Si quieres mejorar tu memoria, haz trabajos con las manos

Imag¨ªnate que vas a una escuela de negocios de mucho prestigio a estudiar un m¨¢ster en econom¨ªa y uno de los profesores te dice que hay dos requisitos en sus clases: no puedes tomar apuntes y has de llevar agujas de tejer y un ovillo de lana. Motivo: mientras ¨¦l va explicando la asignatura, t¨² has de tejer una bufanda. El primer d¨ªa, te ense?a a c¨®mo hacerlo despu¨¦s de que, l¨®gicamente, t¨² hayas superado el susto inicial¡­ ?Imposible? No, en absoluto. Eso es lo que vivi¨® un amigo hace m¨¢s de veinte a?os en la escuela de negocio de Kelloggs, al norte de Chicago, y seg¨²n ¨¦l es la asignatura de la que m¨¢s recuerda su contenido. Podr¨ªa pensarse que tejer una bufanda era una excentricidad del profesor, que realmente este docente era muy bueno, pero la neurociencia demuestra que existen adem¨¢s otras explicaciones. Veamos cu¨¢les para poder aplicar en tu d¨ªa a d¨ªa.

All¨¢ por los a?os 50 el neurocirujano Wilder Penfield comprob¨® que una de las tareas m¨¢s complejas para nuestro cerebro y que implicaba m¨¢s ¨¢reas del mismo era precisamente el movimiento del pulgar. A?os despu¨¦s, la tecnolog¨ªa PET (tomograg¨ªa de emisi¨®n de protones) ha demostrado que cuando escribimos, tejemos una bufanda o montamos un mueble de IKEA, activamos varias zonas del cerebro distantes y no solo las relacionadas con el movimiento, sino tambi¨¦n con las ¨¢reas visuales, auditivas¡­ que ayuda a que recordemos y aprendamos mejor lo que estamos haciendo o escuchando. Por ello, no es de extra?ar que fijemos mejor en la memoria aquello que escribimos a mano, que lo que tecleamos en el m¨®vil o en un teclado, como explica Marta Romo, autora de Entrena tu cerebro. O que haya m¨¦todos de ense?anza, que incluyen amasar pan o moldear con cera para facilitar el aprendizaje en matem¨¢ticas, como promueven las escuelas Waldorf.

El v¨ªnculo movimientos corporales y memoria se ha estudiado en gestos a¨²n m¨¢s simples, como cuando cerramos los pu?os. Seg¨²n un curioso estudio realizado por Ruth Propper de la Universidad de Montclair (New Jersey, EEUU), si apretamos el pu?o derecho durante al menos 90 segundos ayudamos a que nuestra memoria sea m¨¢s eficiente. Y si apretamos el izquierdo mientras escuchamos o vemos algo, conseguimos recordarlo durante m¨¢s tiempo (una matizaci¨®n: el experimento se hizo con diestros, por si no lo fueras). En este caso, se debe a la activaci¨®n del l¨®bulo frontal, el director de orquesta de nuestro cerebro e implicado tambi¨¦n en la memoria.

Por tanto, si quieres aprender algo nuevo, ?qu¨¦ puedes hacer? Tres claves:

1. Escoge alguna actividad manual que te distraiga y que no te preocupe en exceso hacerlo bien o mal, como en el caso de los alumnos de Kelloggs de hace a?os. De hecho, cuando los estudiantes hab¨ªan tejido una bufanda de tama?o considerable, el profesor les ped¨ªa que la deshicieran y la volvieran a tejer. Lo importante no es el resultado final, sino el proceso y el estado ¡°neuronal¡± que se consigue para que seamos m¨¢s permeables al aprendizaje.
2. Al mismo tiempo, escucha lo que quieres recordar, como puede ser un audiolibro o una clase (l¨®gicamente, si est¨¢s en clase el profesor no ha de verlo como una ofensa¡­ y si no, expl¨ªcale qu¨¦ dice la neurociencia).
3. Ten confianza y recuerda que tu cerebro es pl¨¢stico, como hemos contado en alguna otra ocasi¨®n. Sabemos que las conexiones neuronales desaparecen con el tiempo pero se ha descubierto que tambi¨¦n se crean otras nuevas. Eso significa que tienes una gran capacidad para aprender independientemente de la edad y algunos peque?os trucos ayudan.