Juicio a las ¡®black¡¯

El juicio por las tarjetas black de Bankia, en el que est¨¢n implicados hasta 65 directivos y consejeros (entre ellos, los expresidentes Miguel Blesa y Rodrigo Rato) de Caja Madrid y Bankia, tiene algunas caracter¨ªsticas de excepcional inter¨¦s. La primera es que el tribunal ha decidido que todos los procesados est¨¦n presentes en la sala en todo momento, lo que implica una exigencia de severidad derivada del car¨¢cter colectivo de los hechos que se est¨¢n juzgando. La segunda es que en el banquillo se sientan representantes del PP, PSOE e Izquierda Unida, sindicatos y patronales. Una circunstancia que no deber¨ªa conducir a lecturas equ¨ªvocas, como ¡°un juicio a la clase pol¨ªtica¡± u otras generalizaciones abusivas e in¨²tiles.

Lo que en realidad se juzga es un modo de mezclar pol¨ªtica y gesti¨®n financiera. Es el modelo seg¨²n el cual la alta representaci¨®n de una entidad financiera (directivos y consejeros) operan con los recursos de Caja Madrid primero y de Bankia despu¨¦s, con independencia de la situaci¨®n objetiva del grupo. Lo que plantean la acusaci¨®n particular y el FROB es algo tan sencillo e intuitivamente correcto como que los 12 millones de gastos facturados ¡°a discreci¨®n¡± a un grupo que requiri¨® ayudas p¨²blicas por m¨¢s de 22.000 millones no pueden quedar a la discrecionalidad de los titulares y al margen del control del Consejo y de los supervisores.

El tribunal tendr¨¢ que decidir si las cuantiosas disposiciones discrecionales eran o no salario de los directivos; si la respuesta fuera afirmativa, no habr¨ªa delito. En el caso de los consejeros, la defensa parece m¨¢s dif¨ªcil; la ley exige que los gastos de representaci¨®n se consideren dietas. No debe olvidarse el hecho que apunta al supuesto fraude principal: existi¨® un mecanismo de ocultaci¨®n de los gastos incontrolados imput¨¢ndolos a la cuenta de fallidos. Este es otro de los puntos neur¨¢lgicos del proceso: qui¨¦n alent¨® la ocultaci¨®n, qui¨¦n la organiz¨® y qui¨¦n la consinti¨®.