?Deben dejarse indemnes viejas agresiones porque ocurrieron en el pasado?
Lo m¨¢s conveniente para la v¨ªctima a la hora de evitar traumas parece siempre reaccionar, de una manera o de otra, frente al ataque inicial
?Han visto la pel¨ªcula Brokeback mountain? Pues si no lo han hecho no sigan leyendo porque les voy a contar el final: en ¨¦l, uno de sus protagonistas, Jack Twist, es brutalmente asesinado por ser homosexual.
Tras el salvaje asesinato, los allegados de la v¨ªctima no buscan justicia. Probablemente porque, por aquel entonces, declararse abiertamente gay constitu¨ªa una condena al esc¨¢ndalo y a la exclusi¨®n social. As¨ª, en la pr¨¢ctica, los homosexuales no estaban protegidos por lo la ley. O lo estaban mucho menos que los heterosexuales.
Los autores del film omiten indicar la fecha exacta en la que el horrible acontecimiento ocurre. Pero, a ojo de buen cubero, se calcula que aconteci¨® bien entrada la ¨²ltima mitad del siglo XX. Es decir, es bastante probable que esos asesinos est¨¦n actualmente vivos.
Las sociedades evolucionan hoy m¨¢s r¨¢pidamente que nunca. Los avances en los derechos de los homosexuales es un claro ejemplo de eso. Antes, para que un cambio como el que est¨¢n gozando hoy los homosexuales se produjera, ten¨ªan que pasar decenios, si no siglos. La mayor velocidad de estos cambios es algo sin duda bueno, pero conlleva una serie de situaciones a las que nunca antes el hombre se tuvo que enfrentar: cuando, por ejemplo, el conjunto de la poblaci¨®n mundial comprendi¨® que esclavizar a un ser humano era una cruel salvajada, no se pudo juzgar a los esclavizadores ya que ¨¦stos hab¨ªan muerto siglos atr¨¢s.
Pero, gracias al r¨¢pido avance de las mentalidades, hoy ser¨ªa posible juzgar a aquellos que cometieron muchos cr¨ªmenes: Volviendo al ejemplo de Brokeback mountain, hoy ser¨ªa posible someter a la justicia a los asesinos de Jack Twist (como demostramos anteriormente, ellos siguen probablemente vivos).
Mi ejemplo no es v¨¢lido porque est¨¢ basado en una pel¨ªcula de ficci¨®n. Perm¨ªtanme presentarles el caso de B¨¢rbara, una adulta que sufri¨® a?os de acoso escolar durante su ni?ez. Los abusos a los que fue sometida por parte de sus profesores y sus compa?eros (estos ¨²ltimos actuaban animados por los primeros) eran espantosos: desde constantes insultos y vejaciones hasta abusos f¨ªsicos pasando por la marginaci¨®n. Incluso hoy, muchos a?os despu¨¦s, B¨¢rbara no puede acercarse a ese colegio sin que le entren escalofr¨ªos.
B¨¢rbara es hoy una profesional de ¨¦xito. Algo realmente imposible de imaginar si echamos un vistazo a las p¨¦simas notas obtenidas en sus a?os escolares: "El acoso al que estaba sometida me convirti¨® en una ni?a hiperactiva incapaz de retener la concentraci¨®n. Eso sin contar con que los profesores me evaluaban siempre a la baja", se explica B¨¢rbara.
Del acoso escolar no se habla lo suficiente. Y las cosas no existen hasta que no se hablan de ellas
El motivo por el que B¨¢rbara nunca pidi¨® ayuda es el mismo por el que hoy se esconde tras un nombre falso: "Me sent¨ªa humillada, no quer¨ªa que nadie supiera cual era mi situaci¨®n".
El caso de Yolanda (nombre falso) es tambi¨¦n relevante: un buen d¨ªa una colega suya la insult¨® humill¨¢ndola en p¨²blico: "Antes, yo nunca tuve problema alguno con esa compa?era, yo no le hab¨ªa hecho nada. Cuando le ped¨ª explicaciones me contest¨®, con descaro, que en su regi¨®n era normal insultar a la gente. Ante una actitud que consider¨¦ inaceptable, decid¨ª respetuosamente quejarme a mi jerarqu¨ªa", explica Yolanda para luego continuar: "En la instituci¨®n en la que yo trabajaba no quer¨ªan problemas: All¨ª no se culpaba al que causaba el problema sino al que lo evidenciaba: Si un d¨ªa Pepito le clavaba un cuchillo a Juanito, la empresa atacaba a Juanito por problem¨¢tico".
Tras la queja presentada por Yolanda, ¨¦sta sufri¨® una escalada de pavorosos ataques a su persona y a su trabajo que acabaron caus¨¢ndole una severa depresi¨®n. Yolanda fue v¨ªctima de lo que hoy se conoce como mobbing (acoso laboral), un fen¨®meno que, probablemente, aun no estaba suficientemente identificado cuando ella lo sufri¨®.
Sucede que hoy B¨¢rbara y Yolanda tienen la posibilidad de buscar justicia por los abusos sufridos hace a?os. Ellas podr¨ªan denunciar a esas entidades donde se les acosaba. La pregunta es: ?Deben hacerlo? Para responder esta pregunta, hemos hecho averiguaciones cuyos resultados se expresan a continuaci¨®n.
Paco Ram¨ªrez es secretario de Colega Madrid (Colectivo LGBT de la Comunidad de Madrid) y director del Observatorio Espa?ol contra la LGBTfobia. Para ¨¦l, "se trata de un tema complejo porque depende de muchas cuestiones, sobre todo si se tuvieron en su momento medios legales o materiales para denunciar las agresiones, o si se ten¨ªa la madurez y conciencia de los hechos que se sufr¨ªa".
A?ade: "Aunque las reivindicaciones LGBT son visibles en medios de comunicaci¨®n, a¨²n nos falta un mayor compromiso por parte de la sociedad. Muchos consideran privilegios o derechos especiales lo que simplemente son derechos humanos y acceso a una equiparaci¨®n social e igualdad de oportunidades total".
La conclusi¨®n a la que llega Paco es rotunda: "Creo que deber¨ªan perseguirse retroactivamente actitudes de personas que agredieron, fomentaron las agresiones, o simplemente miraron a otro lado. No se trata de tomarse la revancha ni perseguir condenas penales, pero s¨ª conseguir una reprobaci¨®n oficial de esas actitudes."
Pridicam Mobbing Madrid es la Plataforma en la Comunidad de Madrid contra los riesgos psicosociales y la discriminaci¨®n laboral. Esta es su respuesta a nuestra pregunta: "Desde el punto de vista estrictamente jur¨ªdico la decisi¨®n de emprender acciones por da?os pret¨¦ritos queda siempre limitada a los plazos prescriptivos legalmente establecidos. Por una cuesti¨®n de seguridad jur¨ªdica, las acciones est¨¢n sujetas a plazo, y por ende no podemos emprenderlas una vez finados los mismos. Si bien es cierto que hemos de atender al tipo de acci¨®n y a la jurisdicci¨®n competente para determinar dicho plazo, no es menos cierto que en cualquier caso todas las acciones est¨¢n sujetas a t¨¦rmino y hemos necesariamente de tenerlo en cuenta a la hora de tomar decisiones".
Por ¨²ltimo, nos situamos en Barcelona donde Carmen Cabestany, secretaria de la asociaci¨®n Nace (No al Acoso Escolar), protesta: "Del acoso escolar no se habla lo suficiente. Y las cosas no existen hasta que no se hablan de ellas".
"En realidad, el problema del acoso escolar va muy en paralelo al de la violencia de g¨¦nero. La diferencia es que el segundo sucede en casa de las v¨ªctimas mientras que el primero sucede en la misma administraci¨®n, por lo que se tiende a encubrir el problema", concluye Carmen pregunt¨¢ndose: "?C¨®mo es posible que no se estudie el acoso escolar en magisterio en educaci¨®n infantil o primaria? Es inaceptable".
Explica Carmen: "En el momento de sufrir acoso escolar la familia del ni?o puede denunciar. Pero es una opci¨®n dif¨ªcil. Primero porque los ni?os menores de catorce a?os no son imputables. Segundo por la falta de material probatorio frente la que se encuentran las v¨ªctimas en la mayor¨ªa de los casos".
Las reacciones ante el acoso no deben ser tomadas a la ligera. Carmen, mediante unos ejemplos, explica porqu¨¦: "La administraci¨®n a veces pone a disposici¨®n de sus trabajadores tel¨¦fonos a los que acudir en caso de ser acosados: Desde el momento en el que son las mismas administraciones las que pagan esos tel¨¦fonos, hay que desconfiar. En el tema del acoso escolar, tambi¨¦n se ha dado el caso de padres que denuncian a los colegios donde sus hijos son acosados y esos colegios, quiz¨¢s por venganza, denuncian a los padres despu¨¦s (por ausentismo o por cualquier otra excusa)".
Adaptamos nuestra pregunta inicial al caso del acoso escolar y reformulamos la pregunta: ?Es posible para un adulto denunciar un acoso escolar sufrido durante su infancia? La pregunta es relevante ya que ese tipo de acoso puede dejar da?inas secuelas que, en muchos casos, simplemente no se superan: Es el triste caso de Rebeca, una mujer de 28 a?os, que cometi¨® suicidio v¨ªctima del acoso escolar que sufri¨® a los 14 a?os. Esta es la respuesta de Carmen Cabestani: "Iniciar acciones legales en estos casos es dif¨ªcil porque, seg¨²n los abogados consultados, se trata de acciones casi siempre prescritas".
Pero Carmen insiste en que existen otras v¨ªas efectivas: "Se trata de acciones terap¨¦uticas. Por ejemplo, ayudar a otra persona que est¨¦ sufriendo una situaci¨®n similar. Mi experiencia demuestra que esto resulta reequilibrador y compensador para la v¨ªctima. Otra cosa que funciona muy bien es contarlo. Joel era un chico que por verg¨¹enza y miedo no reaccion¨® mientras sufr¨ªa acoso escolar. Tiempo despu¨¦s acudi¨® a diversos programas de televisi¨®n a compartir con la audiencia su caso. La experiencia result¨® de lo m¨¢s terap¨¦utica y curativa para ¨¦l".
En definitiva, frente una agresi¨®n lo ideal es reaccionar en el momento y de forma certera. Si esto no fuera posible y se decide perseguir la agresi¨®n hay que tener en cuenta los plazos transcurridos desde la agresi¨®n ya que esta pueden haber prescrito. Y, en cualquier caso, lo m¨¢s conveniente para la v¨ªctima a la hora de evitar traumas post agresivos, parece siempre reaccionar, de una manera o de otra, frente al ataque inicial.
Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea. El art¨ªculo no refleja necesariamente el punto de vista de la instituci¨®n para la que trabaja.
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