Acabar con el ¡®roaming¡¯
En la sociedad de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n, mantener las fronteras que obstaculizan el tr¨¢fico de datos perjudica a todos
Los ciudadanos de la Uni¨®n Europea tienen libertad de movimientos para desplazarse de un pa¨ªs a otro, pero sus tel¨¦fonos m¨®viles est¨¢n sujetos a importantes recargos si los activan desde el extranjero para realizar llamadas, consultar su correo electr¨®nico o acceder a Internet. Hacer uso del m¨®vil en itinerancia ¡ªel famoso roaming¡ªimplica afrontar tarifas especiales, a menudo abusivas y de las que los usuarios no siempre son conscientes.
Hace un a?o, tras una d¨¦cada de arduas negociaciones, se aprob¨® el reglamento del Mercado ?nico de Telecomunicaciones, que promet¨ªa el fin de los sobrecostes tarifarios en junio de 2017. Ante la presi¨®n de los operadores, Bruselas dio la semana pasada un giro inesperado: las compa?¨ªas no cobrar¨ªan precios extra solo si el usuario cumpl¨ªa determinadas condiciones, tales como no pasar en el extranjero m¨¢s de 30 d¨ªas seguidos o 90 en todo el a?o. La UE justificaba las restricciones apelando a la denominada pol¨ªtica de ¡°uso razonable¡±, que establec¨ªa limitaciones para evitar abusos por parte de los clientes o fraudes a trav¨¦s la adquisici¨®n de tarjetas SIM.
La oleada de protestas desencadenada por consumidores, organizaciones sociales y eurodiputados ha llevado al presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, a retirar el controvertido proyecto y a promover una ¡°nueva versi¨®n¡±.
En la era de la sociedad de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n, mantener las fronteras que obstaculizan el tr¨¢fico de datos es un ejercicio que perjudica a todos: Gobiernos, empresas y ciudadanos. Europa debe buscar f¨®rmulas ambiciosas para garantizar que el fin de los sobreprecios en la telefon¨ªa m¨®vil llegue en la fecha prevista, sin sacarse de la manga m¨¢s moratorias ni sembrar el camino de parches. La integraci¨®n europea exige un mercado interior que funcione, y este es incompatible con el roaming.
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