Claroscuro
Caravaggio fue un especialista en convertir en arte supremo la sangre luminosa de los cuellos decapitados
El papa Francisco acaba de beatificar al cura Jacques Hamel, degollado por un yihadista mientras celebraba misa en una iglesia de Francia. La degollaci¨®n es un acto ritual del fanatismo religioso que se pierde en la oscuridad de los tiempos y a¨²n hoy los fieles cristianos se postran a rezar ante las carnicer¨ªas a las que fueron sometidos algunos m¨¢rtires. Cuadros de santos con sus cuerpos minuciosamente ensangrentados se exhiben tambi¨¦n en los museos para el consumo est¨¦tico. Caravaggio fue el artista m¨¢s inspirado a la hora de pintar estas atrocidades. Nadie ha superado en cantidad y calidad a sus degollaciones. Holofernes decapitado por Judith, Clitemnestra por Orestes, Goliat por David, Isaac por Abraham con el pu?al en el aire y sobre todo La degollaci¨®n de san Juan Bautista, que se conserva en la catedral de Malta, su obra maestra, en la que el pintor no dud¨® en estampar por una vez su nombre sobre la sangre junto a la daga del esbirro. Estas salvajadas Caravaggio las adornaba con ¨¢ngeles desnudos sin m¨¢s abrigo que sus alas, cuyos modelos eran mozalbetes, algunos con cara de vicio, sacados de los bajos fondos de N¨¢poles. En la pintura barroca se llama naturalismo a esta forma de expresar en claroscuro, luz sobre fondo negro, la expresi¨®n de los rostros y la contorsi¨®n dram¨¢tica de los cuerpos en un ¨¦xtasis entre el dolor y el placer, un trabajo que los cardenales s¨¢dicos encargaban a los artistas. Caravaggio tampoco era un modelo de virtud; de hecho su vida es el mejor ejemplo de claroscuro, puesto que en cierta ocasi¨®n manej¨® certeramente la navaja homicida y de ah¨ª le ven¨ªa, tal vez, la atracci¨®n y experiencia para pintar deg¨¹ellos mientras hu¨ªa de la ley. Caravaggio fue un especialista en convertir en arte supremo la sangre luminosa de los cuellos decapitados, ante la cual rezan los fieles y lloran de emoci¨®n los estetas.
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