Europa a la defensiva

La cumbre de Bratislava, celebrada sin la presencia del Reino Unido, ha puesto de manifiesto hasta qu¨¦ punto la Uni¨®n Europea se encuentra inmersa en una profunda crisis de identidad y proyecto. Se trata, como se?alara el pasado mi¨¦rcoles el presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, en su discurso sobre el estado de la Uni¨®n ante el Parlamento Europeo, de una ¡°crisis existencial¡± que amenaza la supervivencia del propio proyecto europeo.

El primer aldabonazo en ese proceso de involuci¨®n ha sido el refer¨¦ndum brit¨¢nico del mes de junio pasado, que desencadenar¨¢ en un futuro pr¨®ximo la salida del Reino Unido de la UE. El enorme fracaso hist¨®rico que supone esa retirada es la primera victoria de las fuerzas populistas y xen¨®fobas que, desde dentro, est¨¢n asediando a la Uni¨®n Europea.

Ser¨ªa deseable que el Brexit fuera un hecho aislado, pero es m¨¢s que probable que ni sea la ¨²nica ni la ¨²ltima victoria del populismo y la xenofobia. En realidad, las t¨ªmidas, o incluso vergonzosas, respuestas que los Estados miembros est¨¢n dando a la crisis de asilo y refugio, junto con las propuestas de enterrar definitivamente el proyecto de Tratado de Libre Comercio con EEUU (conocido como TTIP), dibujan un escenario m¨¢s caracterizado por unos l¨ªderes que deciden plegarse ante las presiones populistas que enfrentarse decisivamente y en campo abierto a ellas.

Las divisiones entre Norte y Sur, Este y Oeste y miembros y no-miembros de la eurozona, a la que suma un rosario de Gobiernos y fuerzas pol¨ªticas profundamente reaccionarias en materias de identidad e inmigraci¨®n, mantienen paralizada a la UE. Tanto Fran?ois Hollande como Angela Merkel viven pendientes de sus calendarios electorales, lo que impide que el eje franco-alem¨¢n, del que cabr¨ªa esperar iniciativas decisivas, pueda se?alar el camino. No es de extra?ar que en estas circunstancias la cumbre de Bratislava haya identificado en la seguridad el m¨ªnimo com¨²n denominador que puede unir a los 27 y mantener la ficci¨®n de un proyecto com¨²n hasta que el calendario electoral se despeje en Berl¨ªn y Par¨ªs y se sepa algo m¨¢s de c¨®mo se va a gestionar el proceso de salida del Reino Unido.

Con todo, aunque haya que saludar esta apuesta por la seguridad, pues sin duda que Europa necesita hacer m¨¢s seguras sus fronteras si quiere preservar la libre circulaci¨®n dentro de ellas, hay que criticar que esa aproximaci¨®n se haga sobre todo desde una concepci¨®n defensiva. La seguridad de Europa no depende solo de su capacidad de controlar y cerrar sus fronteras, sino de la capacidad de proyectar esa seguridad fuera de ellas, lo que exige una verdadera pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n. Una Europa que lo f¨ªe todo a su seguridad frente a un entorno hostil es una Europa que asume la agenda populista en lugar de combatirla.