuevo curso escolar. M¨¢s de ocho millones de estudiantes de primaria y secundaria volver¨¢n a pisar un colegio. ?Nada nuevo bajo el sol? Esta es una radiograf¨ªa en 10 claves sobre el estado de la educaci¨®n en Espa?a y sobre c¨®mo empiezan las clases:
?1. El nivel, medir la calidad
No todo encaja en un reloj, una balanza, un bar¨®metro o una escala del uno al diez. No todo es f¨¢cilmente mesurable. ?C¨®mo podemos saber si la educaci¨®n en Espa?a es buena (o mala, como con toda probabilidad tendamos a pensar)? Uno de los intentos m¨¢s establecidos es el informe Pisa de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE). Aunque su aparici¨®n casi siempre provocaba alg¨²n temblor de piernas ¡ªnunca salimos bien parados¡ª, el ¨²ltimo deja visos de esperanza. Seguimos teniendo una tasa de j¨®venes de entre 18 y 24 a?os que salen de las aulas con solo el t¨ªtulo de la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria (ESO) an¨®malamente alta, un 19,7%, y no parece factible que se cumpla el objetivo de que en 2020 el abandono alcance un m¨¢ximo del 15% (salvo las chicas, que rozan ya el 15,5%); pero en matem¨¢ticas, lectura y ciencia nos encontramos apenas debajo de la media europea e inmediatamente por encima de Rusia, Italia, Portugal o incluso Estados Unidos.
Otro estudio que cruza los dos informes que la OCDE elabora en torno a alumnos y a ense?antes extrae conclusiones claras: que un profesor tenga un t¨ªtulo de doctorado importa 5,5 veces m¨¢s que cualquier otra formaci¨®n transversal que atesore; que haya pocos alumnos por aula influye 3,5 veces m¨¢s que la posibilidad que ¨¦stos tengan de utilizar durante el aprendizaje nuevas tecnolog¨ªas. Dif¨ªcil, desde luego, en un pa¨ªs que entre 2012 y 2014 perdi¨® 24.248 docentes, seg¨²n el Ministerio de Educaci¨®n, y los va recuperando con parsimonia.
2. La factura, lo que se llev¨® la crisis
El gasto educativo ha ca¨ªdo en 8.920 millones y desciende a niveles de hace 25 a?os. El dinero que destinan las Administraciones ha pasado de 53.895 millones a 44.974, mientras que el n¨²mero de alumnos ha subido un 7,7%. Del total del PIB, tan solo un 3,89% est¨¢ previsto que vaya en 2016 para educaci¨®n, un punto menos de lo que ya en 2012 el resto de pa¨ªses de la OCDE asignaba de media. Los mayores recortes afectaron a formaci¨®n de profesores y a educaci¨®n compensatoria para alumnos rezagados, lo que ha agravado la desigualdad en un sistema que ya recibi¨® el en¨¦simo tir¨®n de orejas por los much¨ªsimos estudiantes que repet¨ªan curso y que se descolgaban y perd¨ªan el inter¨¦s.
Para las familias, para cada hogar, por cada hijo o hija que asista a clase, el comienzo de curso supondr¨¢ un gasto de entre 125 y 500 euros, seg¨²n estimaciones de las principales federaciones de padres. Estas cantidades no contemplan nada m¨¢s que los propios libros y material escolar. El c¨¢lculo de cu¨¢nto ser¨ªa el total es complejo, depende de demasiadas variables, si est¨¢n matriculados en una escuela p¨²blica o privada, la Comunidad Aut¨®noma en que residan, si llevan uniforme, pero en todos los casos el gasto mayor en el que incurren es ese de los libros de texto y material escolar. Justo al contrario que en el resto de pa¨ªses europeos.
3. Rev¨¢lidas o un futuro que se parece a 1970
Por primera vez desde 1970, medio mill¨®n de alumnos de 4? de ESO y 2? de Bachillerato tendr¨¢n que afrontar sendos ex¨¢menes externos y nacionales que corroboren que han aprendido lo que se supone que deb¨ªan aprender. Si no aprueban, pierden el derecho a obtener el t¨ªtulo. A lo largo de 2017 ser¨¢n todav¨ªa un ensayo, a partir de 2018 contar¨¢n para sacarse el diploma. S¨®lo cinco pa¨ªses de la UE (Portugal, Rusia, Italia, Estonia y Malta) hacen unos tests semejantes en la educaci¨®n obligatoria, otros ocho los utilizan para cerciorarse de que se cumplen los curr¨ªculos, aunque no son vinculantes.
M¨¢s del 80% de la comunidad docente, los principales sindicatos y hasta las asociaciones de directores de instituto rechazan las rev¨¢lidas de plano. Aducen que pueden expulsar a chicos tras cuatro a?os de estudio, que en tiempos de potenciar el aprendizaje continuo se vuelve a caer en el riesgo de ense?ar a pasar un examen en vez de adquirir conocimientos y habilidades, como ya ocurre de hecho con la Selectividad. Jug¨¢rsela a una carta, con lo que ello conlleva, y minusvalorar el d¨ªa a d¨ªa.
4. Los deberes, llevarse trabajo a casa
Las clases no pueden servir para corregir los ejercicios hechos en casa, explicar entre uno y otro la teor¨ªa y mandar una lista nueva de tareas, a continuaci¨®n. De acuerdo, ?no? Obvio. Hemos dejado atr¨¢s la era de las lecciones magistrales, ?verdad? Seg¨²n la OCDE no deber¨ªamos estar tan seguros. Los estudiantes, incluso aquellos que tienen un rendimiento menor ¡ªy sin que se haya observado que sirva para mejorar¡ª pasan 4,7 horas semanales resolviendo deberes. Una y media m¨¢s que el resto de Europa. La confederaci¨®n de familias de la p¨²blica, la Ceapa, inici¨® antes del verano una cruzada que pretend¨ªa evitar que los centros encomendaran tareas en los meses de descanso a los ni?os y seguir¨¢n ahora persiguiendo lo que designan una ¡°racionalizaci¨®n de los deberes fuera del horario lectivo¡±. La pr¨¢ctica hace al maestro, dice el refr¨¢n, y tal vez el tiempo de las clases no sea suficiente, pero el debate de qu¨¦ hacer con los deberes est¨¢ abierto.
5. Los horarios, los largos veranos
Cantabria estrena un calendario a la francesa: cada dos meses lectivos, una semana de vacaciones. Recortan 15 d¨ªas del descanso estival y eliminan los ex¨¢menes de septiembre. El prop¨®sito es instaurar un modelo con cinco bimestres y per¨ªodos de evaluaci¨®n m¨¢s llevaderos. De esta forma ya antes de Navidad los profesores tienen la oportunidad de corregir los desequilibrios que encuentren y encauzar el rumbo de quien los sufra. Ram¨®n Ruiz, que antes de ser consejero de Educaci¨®n fue maestro, estima que mejorar¨¢n el rendimiento. El consejo de pedagogos no ve m¨¢s que subjetividades y ning¨²n argumento s¨®lido para defender la medida, los padres se quejan de que nadie les consult¨® y se preguntan, l¨®gicamente, c¨®mo van a conciliar ahora sus trabajos con el tiempo libre de sus hijos. ?Qu¨¦ van a hacer durante esas semanas los ni?os?
6. El biling¨¹ismo, asignatura pendiente
Lentos, pero encaminados. Las pr¨®ximas generaciones romper¨¢n el t¨®pico y hablar¨¢n ingl¨¦s al salir del colegio. La preparaci¨®n del profesorado en universidades extranjeras, de Gran Breta?a, Estados Unidos o Canad¨¢; la irrupci¨®n de auxiliares de conversaci¨®n nativos en las aulas; y un cambio metodol¨®gico, que entre otras cuestiones, ha aumentado el n¨²mero de horas lectivas semanales y ha posibilitado impartir algunas materias en ingl¨¦s (salvo matem¨¢ticas, lengua y literatura), son algunas de las medidas aplicadas por la mayor¨ªa de las comunidades aut¨®nomas (cada una a su ritmo) para alcanzar el biling¨¹ismo. Hablar perfectamente dos idiomas mejora tambi¨¦n la capacidad para aprender. Lo dice un estudio conjunto del Ministerio de Educaci¨®n y el British Council sobre la experiencia de 120 colegios p¨²blicos espa?oles en el que se constata, adem¨¢s, que tres de cada cuatro alumnos obtienen una nota de notable o sobresaliente en las pruebas externas del Trinity College o la Universidad de Camdridge. En Madrid, decana en la implementaci¨®n de esta iniciativa, el gran problema fue la carencia tanto de profesores como de maestros en posesi¨®n de un certificado C-1. Un peligro, perceptible ya, es que los ni?os que acuden a colegios biling¨¹es cuyos padres no hablan ingl¨¦s se ven expuestos a otra brecha y se encuentran en inferioridad. ?Qui¨¦n les va a ayudar con los deberes?
7. Extraescolares o c¨®mo tener la agenda ocupada
En Espa?a el 90% de los estudiantes de ense?anza obligatoria (de entre 6 y 16 a?os) realiza alguna actividad extraescolar. M¨¢s de la mitad de ellos est¨¢ apuntado a dos o m¨¢s a la semana. Los deportes (72,8%), seguidos por los idiomas (28,4), m¨²sica o danza (24,9%), dibujo o pintura (22,3%) e inform¨¢tica (21,2%) son las actividades m¨¢s frecuentes, seg¨²n el Instituto de Evaluaci¨®n del Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte. Si bien pueden ser de ayuda para que los ni?os aprendan a organizarse y adquieran disciplina, una sobrecarga puede llevar a hacerles sentir estr¨¦s y resultar contraproducente. ?A qu¨¦ les vas a apuntar este curso?
8. La filosof¨ªa pierde peso en el Bachillerato.
La LOMCE elimina la asignatura de Historia de la Filosof¨ªa de segundo de Bachillerato. Pero la movilizaci¨®n de intelectuales y docentes ha provocado que las comunidades reaccionen. Nueve regiones la han recuperado como obligatoria en el margen que les deja la ley. Esta disciplina tambi¨¦n perdi¨® peso en la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria (ESO). As¨ª, es posible que un alumno abandone la secundaria sin haber o¨ªdo jam¨¢s hablar de Kant o Descartes.
9. P¨²blica o concertada
Desde 2010, seg¨²n el estudio Cuentas de la Educaci¨®n en Espa?a 2000-2013, de la Fundaci¨®n BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (Ivie), las Administraciones han recortado la financiaci¨®n por alumno de la escuela p¨²blica un 25% m¨¢s que el de la concertada (privada subvencionada con fondos p¨²blicos). Mientras que en el Pa¨ªs Vasco la mitad de los menores estudian en colegios con concierto, en Castilla-La Mancha s¨®lo un 14,6% los prefiere a los p¨²blicos. En Valencia la pol¨¦mica concita un enfrentamiento entre el PP, que acusa a la Generalitat de querer erradicar la concertada, y PSOE y Comprom¨ªs, que aseguran que los anteriores gobiernos la favorecieron injustamente. El Tribunal Supremo avala el cierre de aulas solo cuando el descenso demogr¨¢fico provoque que la ratio profesor/alumno se quede por debajo del l¨ªmite legal y haya plazas en centros p¨²blicos. Entre tanto, m¨¢s all¨¢ del derecho de los padres a elegir a qu¨¦ colegio llevar a sus hijos, sigue resultando imposible detectar o juzgar si un modelo es mejor que otra para ellos.
10. El papel del profesor y su evaluaci¨®n.
Todos los partidos dicen estar de acuerdo en la necesidad de reformar la educaci¨®n, empezando por el camino que siguen los profesores hasta que lo son, su formaci¨®n. Pero ninguno sabe c¨®mo. Mientras, las aulas espa?olas contin¨²an siendo como la caja negra de un avi¨®n: toda la informaci¨®n est¨¢ dentro, pero es imposible conocerla desde fuera. Este ejemplo citado por un director de instituto es muy ilustrativo: un 36% de los profesores en Espa?a jam¨¢s ha sido supervisado ni ha permitido que otro profesor asista a una clase suya. Ese ¨ªndice, en el resto de Europa, es de un 9%. En algunos pa¨ªses de las pruebas estandarizadas externas, como son ahora las nuevas rev¨¢lidas que incluye la LOMCE, depende un complemento del salario de los profesores.En Espa?a el colectivo docente se ha mostrado reacio a que les eval¨²en desde fuera. La raz¨®n principal de que Finlandia sea Finlandia, el mito cien veces aclamado, el sistema educativo que todos quieren imitar ¡ªcasi siempre sin intentarlo¡ª son sus profesores, su capacitaci¨®n y el respeto reverencial que se les profesa. Algo hay que hacer aqu¨ª para cerciorarnos de que la educaci¨®n de nuestros hijos es la mejor de las posibles. Pero, ?qu¨¦?
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