Eva Green: ¡°Quiero ser algo m¨¢s que una fachada¡±
La musa de Tim Burton tiene miedo de que la industria del cine le diga basta
Misteriosa, dura, g¨®tica. Estos son los calificativos que suelen describir a Eva Green, la nueva musa de Tim Burton al frente de su ¨²ltimo largometraje, El hogar de Miss Peregrine para ni?os peculiares. Tambi¨¦n la tachan de femme fatale, de rara. Incluso de complicada. Pero son palabras de aquellos que no ven m¨¢s all¨¢ de su pelo te?ido de negro azabache y de sus ojos claros muy perfilados en negro. Sin maquillaje su sonrisa es f¨¢cil, sus gestos suaves y su modulaci¨®n tenue. ¡°La gente dice que soy muy rara ¨Cafirma con llaneza a EL PAIS-. Pero yo no me veo as¨ª lo cual quiere decir que debo serlo¡±. Se r¨ªe de la incongruencia.
Sus directores no ven nada raro en ella. Burton la agasaja diciendo que es una estrella de las de antes y Bernardo Bertolucci nunca pudo superar su belleza. Green se reafirma como una mujer t¨ªmida, alguien que lo es desde ni?a y que se esconde detr¨¢s de sus personajes. ¡°Me daban miedo hasta las fiestas de cumplea?os. Y en principio me sent¨ª intimidada en Hollywood aunque me he ido acostumbrando¡±, sopesa la actriz. ¡°Y eso que esto s¨ª que es raro. Tanto la ciudad como la industria¡±.
Nacida en Par¨ªs hace 36 a?os, comenz¨® su carrera joven y ba?ada en la pol¨¦mica gracias a So?adores (2003), un drama er¨®tico de Bertolucci que hizo de ella la belleza m¨¢s buscada. Un trabajo muy especial en el que sinti¨® algo ¨²nico que no sabe si se volver¨¢ a repetir. ¡°Ya te digo, esta industria es dura y siempre temo que llegue el momento en el que diga basta¡±, admite. Lo dice con una humanidad que desarma. Le gusta lo que hace, pero est¨¢ cansada de que la encasillen, de que la juzguen. ¡°De que quiera hacer algo y mi agente diga no. De sentirme bajo el microscopio. De que me cuelguen la etiqueta de femme fatale cuando no soy as¨ª. La gente llama raros a los papeles intensos que me gusta interpretar. Pero yo quiero ser algo m¨¢s que una fachada¡±.
En su busca se alej¨® de su fama como chica Bond en Casino Royale (2006) o de su et¨¦rea belleza en El reino de los cielos (2005) y apost¨® por trabajos m¨¢s complicados en la difunta Penny Dreadful, sum¨¢ndose al matrimonio Polanski en su pr¨®ximo largometraje, Based on a True Story, o repitiendo su colaboraci¨®n con Burton. Escuch¨¢ndola es f¨¢cil aceptar los rumores que hablan de algo m¨¢s que trabajo entre la musa y el realizador de Eduardo Manostijeras pese a sus 22 a?os de diferencia. ¡°?Es mi h¨¦roe!¡±, le describe jubilosa. ¡°Un verdadero artista lleno de poes¨ªa con el que estoy dispuesta a trabajar siempre aunque sea para hacer de l¨¢mpara¡±.
Aunque no le gusta hablar de su vida, el anillo de la suerte que le dise?¨® la joyera rusa Elena Okutova y que viste en las entrevistas como escudo protector va perdiendo efecto. Se le nota el afecto al hablar de su madre, la tambi¨¦n actriz francesa Marlene Jobert, y c¨®mo se azora al hablar de su t¨ªa, Marika Green, y de su trabajo en el cl¨¢sico er¨®tico Emmanuelle (1974) del que asegura solo ha visto las escenas que la hermana de su padre hizo vestida. ¡°Pero ella me dio muchas pistas sobre c¨®mo utilizar mi cuerpo para acentuar un personaje¡±, reconoce. Eso s¨ª, cuando llegue el d¨ªa en el que se canse de la industria que la rodea tiene claro d¨®nde quiere ir a parar. ¡°A Tanzania. A la naturaleza. A dar grandes paseos. Sin reloj, en paz, sin que nadie me controle¡±, describe su para¨ªso. Mientras, seguir¨¢ disfrutando de su purgatorio art¨ªstico en Londres en esa casa que considera su templo, ¡°mitad india, mitad china¡± y llena de osos de peluche que ¡°rescata¡± del mercado de Portobello Road cuando la miran.
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