Merkel, presidenta de Europa por la v¨ªa de los hechos
Pol¨ªticos, empresarios y gente corriente se dirige a ella como si dirigiera los destinos del viejo continente
Por qu¨¦ compramos algunos productos, elegimos determinados destinos de vacaciones o sentimos simpat¨ªa casi irracional por ciertos pa¨ªses? ?De verdad nos detenemos a pensar lo que significan, por ejemplo, ¡°dise?o italiano¡±, ¡°ingenier¨ªa alemana¡± o ¡°fiabilidad sueca¡±? Lo que est¨¢ actuando se llama soft power ¡ªliteralmente ¡°poder suave¡±¡ª y es la capacidad que tiene un pa¨ªs en influir en las decisiones de otros, o de sus ciudadanos, no por la fuerza sino mediante la persuasi¨®n cultural o ideol¨®gica.
El soft power ha sido utilizado desde siempre. Los romanos eran unos expertos, tanto que al final millones de personas que viv¨ªan bajo su dominio no quer¨ªan liberarse, sino convertirse ellos mismos en ciudadanos romanos. El soft power mezcla la atracci¨®n, la fascinaci¨®n, el conocimiento y el reconocimiento, algo que la aparici¨®n del cine y la televisi¨®n han multiplicado exponencialmente en el caso de Estados Unidos. Casi todo el mundo es capaz de reconocer un coche de polic¨ªa de Nueva York, pero tal vez tenga dificultades ¡ªsi le quitamos la sirena¡ª con el de una ciudad a apenas 100 kil¨®metros de distancia de la suya. Pero el soft power tiene otra caracter¨ªstica interesante. Tambi¨¦n act¨²a de abajo arriba, es decir, desde el grupo o sociedad influenciado al pa¨ªs que influye. La presi¨®n de los habitantes del imperio para ser romanos es un buen ejemplo de ello. En estos casos tiene mucho de reconomiento de la realidad y de presi¨®n inconsciente ¡ªtambi¨¦n soft¡ª para que ¨¦sta se plasme de manera evidente.
Desde hace unos a?os se est¨¢ produciendo un fen¨®meno curioso con Angela Merkel que tiene mucho que ver con este soft power inverso. Una de las cosas m¨¢s llamativas de las protestas contra la reforma laboral aprobada por el PP es que C¨¢ndido M¨¦ndez interpelaba en sus discursos no a Mariano Rajoy, sino a la canciller alemana. Es m¨¢s, el l¨ªder sindical pidi¨® un encuentro con Merkel para explicarle la nula necesidad de la reforma. El ex secretario general de UGT no es un ejemplo aislado. Habitualmente l¨ªderes pol¨ªticos de toda Europa ¡ªde Grecia a Portugal, de Reino Unido a Espa?a¡ª se dirigen directamente a la canciller ya sea en m¨ªtines o en intervenciones parlamentarias. Ese ¡°se?ora Merkel, tiene que saber...¡± de Pablo Iglesias tal vez no sea una simple coletilla ¡ªdicho esto sin segundas intenciones, quede claro¡ª sino un reconocimiento inconsciente del soft power merkeliano. Una especie de nombramiento involuntario pero por aclamaci¨®n de la persona al mando en Europa. La lista de peticionarios de algo a la canciller en los ¨²ltimos d¨ªas es reveladora: Putin, Hollande, Macri, Rajoy, el Papa, y hasta el Dalai Lama. Ahora, en la pugna entre la Comisi¨®n Europea y Apple los consejeros delegados de 140 importantes empresas de EE?UU han pedido que se revoque la millonaria multa de la UE al gigante de la manzana. La carta va dirigida... a Merkel.
Un amplio espectro de personas de todo el mundo ¡ªpol¨ªticos de izquierdas, grandes empresarios, o gente de la calle¡ª ya sabe qui¨¦n es el presidente de Europa, aunque algunos la detesten. Y sin que ella haya dicho una palabra. Eso es power.
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