V¨ªctimas apaleadas

Si a usted le roban en su tienda por un valor menor no s¨¦ si de 300 o 400 euros y pillan al ladr¨®n, a ¨¦l no le va a pasar apenas nada, pero, si no le pillan, usted se queda sin lo robado. Algo parecido pasar¨¢ si le birla la cartera cualquiera de las bandas especializadas en ello. Si una nebulosa de sinverg¨¹enzas y corruptos arruinan su pa¨ªs, a lo peor usted es uno de los millones de espa?oles honrados que, a causa de ese expolio, se queda en la ruina, en la calle, sin casa o sin trabajo, pero los verdaderos responsables a¨²n no est¨¢ del todo claro que vayan a pagar, ni si lo har¨¢n de manera proporcionada: de hecho, algunos ya se han ido medio de rositas. Que Espa?a era una especie de para¨ªso de los ladrones se sab¨ªa hace tiempo, pero, cuando llega un art¨ªculo como el titulado Secuestradores de casas y te recuerda que aqu¨ª, si alguien usurpa tu vivienda por el simple m¨¦todo de colarse en ella, nuestras leyes pasan a proteger a ese usurpador frente al leg¨ªtimo propietario, vemos que aqu¨ª se ha dado un paso m¨¢s: no solo se protege al ladr¨®n, sino que adem¨¢s se apalea al honrado. ?De verdad hay justicia en Espa?a? Perd¨®n por decir estas cosas tan populistas y tan ¡°fachas¡±.¡ª Pablo L¨®pez G¨®mez.Tres Cantos (Madrid).

?