Diccionario
La versi¨®n digital del DLE permitir¨¢ actualizar en tiempo real la profusi¨®n de neologismos, anglicismos y nuevas acepciones de palabras viejas
![La Real Academia Española de la Lengua.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6P5WDIGHJ53YVMU7JRULRWXMQQ.jpg?auth=d736a5af5df2440fa8c68719758a40f2f2bb64f8f66a05072a768e13db438057&width=414)
El diccionario por antonomasia, ese al que seguimos llamando de la Real Academia Espa?ola pero pronto conoceremos como DLE (de la lengua espa?ola), se ha hecho digital. Ya hab¨ªa una versi¨®n digital, desde luego, pero ahora ser¨¢ digital como primera opci¨®n, digital por inmersi¨®n y convicci¨®n, digital a cascoporro. Son buenas noticias.
La nueva forma de trabajo permitir¨¢ a los acad¨¦micos y ling¨¹istas actualizar en tiempo real la profusi¨®n incesante de neologismos, anglicismos y nuevas acepciones de palabras viejas, a menudo propuestas por una de las 24 academias de la lengua espa?ola repartidas por medio mundo. Eso en cuanto al tiempo.
Y luego est¨¢ el espacio, porque, a diferencia de lo que ocurre con los tradicionales dos tomos encuadernados en carton¨¦, en el soporte digital cabe todo. Esto no implica necesariamente que se recojan m¨¢s palabras, pero s¨ª que se ofrezcan m¨¢s explicaciones, acepciones, sin¨®nimos y ejemplos que ayuden a usarlas. Adem¨¢s, por supuesto, del distintivo de honor de la Red: los enlaces que convierten cualquier definici¨®n en una puerta de entrada al conocimiento en su conjunto.
Pero la iniciativa tambi¨¦n es importante por razones extraling¨¹¨ªsticas. Si el lector es usuario de la Wikipedia y sabe ingl¨¦s, habr¨¢ comprobado repetidamente el abismo que separa la versi¨®n espa?ola de la inglesa en esa enciclopedia libre. No ya por la cantidad de art¨ªculos, que tambi¨¦n, sino por su calidad. Y Wikipedia, por desgracia, no supone ning¨²n caso especial. Es un simple ejemplo de la brecha digital entre el ingl¨¦s y el espa?ol, que a su vez no es m¨¢s que un ¨¢ngulo de un problema muy grave de ¨ªndole m¨¢s general: la debilidad digital europea frente al coloso del otro lado del Atl¨¢ntico.
Suelo decir que si una chavala interesada en estudiar una carrera de Ciencias me pidiera un consejo, le dir¨ªa que, antes que la tabla peri¨®dica y el c¨¢lculo diferencial, antes que las ecuaciones de Newton y la estructura de la doble h¨¦lice del ADN, antes incluso que la geometr¨ªa y el ¨¢lgebra, aprendiera ingl¨¦s. Su vida ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil, y no solo porque el ingl¨¦s sea la lingua franca de la ciencia contempor¨¢nea, como antes lo fueron el alem¨¢n o el lat¨ªn, sino tambi¨¦n porque podr¨¢ acceder a unas fuentes cient¨ªficas de mucha m¨¢s calidad en esa lengua.
Pero ahora no hablamos de practicar la ciencia profesional, sino de todo lo dem¨¢s, empezando por la misma divulgaci¨®n cient¨ªfica, que no tiene por qu¨¦ ser mejor en ingl¨¦s que en espa?ol, salvo por nuestra desidia secular. Tomemos ejemplo del diccionario y, nunca mejor dicho, pong¨¢monos las pilas.
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