En la guerra todo vale
Por sentido de Estado se justifica negar a Rajoy la presidencia y la estabilidad que pide
Rudolph Giuliani, en defensa de unas declaraciones de Donald Trump, ha sostenido recientemente que hasta que se termina una guerra todo vale, pues en la guerra ¡°cualquier cosa es legal¡±. A tenor de las dificultades que ¨²ltimamente muestra el PP para cumplir reglas, ya sean jur¨ªdicas o morales, uno tiene la sospecha de que el PP de Rajoy est¨¢ en guerra.
?Y en qu¨¦ consiste la versi¨®n castiza de lo que podr¨ªamos denominar doctrina Trump-Giuliani? Consiste en vulnerar las reglas de nombramientos de cargos para el FMI para premiar a un ministro que tuvo que dejar de serlo porque aparec¨ªa en los papeles de Panam¨¢. Consiste en afirmar imp¨²dicamente que con Rita Barber¨¢ en el Grupo Mixto el partido queda exonerado de cualquier responsabilidad pol¨ªtica. Consiste en enviar mensajes de apoyo al tesorero imputado a sabiendas de que el tesorero probablemente pasar¨¢ de imputado a culpable. Consiste en pedir la nulidad del caso G¨¹rtel porque se afirma, en un ejercicio de cinismo glacial, que no se respeta la tutela judicial, o sea: ?porque no se respetan las reglas!
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Pero si el PP ha decidido convertir el tablero pol¨ªtico en el Campo de Marte romano es porque sabe que desprende el caracter¨ªstico olor de las ¨¦pocas que est¨¢n viviendo su final. El PP de Rajoy huele a lo mismo que ol¨ªa la democracia cristiana italiana a principios de los noventa. El PP de Rajoy huele a lo mismo que ol¨ªan las ¨²ltimas escenas de La ca¨ªda de los dioses, de Visconti. Y no es un olor que remita a un cambio de ciclo pol¨ªtico m¨¢s o menos natural. El final de ¨¦poca del PP de Rajoy no tiene ning¨²n barniz as¨¦ptico. Es la desaparici¨®n por degradaci¨®n.
Y los que dirigen el perecimiento del partido tal y como lo conocemos hoy en d¨ªa se revuelven con fiereza contra la din¨¢mica crepuscular del partido. Los Rajoy, los Soria, como los Andreotti en su tiempo, saben que terminar¨¢n desapareciendo pol¨ªticamente; pero mientras tanto resistir¨¢n, casi orgullosos, como si nada ocurriera. ¡°Antes de ser espuma seremos indomables ondas¡±, dec¨ªa Cesare Pavese. Y as¨ª se debe sentir Rajoy. Antes de ser espuma, ser¨¢ una onda que no se dejar¨¢ domar por las reglas, porque el corolario de la doctrina Trump-Giuliani es que en la guerra solo sobreviven los que no siguen reglas.
Pedir la nulidad del 'caso G¨¹rtel' ha sido un caso de cinismo glacial
Algunos sostienen que por sentido de Estado el PSOE tendr¨ªa que abstenerse para convertir a Rajoy en presidente del Gobierno y, adem¨¢s, darle estabilidad parlamentaria. ?Recuerdan que un ilustre bar¨®n del PSOE, despu¨¦s de las elecciones, dijo que los socialistas ten¨ªan que estar en la oposici¨®n, donde le hab¨ªan mandado los ciudadanos? Pues resulta que el PSOE, al tener que dar estabilidad parlamentaria al PP, no podr¨ªa ¡ªy nunca pudo¡ª ser oposici¨®n. As¨ª que ese astuto bar¨®n, como le ocurri¨® a un famoso par suyo, el bar¨®n de M¨¹nchausen, ya puede empezar a tirar de su propio pelo si es que quiere salir del agujero en que el PSOE quedar¨ªa si fuera a esa ¡°oposici¨®n¡±.
Yo veo las cosas de una manera distinta. A m¨ª me parece que precisamente por sentido de Estado est¨¢ justificado negarle la presidencia y la estabilidad a quien parece actuar como si estuvi¨¦ramos en guerra, vulnerando, cuando se presenta un m¨ªnimo resquicio para ello, el principio de legalidad. A m¨ª me parece que justamente por sentido de Estado, y para preservar cierta estabilidad y salubridad en el sistema pol¨ªtico, no se puede entregar el Gobierno a quien carece de sentido de Estado. Darle el Gobierno a Rajoy ser¨ªa como haberle dado el Gobierno a la moribunda democracia cristiana italiana a principios de los noventa. No s¨¦ qu¨¦ sentido de Estado denotar¨ªa una acci¨®n as¨ª.
Se insiste ¡ªy con buenas razones¡ª en que es econ¨®mica y pol¨ªticamente arriesgado para el pa¨ªs estar tanto tiempo sin Gobierno. Pero lo que no se suele decir es que con un Gobierno que aplique sistem¨¢ticamente la doctrina Trump-Giuliani las instituciones corren el riesgo de implosionar. Tener sentido de Estado es intentar evitar ambos riesgos. Y si de verdad se quieren evitar ambos riesgos la ¨²nica salida plausible, para superar este impasse, parece pasar por que el PP presente otro candidato, del propio partido o un independiente, cuyas afinidades electivas se alejen lo m¨¢s posible de la doctrina Trump-Giuliani. Ha llegado la hora de saber si en el PP todo vale o si en su seno hay algunos que tienen sentido de Estado.
Pau Luque es investigador en el Instituto de Investigaciones Filos¨®ficas de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
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