Viaje al coraz¨®n de la sastrer¨ªa
Viajamos a Ermenegildo Zegna, en Italia, para comprobar por qu¨¦ su servicio de sastrer¨ªa a medida es otro mundo
Cuando Ermenegildo Zegna introdujo en los a?os setenta Su Misura, su servicio de sastrer¨ªa a medida, defini¨® el est¨¢ndar de un negocio que hasta la fecha nadie crey¨® que podr¨ªa alcanzar una dimensi¨®n global: trajes de lujo a medida fabricados en Italia y disponibles en cualquier rinc¨®n del mundo en un plazo de pocas semanas (en la actualidad, tres para Europa, cuatro para Norteam¨¦rica y Asia, seis para Latinoam¨¦rica).
La raz¨®n no era un secreto: ninguna otra firma del sector pose¨ªa entonces ¨Cni ahora¨C una integraci¨®n vertical completa. Esto es, una estructura que abarca la selecci¨®n de las materias primas en origen, la producci¨®n de los tejidos, la confecci¨®n de las prendas y su puesta final en tienda. Todo, gracias a la visi¨®n del hijo de un humilde maestro que, en 1910, tuvo la ambici¨®n de crear el mejor tejido del mundo y fund¨® para ello una peque?a hilander¨ªa en el pueblo de Trivero que todav¨ªa lleva su nombre: Lanificio Zegna.
Esa f¨¢brica es hoy, con permiso del archivo-museo Casa Zegna, el coraz¨®n de un sue?o familiar todav¨ªa mayor, el Oasi Zegna, una reserva natural protegida de 10.000 hect¨¢reas en los Alpes de Biella, en el Piamonte, donde cuatro generaciones Zegna han ido empleando a buena parte de la zona, hoy efervescente econ¨®micamente. Hasta all¨ª fuimos invitados por la firma con la idea de conocer un proceso de fabricaci¨®n que prosigui¨® con la toma de medidas para un traje en su emblem¨¢tica boutique de la milanesa calle Monte Napoleone y culmin¨® con la recogida del mismo en su tienda en la calle Serrano de Madrid.
Cuando el equipo del fundador viaj¨® en los a?os veinte a Australia por primera vez en busca de la mejor lana merina propici¨® una conexi¨®n hist¨®rica con el pa¨ªs que se remonta hasta hoy. M¨¢s tarde ampliar¨ªan el radio de acci¨®n a Mongolia (de donde procede su cachemir), Sud¨¢frica (mohair) y Per¨² (vicu?a).
Cien a?os despu¨¦s, el proceso no es tan distinto: tras el invierno austral, m¨¢s de 50.000 granjas esquilan sus ovejas en un proceso indoloro para el animal que dura alrededor de siete minutos por cabeza. Tras seleccionar las mejores lanas, los productores las mandan a S¨ªdney, donde los jueces de Zegna las evaluar¨¢n. Algunas ser¨¢n premiadas con uno de sus trofeos, los m¨¢s valorados del sector.
De ah¨ª, enormes balas con las lanas aprobadas se env¨ªan a Trivero, donde cada junio se someten a una metamorfosis de seis pasos que dura tres meses: el lavado, el escarmenado ¨Csaca la mugre y facilita la estirada¨C, el hilado ¨Ctuerce la lana que ha sido estirada para formar el hilo¨C, el blanqueado, el tinturado (color) y el devanado ¨Cenrollado del hilo en ovillos a partir de las madejas¨C. Todo listo para que los telares creen los tejidos con los que Zegna, al igual que otras marcas como Tom Ford o Gucci, confeccionar¨¢ sus prendas seg¨²n la tradici¨®n heredada y perfeccionada por la firma.
Sus constantes esfuerzos por mejorar las materias primas han dado lugar a tejidos ultraligeros. De entre ellos, el culmen de la exclusividad lo representa 13milmil13, resultado de la selecci¨®n del Vellus Aureum Trophy, el m¨¢s prestigioso de los premios de Zegna. El nombre hace referencia a la finura de la fibra de lana utilizada: 13 micras (una micra es una mil¨¦sima de mil¨ªmetro; un cabello humano mide entre 50 y 60 micras).
Cuando el cliente llega a una de sus 550 tiendas repartidas por el globo, puede escoger entre 500 tejidos para los trajes y 250 para las camisas, as¨ª como decenas de detalles para personalizar las prendas: n¨²mero de botones o pinzas del pantal¨®n, anchura de las solapas, tipo de forro, disposici¨®n de los bolsillos¡ A continuaci¨®n, se elige el talle y la armada, el tipo de hombros o la ca¨ªda del pantal¨®n, am¨¦n de confesar si hay alguna parte del cuerpo de la que uno no est¨¢ particularmente orgulloso y as¨ª tratar de disimularla.
Uno de los sastres formados en las academias Su Misura de Zegna toma las medidas, que posteriormente introduce en un ordenador central que las transforma en el patr¨®n inicial, que optimizar¨¢ las operaciones de corte. Arranca ah¨ª el trabajo manual en Trivero, donde se comprueba cada una de las piezas del rompecabezas que conforma un traje, se numeran y env¨ªan al departamento de montaje para que los artesanos comprueben la reacci¨®n de cada tejido en los puntos de tensi¨®n y se consiga el grado adecuado de puntada que garantice la suavidad. Y listos para la confecci¨®n.
Contaba Beau Brummell que si la gente se gira al verte pasar, no es que vistas bien, es que vas r¨ªgido, ajustado o demasiado a la moda. Afortunadamente, un traje a medida incide m¨¢s en la satisfacci¨®n personal que en los juicios ajenos. Ir perfectamente vestido, dec¨ªa un poeta, le da a uno una tranquilidad que ni la Iglesia puede conceder.
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