Preguntas
La ¨²nica manera de frenar el refer¨¦ndum h¨²ngaro fue no participar en ¨¦l
Si hoy es martes, el ej¨¦rcito sirio apoyado por aviones rusos machaca la ciudad de Alepo. Ese nombre pasar¨¢ a engrosar el ¨ªndice universal de la infamia b¨¦lica, al lado de nuestro Guernica, por ejemplo. Los medios de comunicaci¨®n, desbordados por la situaci¨®n, no saben c¨®mo dar la noticia para generar una respuesta social de envergadura que obligue a detener de manera inmediata la matanza. Eligen retratar a un beb¨¦ superviviente en el caos. El m¨¦todo consiste en contar una desventura general con el colof¨®n de un rayo de optimismo particular, sin atender a la inversa proporci¨®n del da?o. As¨ª, alguien se salva al final. Como en La guerra de los mundos, donde Spielberg destru¨ªa el planeta para conseguir que un mal padre se reconciliara con sus ni?os. Oye, pues qu¨¦ bien, los dem¨¢s lo tratamos de solucionar con una tarde en el Parque de Atracciones. El final feliz, de honda raigambre en la industria del entretenimiento, aplicado a atenuar la verdad.
Cuando mejor aprend¨ª a desencriptar los mensajes que reparte el audiovisual, hoy d¨ªa territorio informativo sin rival, fue en Estados Unidos, de la mano, entre otros, de dos profesores h¨²ngaros que se hab¨ªan exiliado en aquel pa¨ªs para huir de la dictadura comunista. En un giro ir¨®nico del destino, es precisamente un l¨ªder populista h¨²ngaro el primero en sabotear con deslealtad las pol¨ªticas humanitarias europeas. Su refer¨¦ndum contra los refugiados establec¨ªa una pregunta hilarante: ¡°?Quiere que la UE pueda imponer reubicaciones obligatorias de ciudadanos no h¨²ngaros en Hungr¨ªa, incluso sin la aprobaci¨®n del Parlamento Nacional?¡± ?Cu¨¢nto m¨¢s abajo tiene que caer la moral humana para que algo tan hermoso como la democracia se pervierta con una pregunta tan zafia? ?Alguien ha preguntado a los sirios por su deseo de seguir recibiendo bombas racimo por el correo del zar?
La ¨²nica manera de frenar el refer¨¦ndum h¨²ngaro fue no participar en ¨¦l. Y aun as¨ª, el presidente Orb¨¢n ha declarado que es una gran victoria. En el otro extremo del ejercicio democr¨¢tico, los colombianos fueron a las urnas con un plan de paz y han dicho por la m¨ªnima ventaja que toca volver a la redacci¨®n del pacto y suprimir algunas contrapartidas concedidas a cambio del abandono de las armas. Devuelve a los pol¨ªticos la tarea de gestionar esas rectificaciones hasta hacer posible un acuerdo satisfactorio. Porque el no no era un no, sino un a¨²n no. Ambas llamadas a las urnas suenan a democracia. Pero en la diferencia esencial entre las dos radica el imprescindible respeto a los valores fundamentales, el de la legalidad y el de la soberan¨ªa popular.
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