C¨®mo recoger 360 kilos de basura marina en una ma?ana
Una ONG organiza una recogida colectiva de residuos en Barcelona para concienciar acerca de su vertido incontrolado en los oc¨¦anos
S¨¢bado por la ma?ana en la playa de la Mar Bella de Barcelona. A las nueve, decenas de personas se congregan cerca de un espig¨®n, refrescadas por la brisa marina. Se trata de los voluntarios convocados por la asociaci¨®n Youtuba Barcelona , que ense?a a la gente a hacer buceo con snorkel y apnea en la costa de la capital catalana. ?El objetivo? Recoger tanta basura marina como sea posible. M¨¢s que de una competici¨®n, se trata de una forma distinta de pasar la ma?ana. Trabajando en equipo y por el medio ambiente. Concienciando a la poblaci¨®n de un problema local, global y tit¨¢nico. La cantidad que se recoger¨¢ al fin de la actividad ¨Cunos 360 kilos, entre pl¨¢sticos y otros tipos de residuos¨C palidece en comparaci¨®n con los ocho millones de toneladas de pl¨¢stico que se lanzaron al mar en 2010, seg¨²n un estudio publicado en la revista Science. En 2025 podr¨ªa haberse duplicado, seg¨²n esta investigaci¨®n.
?Qu¨¦ basura acaba en el fondo marino? Sobre todo, productos usados en la vida diaria: bolsas de pl¨¢stico dejadas por ba?istas, pero tambi¨¦n botellas que no se han reciclado, redes de pesca destrozadas, ganchos de pescar, cigarrillos, compresas, pa?ales y toallitas higi¨¦nicas. ¡°Aunque el fabricante recomiende tirarlas por el retrete, las toallitas no se degradan tan r¨¢pido. Se hinchan [en contacto con el agua], colapsan el sistema de ca?er¨ªas, y salen al mar¡±, advierte Fernando Fern¨¢ndez, fundador de la asociaci¨®n Yotuba e instructor de apnea.
Parte de estos residuos flotan en la superficie, pero la gran mayor¨ªa acaba en el fondo. En el caso del pl¨¢stico flotante algunos estudios lo cifran en entre 6.350 y 245.000 toneladas, una proporci¨®n ¨ªnfima frente a los millones que acaban cada a?o en los oc¨¦anos.
El objetivo de la actividad, para la que la red social Citycise ¨Cdedicada a apoyar iniciativas solidarias para mejorar la vida en las ciudades¨C ha conseguido el patrocinio de la cadena de tiendas Natura, es concienciar a la poblaci¨®n acerca del problema. Y animarla a poner su granito de arena para contribuir al cambio. La propia iniciativa surgi¨® hace un a?o con esa idea en mente. ¡°Durante las clases de snorkel hac¨ªamos giros para no ense?ar a la gente toda la basura. Hasta que decidimos recogerla. Y pensamos: ¡®?Por qu¨¦ no organizar una recogida?¡±, recuerda Fern¨¢ndez. Desde entonces, intentan mantener estas acciones cada dos meses, m¨¢s o menos.
Hacia las nueve y media parece claro que la convocatoria ha funcionado. Una sesentena de personas se han reunido en el punto de encuentro. Una de ellas es Fabi¨¢n Borges. Es la primera vez que viene, y le sobran motivos para participar. Conoce el problema de primera mano. ¡°Soy submarinista, y me disgusta mucho que la playa est¨¦ sucia. Me he encontrado hasta jeringuillas y papel de aluminio¡±.
?Qu¨¦ se encuentra entre la basura marina? Bolsas de pl¨¢stico dejadas por ba?istas, pero tambi¨¦n botellas que no se han reciclado, redes de pesca destrozadas, ganchos de pescar, cigarrillos, compresas, pa?ales y toallitas higi¨¦nicas
Este vecino del barrio de Sagrada Fam¨ªlia, de 42 a?os, participar¨¢ en la actividad como apne¨ªsta. Se trata de una de las cuatro especialidades que formaran parte de los equipos de trabajo, coordinados por Fern¨¢ndez: quienes hagan apnea descender¨¢n hasta una profundidad de entre cuatro y 10 metros para recoger basura del lecho marino. Los nadadores la transportar¨¢n hasta los puntos de recogida, y esta se cargar¨¢ en unas bolsas. Los surferos de remo llevar¨¢n estos sacos hasta la costa, donde un ¨²ltimo grupo de personas se encargar¨¢ de almacenarla en unos sacos ya repartidos sobre la arena.
?Cu¨¢les son los pa¨ªses m¨¢s contaminantes? Seg¨²n el estudio publicado en la revista Science, China lidera la clasificaci¨®n, junto a Filipinas, Vietnam y Sri Lanka. Sin embargo, los pa¨ªses costeros de la Uni¨®n Europea ocupar¨ªan el puesto 18, seguidos a corta distancia por Estados Unidos. El peor resultado del mundo en desarrollo se debe a la mayor presencia de vertederos al aire libre, y con ello la salida incontrolada de residuos al mar.
Fern¨¢ndez se entrega en cuerpo y alma en la tarea de organizar a los activistas. Gesticula con entusiasmo y, siempre con una sonrisa en el rostro, reparte tareas. ¡°?Los nadadores aqu¨ª, por favor!¡±. ¡°Os gusta nadar, pero bien¡±, comenta entre risas. Se?ala una serie de boyas, que indican los distintos puntos de recogida. Estas se extienden hasta unos 150 metros de la costa. A mayor lejan¨ªa, mayor dificultad. ¡°Las dos boyas a la izquierda son para quienes hayan desayunado. Las otras dos, para los que hayan comido m¨¢s¡±, comenta entre bromas. Entre chanzas reparte los gorros que servir¨¢n para organizar los equipos de recogida en funci¨®n de la dificultad del reto: rosa, azul claro, azul oscuro, morado, negro.
Para recoger los residuos, los activistas se dividen entre apne¨ªstas, nadadores, surferos de remo y personal de tierra
Uno de los buceadores a pulm¨®n que participan en el encuentro es F¨¦lix Rodr¨ªguez, de Sant Feliu de Gu¨ªxols. Como Fern¨¢ndez, es instructor de nataci¨®n. Desde su escuela, Apnea Pasi¨®n, dirige excursiones por la Costa Brava. Y explica que en su municipio la situaci¨®n del mar es a¨²n peor que la de Barcelona: ¡°Te encuentras con compresas, toallitas, latas... Y redes de pesca rotas¡±. Su objetivo es aprender de la actividad organizada por Yotuba, y poner en marcha otra all¨ª.
Hacia las diez, llega la hora de la verdad. Los equipos se lanzan al agua y, poco a poco, se forma una cadena humana unida por el prop¨®sito de limpiar la costa. M¨¢s all¨¢ del espig¨®n se observan los chapoteos de nadadores y apne¨ªstas, bajo la atenta mirada de quienes reman encima de las tablas. Pronto estos llevar¨¢n consigo los primeros cargamentos de basura, que acaban en los cestos. Activistas, ba?istas y periodistas observan, fascinados, lo que los participantes sacan del fondo marino: botellas de pl¨¢stico, colillas y, sobre todo, un lodo marr¨®n formado por las hebras de las toallitas higi¨¦nicas. Un residuo parecido al que encuentran Nat¨¤lia Oriol y Anda Violeta Stoian. A muy poca profundidad ¨Cel agua apenas les cubre las piernas¨C recogen una gran cantidad de basura, con la que llenan con rapidez uno de los sacos colocados sobre la arena. Las activistas muestran, indignadas, el contenido. ¡°Mucha gente como yo no sab¨ªa que esto acababa en el mar¡±, reflexiona Stoian, de 25 a?os.
Se acerca las 11.30, y con ello el final del evento. La gente sale del agua, risue?a y satisfecha. Fern¨¢ndez, encantado, felicita a la gente: Se acerca a las bolsas, e intentar pesarlas. ¡°Aqu¨ª deben ser 50 kilos, 100, 150¡ En total deben ser unos 210, la ¨²ltima vez fueron 50¡±, aventura. El resultado definitivo ser¨¢ a¨²n mejor: 360 kilos. Y, si en la ¨²ltima edici¨®n ¨Cel pasado junio¨C 20 activistas tomaron parte en la acci¨®n, esta vez han sido 65 personas.
Algunos ¨Clos m¨¢s primerizos¨C aprovechan para tumbarse sobre la arena y tomar el sol. Otros se secan y se preparan para volver a sus casas. La sonrisa es la t¨®nica general. Ser¨¢ por lo que dice Marina Arnaldo, nadadora de 29 a?os: ¡°Conoces gente y ayudas al medio ambiente. Eres parte de algo¡±.
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