Salvar vidas en mitad de la selva
Un peque?o centro de salud de Camer¨²n ha hecho de la prevenci¨®n la mejor arma para luchar contra las enfermedades de la zona
Llegar hasta Bikop no es f¨¢cil. Desde Mbalmayo, la ciudad m¨¢s cercana, hay que recorrer 15 kil¨®metros de caminos de tierra a trav¨¦s de la selva ecuatorial del sur de Camer¨²n y cruzar varios puentes de madera que dejan ver al fondo r¨¢pidos r¨ªos de aguas turbias. El coche, que tiene que avanzar a ritmo lento, va rozando las ramas de los ¨¢rboles que franquean el estrecho sendero. Esta ruta se vuelve pr¨¢cticamente intransitable en ¨¦pocas de lluvias.
Cuando por fin se llega al poblado, lo que m¨¢s sorprende es el centro de salud apoyado por Fundaci¨®n Recover. Hospitales para ?frica que all¨ª se levanta, casi como un espejismo en mitad de la nada. Grande y limpio. Su blancura destaca entre el verde intenso de la selva que lo rodea. El orden se impone en todas las instalaciones, solo el llanto de alg¨²n ni?o rompe la armon¨ªa. Los enfermos aguardan pacientemente en los patios hasta que llegue su turno de consulta o de an¨¢lisis. Mujeres embarazadas, madres con sus hijos, dolientes con todo tipo de enfermedades se sientan en los bancos de los patios, rodeados de jardines inmaculados, que hacen las veces de salas de espera.
La hermana Ana Gutierrez (Santander, 1975), m¨¦dica y directora del centro, es la encargada de que todo funcione y que la media de 1.200 pacientes que reciben cada mes obtenga el mejor cuidado que puedan ofrecerles. ¡°Mi misi¨®n principal es supervisar, asegurando, por una parte, que todas las cosas marchen y funcionen con cierta calidad, por otra, coordinar los proyectos, al personal y, adem¨¢s de todo eso, pasar consulta diaria a una media de 40 personas¡±, explica esta mujer que nunca pierde la sonrisa ni se agita por la cantidad de trabajo que la rodea durante toda la jornada.
En un centro de salud en mitad de una selva africana el personal tiene que hacer de todo para que la instituci¨®n funcione. En teor¨ªa, el dispensario cubre un radio de 10 kil¨®metros con una poblaci¨®n de 5.832 habitantes, pero en la pr¨¢ctica llegan hasta ¨¦l, caminando, personas que viven a m¨¢s de 50 kil¨®metros. Se trata de una poblaci¨®n rural, eminentemente agr¨ªcola, y con pocos recursos que vive en una zona donde casi no existen centros de salud o hospitales, solo unos pocos del Gobierno, mal atendidos y donde a pesar de tener ciertos servicios gratuitos hay que pagar una ¡°corrupci¨®n institucionalizada¡± al personal para que te atiendan.
M¨¢s del 25% de los enfermos que tratan en Bikop son enfermos de sida, frente a un 20% de malaria y un 12% de patolog¨ªas ginecol¨®gicas. El hecho de que otras patolog¨ªas muy frecuentes en la zona hayan disminuido, al igual que el paludismo, se debe a que este centro de salud lleva desde pr¨¢cticamente sus inicios trabajando en la prevenci¨®n de las enfermedades y en temas de higiene con campa?as por los pueblos de la zona, hablado de la malaria, las infecciones diarreicas, la potabilizaci¨®n del agua, la creaci¨®n de letrinas¡ "Adem¨¢s, en 1976, antes de que el Gobierno camerun¨¦s estableciera su programa de vacunas, la hermana Aurelia Serrano, encargada entonces del dispensario, ya empez¨® la sensibilizaci¨®n y vacunaci¨®n de los ni?os y las madres embarazadas, comprando las vacunas directamente al Centro Pasteur¡±, explica la directora.
¡°En 1998, se empezaron a ver y a diagnosticar, mediante una prueba r¨¢pida, los primeros pacientes de VIH/sida, que entonces eran muy raros. Poco a poco los casos se multiplicaban, as¨ª como las enfermedades oportunistas, debidas al virus, especialmente la tuberculosis. El centro, siempre en su af¨¢n de responder a las necesidades de la poblaci¨®n, se fue formando y ampliando sus competencias tanto personales como t¨¦cnicas y empez¨® a organizar campa?as de sensibilizaci¨®n al personal m¨¦dico-sanitario y a la poblaci¨®n de riesgo, en especial a los j¨®venes. Se empez¨® a trabajar en red con otros centros de salud del pa¨ªs y se inici¨® la PTME+ (la prevenci¨®n de la transmisi¨®n de la madre al hijo) y el tratamiento de las enfermedades oportunistas¡±, continua la religiosa.
En la actualidad tienen en tratamiento retroviral de primera l¨ªnea a 750 personas (el 68% mujeres), de segunda l¨ªnea a 32 y 34 ni?os. En el a?o 2015, el 10% de la poblaci¨®n testada en la cl¨ªnica dio positivo de VIH, siendo siempre el porcentaje de mujeres superior al de los hombres.
En teor¨ªa, el dispensario cubre un radio de 10 kil¨®metros, pero en la pr¨¢ctica llegan hasta ¨¦l, caminando, personas que viven a m¨¢s de 50
Gracias a este trabajo pionero, en 2007 se consigui¨® que el gobierno camerun¨¦s reconociera al dispensario como Centro UPEC y CDT (Centro de tratamiento antirretroviral y de tuberculosis), algo ins¨®lito, porque normalmente estas unidades est¨¢n en los hospitales. El m¨¢s cercano de Bikop, donde ten¨ªan que ser derivados estos enfermos con anterioridad para recibir su medicaci¨®n, se encuentra bastante lejos, por lo que muchos pacientes desistan de ir hasta all¨ª. As¨ª se ha conseguido que est¨¢ poblaci¨®n est¨¦ m¨¢s controlada y que la enfermedad se haya transformado en algo cr¨®nico, como sucede en Occidente.
Realmente, lo que hace de este centro de salud un lugar especial es el trabajo que durante a?os se ha hecho, no solo con respecto a la medicina curativa, sino, sobre todo, con la preventiva. Esto ha conseguido que la salud de la poblaci¨®n mejore considerablemente, con respecto a la de otras partes del pa¨ªs.
La historia del centro comenz¨® hace justo 50 a?os, en 1966, cuando un grupo de monjas espa?olas de la congregaci¨®n de las Esclavas del Sagrado Coraz¨®n, llegaba a Bikop para establecer una misi¨®n. Ese a?o, la hermana Carmen Huidrobo, enfermera, empez¨® su trabajo en una peque?a habitaci¨®n donde pod¨ªa hacer poco m¨¢s que primeros auxilios hasta que al a?o siguiente, la parroquia les cedi¨® un edificio que pudieron adaptar como dispensario donde ya se pod¨ªan realizar consultas, curas o partos.
?Mucho ha cambiado y crecido el dispensario desde aquellos primeros a?os y muchas son las personas que han pasado por ¨¦l. Hoy cuenta con amplias instalaciones en las que se pueden realizar hasta cirug¨ªa menor. Adem¨¢s de las hermanas y el personal local, la incorporaci¨®n de voluntarios laicos desde el a?o 2000, ha permitido ampliar los servicios y la calidad del centro.
Fundaci¨®n Recover lleva a?os colaborando con este centro de salud y es parte importante de su desarrollo. Su programa Salud 2.0 ha ayudado a salvar muchas vidas y en la actualidad est¨¢ a punto de informatizar todo el dispensario para conseguir una administraci¨®n m¨¢s eficiente y una mejor atenci¨®n a los pacientes. Poco a poco, el centro va incorporando las nuevas tecnolog¨ªas para para poder prestar un mejor servicio.
Ana Guti¨¦rrez, la directora, lleva en Bikop desde 2008. Antes, en los a?os 2003 y 2004, hab¨ªa pasado all¨ª los meses de verano. Por eso cuando lleg¨® definitivamente ¡°ya conoc¨ªa un poco, pero bueno siempre es un cambio. Tambi¨¦n es muy diferente cuando vienes que sabes que es por dos meses que cuando vienes destinada para una ¨¦poca larga, sin saber cu¨¢ndo va a ser la vuelta¡±.
Ser un m¨¦dico formado en Espa?a significa que cuando llegas a ?frica ¡°hay que cambiar mucho la cabeza. Es verdad que la formaci¨®n de Europa te da claves que te ayudan a saber hacia d¨®nde hay que avanzar, pero luego hay que, podemos decir entre comillas, inculturarse aqu¨ª para poder trabajar. Es otro tipo de medicina, mucha medicina tropical que todos hemos tenido que estudiar leyendo cuando est¨¢s aqu¨ª, formarte, meterte en el laboratorio, ver cosas que no hab¨ªas visto¡¡±, comenta la directora del centro de salud.
M¨¢s del 25% de los enfermos que tratan en Bikop son enfermos de sida, frente a un 20% de malaria y un 12% de patolog¨ªas ginecol¨®gicas
Y a pesar de todo trabajo que en ¨¦l se lleva a cabo, el dispensario tiene muchas carencias. Ana las explica: ¡°Como m¨¦dico para m¨ª, lo m¨¢s grave son las patolog¨ªas cr¨®nicas. Estamos en un ?frica donde siempre se prioriza la patolog¨ªa aguda, eso quiere decir infecciones, paludismo¡ Tambi¨¦n se ha hecho una inversi¨®n bestial en el VIH, en tuberculosis, etc. Pero luego hay unas patolog¨ªas silenciosas que matan d¨ªa a d¨ªa y que dan una calidad de vida muy mala, que provocan mucho sufrimiento y que nadie mira, como puede ser una insuficiencia renal en un pa¨ªs donde no hay ni di¨¢lisis ni nada, insuficiencias cardiacas donde no hay operaciones de cirug¨ªa cardiaca ni trasplantes, diabetes cuando la gente no tiene el dinero para hacer el tratamiento todos los d¨ªas, hipertensi¨®n; o el caso del VIH ahora mismo: se ha metido mucha inversi¨®n en el diagnostico del VIH y ahora llevamos nueve a?os de tratamiento gratuito con retrovirales, con lo cual los pacientes pasan a ser enfermos cr¨®nicos, con todas las complicaciones del enfermo cr¨®nico. Es aqu¨ª cuando llega la diabetes, la hipertensi¨®n, como sucede igualmente en Europa, pero aqu¨ª el Gobierno solo paga los retrovirales y no hace nada por toda la patolog¨ªa asociada que va surgiendo. Igualmente est¨¢ el tema del c¨¢ncer. Aqu¨ª, claramente, un diagnostico de c¨¢ncer es un diagnostico de muerte porque no hay radioterapia, solo hay un aparato en todo el pa¨ªs y est¨¢ casi siempre estropeado, en Duala. La quimioterapia general, la misma no importa para qu¨¦ tipo de c¨¢ncer sea y es muy cara, un ciclo de tres semanas vale como unos 500 euros, un dinero que no todo el mundo lo tiene. As¨ª que muchas veces el diagnostico de c¨¢ncer es un diagnostico de los cuidados paliativos, de morir con dignidad, pero de muerte¡±.
Este centro de salud que siempre ha sido pionero y ha sabido dar respuesta a las necesidades de la poblaci¨®n ahora se encuentra con un nuevo problema, el de las patolog¨ªas olvidadas de ?frica, esas de las que nadie habla porque la urgencia del sida o la malaria no les da espacio, por eso, Ana lleva un par de a?os viendo c¨®mo introducir el tema de los cuidados paliativos, una novedad en ?frica. Por ahora, lo que pueden hacer desde el centro de salud es acompa?ar a los enfermos en sus casas donde se les visita.
La siguiente batalla que para la que se prepara la religiosa es hacer realidad un deseo que tiene desde hace mucho tiempo: ¡°Que por lo menos hubiera una seguridad social del Gobierno, lo cual quiere decir desarrollo, nuestros pa¨ªses han alcanzado el desarrollo cuando la salud y la educaci¨®n han llegado a ser accesibles para todo el mundo y gratuita¡±.
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