Por qu¨¦ todos acabaremos vistiendo ropa 'oversize'
Es indiscutible, la moda apuesta por ocultar nuestra silueta en prendas con tallaje extra grande. Y no pienses que es una tendencia pasajera, en poco tiempo lo ver¨¢s en la calle
?Record¨¢is la escena final de Bitelch¨²s en la que Michael Keaton intenta colarse en la cola al m¨¢s all¨¢ y recibe como castigo una cabeza menguante? A esa sala de espera parece conducirnos esta temporada el ala m¨¢s vanguardista de la moda. Ese efecto ¨®ptico por el que se sobredimensionaba la ropa tras encogerse la cabeza del personaje de Tim Burton se dej¨® ver ¡ªy mucho¡ª en el debut de Demna Gvasalia para Balenciaga.
La primera colecci¨®n del creador de Vetements para la firma con ADN espa?ol encabeza ese juego de mu?ecas que seduce ahora con fuerza al lujo, donde el t¨¦rmino oversize (ese gran palabro que define las prendas con un tallaje extra que no se corresponde al natural) ya no es una an¨¦cdota sino un todo que devora la silueta por completo. Puede ser que sus plum¨ªferos de extrarradio cruzados a modo de edred¨®n nos despisten al principio. Una cosa es que lo propongan Marques¡¯Almeida o Massimo Giorgetti para MSGM y otra muy diferente que el dise?ador amante de restaurantes chinos y clubes gays para albergar sus desfiles lo cuele entre los archivos de la casa francesa. Tras la genialidad inofensiva de Ghesqui¨¨re o el ramalazo club kid que vivi¨® con Alexander Wang, el dise?ador de Vetements declar¨® en el backstage de su primer desfile para Balenciaga que se pas¨® una larga temporada examinando el pasado de la firma antes de trazar su desembarco. La prueba son los abrigos para la ¨®pera que esboz¨® Crist¨®bal Balenciaga en su atelier de Par¨ªs, cuya silueta envolvente no dista mucho del momento edredoning que Gvasalia nos propone ahora.
Simon Porte Jacquemus, el dise?ador prodigio de 26 a?os al que se rifan en Par¨ªs (su nombre sonar¨¢ con fuerza pr¨®ximamente, sin duda) contin¨²a este oto?o su cruzada personal para revindicar la poes¨ªa en la industria de la moda al amparo del patr¨®n oversize. Su f¨®rmula de "me cobijo en mi ropa" se lleva a la extenuaci¨®n rozando el surrealismo. Hombros de dimensiones tit¨¢nicas que recuerdan a los kimonos de samur¨¢is, tirantes que parecen pender de un hilo o, incluso, vestidos que se estrellan contra nuestra ropa como si hubieran volado directamente desde el tendedero.
Lo que puede sonar a capricho de juventud viene siendo el pan de cada d¨ªa de Phoebe Philo. Pierdo la cuenta del n¨²mero de temporadas en las que la directora creativa de C¨¦line se ha empe?ado en hacernos entender que la holgura es bella, que su elongated fit (esa silueta infinita basada en capas) no es solo patrimonio del casual day, sino que anima a que abusemos de ese estado relajado todos los d¨ªas. Vamos, el normcore m¨¢s elegant¨®n como filosof¨ªa de armario.
En la pasarela, el maquillaje sigue a la moda a pies juntillas: se muestra fiel al clasicismo, pero reformul¨¢ndolo. El rostro un poco ido de Sita Abell¨¢n que te mostramos concentra la esencia del arte de pintarse en la pasarela. Como el rojo sangre y borgo?a de los labios vistos este O/I 16 en Gareth Pugh o Mary Katrantzou, otros ide¨®logos del sobredimensionado de la silueta. Una especie de careta punk pero con esa piel trasl¨²cida que caracteriz¨® el maquillaje de los a?os 40. Si los Marques¡¯Almeida consiguieron que un vaquero tres tallas m¨¢s grande y tan destrozado como si le hubiera pasado una cortac¨¦sped por encima se convirtiera en esencia de lujo, su nota exc¨¦ntrica de color en los ojos no debe pasarse por alto. Pigmentos de esmeralda, gemas y glitter se adhieren a la l¨ªnea inferior del ojo glase¨¢ndolo. ?Un homenaje tard¨ªo a David Bowie? Por qu¨¦ no¡
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