El lado desconocido del hombre que nos llevar¨¢ a Marte
Elon Musk, que pretende crear una civilizaci¨®n en Marte, sufri¨® 'bullying', huy¨® de su padre, y se ha casado dos veces con la misma mujer
Hace 16 a?os, Elon Musk estuvo a punto de morir. De malaria, una enfermedad que parece de otra ¨¦poca hasta que las cifras devuelven violentamente a la actualidad: anualmente muere un mill¨®n de personas de esta pandemia. Musk se contagi¨® en unas vacaciones por Brasil y Sud¨¢frica. Se salv¨® y aprendi¨® una lecci¨®n que se ha convertido en su principal precepto vital:?¡°Esa es mi lecci¨®n por coger vacaciones: las vacaciones te matar¨¢n¡±.?
Fiel a su mantra, Musk (Sud¨¢frica, 45 a?os) no se ha tomado ni un d¨ªa de descanso y se ha convertido en uno de los emprendedores m¨¢s valorados de Silicon Valley. Ha sido comparado con Steve Jobs; algunas partes del personaje de Tony Stark ¨Cel hombre detr¨¢s de Iron Man que interpreta Robert Downey Jr en la saga del superh¨¦roe¨C est¨¢n inspiradas en ¨¦l; fund¨® Paypal y Tesla, con la que cre¨® el primer coche el¨¦ctrico viable para la producci¨®n; y su nueva obsesi¨®n tiene a las comunidades cient¨ªfica, empresarial y pol¨ªtica revolucionadas: quiere llevarnos a Marte por el precio de una hipoteca.
Sufr¨ªa 'bullying'. Era un ni?o t¨ªmido que le¨ªa libros de ciencia ficci¨®n y que no conectaba con el resto. Hubo d¨ªas que recibi¨® palizas de sus compa?eros. Incluso acab¨® en el hospital
Pero detr¨¢s de esta fren¨¦tica y apasionante actividad empresarial asoman oscuridades. Musk es un ejemplo de libro del hombre creado a s¨ª mismo a pesar de las dificultades. Con todas sus luces y todas sus sombras. Fue un ni?o prodigio que programaba antes de los 10 a?os y que vendi¨® un juego dise?ado por ¨¦l mismo con 12. Aquella ¨¦poca colegial fue dif¨ªcil: sufr¨ªa bullying. Era un ni?o t¨ªmido que le¨ªa libros de ciencia ficci¨®n y que no conectaba con el resto de los chavales. Hubo d¨ªas que recibi¨® palizas de sus compa?eros. Incluso alguna de aquellas funestas jornadas acab¨® en el hospital.
Al llegar a casa, su padre abusaba emocionalmente de ¨¦l. Cuando se hizo m¨¢s mayor, Musk huy¨® de su pa¨ªs, Sud¨¢frica, rumbo a Canad¨¢. Todo esto se cuenta en Elon Musk: El empresario que anticipa el futuro, un libro escrito con la colaboraci¨®n de Musk. Est¨¢ elaborado por?un periodista especializado en empresas y tecnolog¨ªa, Ashlee Vance, que se entrevist¨® en varias ocasiones con Musk. Sin embargo, finalmente, el empresario no aprob¨® el texto. A¨²n as¨ª, Vance lo acab¨® publicando.
Tras salir de una Sud¨¢frica de miras estrechas bajo el apartheid, Musk lleg¨® a Canad¨¢, donde resid¨ªa su madre. Aterriz¨® casi con lo puesto y no tard¨® en dar el salto a Estados Unidos, el lugar al que siempre quiso ir. All¨ª estudi¨®, se cas¨® tres veces y tuvo cinco hijos, trillizos y gemelos. Dos de los matrimonios de Musk han sido con la misma persona, la actriz inglesa Talulah Riley. Una curiosa relaci¨®n que vive otro giro: ahora se han vuelto a separar.
Pero lo que hizo sobre todo este hombre en Canad¨¢ fue trabajar. Seg¨²n su biograf¨ªa, sus padres y sus m¨¦dicos llegaron a pensar que era sordo porque cuando se concentraba no respond¨ªa. ¡°Se mete en su cerebro y solo ves que est¨¢ en otro mundo¡±, aseguraba su madre. ?l mismo se declar¨® adicto al trabajo, reconociendo que pod¨ªa emplear en ello unas 100 horas semanales. O sea, 14 horas diarias en siete d¨ªas a la semana.
Ahora le obsesiona su epop¨¦yico plan: crear una civilizaci¨®n en Marte. ¡°Si no tenemos en cuenta los plazos, la probabilidad de que lleve a cabo su plan es del 100 %. No s¨¦ cu¨¢nto va a tardar, pero que lo va a hacer, seguro que s¨ª¡±, asegura Ra¨²l Torres, ingeniero aeron¨¢utico y fundador de PLD Space, una empresa espa?ola que est¨¢ desarrollando cohetes para poner peque?os sat¨¦lites en ¨®rbita terrestre.
Su plan, el de Elon Musk, lo detall¨® en el Congreso Internacional de Astron¨¢utica de Guadalajara (M¨¦xico) y consiste b¨¢sicamente en crear una civilizaci¨®n en Marte. Es, seg¨²n ¨¦l, la ¨²nica v¨ªa para asegurar la supervivencia de la especie humana. ¡°Podemos permanecer en la Tierra esperando una extinci¨®n final o convertirnos en una especie multiplanetaria¡±, sentenci¨®. Y para empezar a dar forma a esa civilizaci¨®n est¨¢ ¨¦l y el veh¨ªculo que, seg¨²n pretende, llevar¨¢ a un centenar de personas al planeta rojo en 2024. Es decir, en ocho a?os. Los c¨¢lculos de Barack Obama son m¨¢s modestos. Recientemente declar¨® que espera llevar astronautas a Marte en 2030.
Elon Musk?comenz¨® su aventura empresarial en Internet con Zip2 (dedicaba al desarrollo de sitios web espec¨ªficos para medios de comunicaci¨®n), de cuya compra sac¨® 300 millones de d¨®lares (unos 268 millones de euros). Fund¨® Paypal, el sistema de pagos por Internet, que poco despu¨¦s fue comprado por Ebay.
Y a partir de ah¨ª se dedic¨® a sus grandes intereses. Con Tesla, empresa de la que es fundador, cre¨® el primer autom¨®vil el¨¦ctrico viable para la producci¨®n. Con SolarCity, de la que es presidente, invirti¨® en paneles solares y la convirti¨® en una de las mayores empresas proveedoras de sistemas de energ¨ªa solar de EE UU. Y con SpaceX pretende, nada menos, que llevar al hombre ¨Ca cualquier hombre¨C a Marte. Por el momento, donde s¨ª ha llegado es a la Estaci¨®n Espacial Internacional, a la que abastece, tras firmar un acuerdo con la NASA.
Es esa voluntad la que ha marcado sus decisiones empresariales. Sus allegados le describen como alguien a quien le importan las ideas, cambiar el mundo, no hacerse -m¨¢s- rico. El director de Iron man, Jon Favreau, reconoc¨ªa haberse basado en Musk para el personaje de Tony Stark, el millonario que se encuentra detr¨¢s del traje del superh¨¦roe. Es m¨¢s, la segunda entrega de la pel¨ªcula se rod¨® en las instalaciones de SpaceX y el propio Musk hac¨ªa un cameo.¡°Es un modelo de entusiasmo, buen humor y curiosidad. Un hombre del Renacimiento en una era que necesita de ellos¡±, le describ¨ªa Favreau.
En esta era ya ha revolucionado el mundo de la energ¨ªa y el transporte, no solo con el coche el¨¦ctrico de Tesla, sino tambi¨¦n con su Hyperloop, una suerte de tren, encapsulado en un tubo, impulsado con energ¨ªa solar y cuya velocidad rozar¨ªa la barrera del sonido, uniendo San Francisco y Los ?ngeles en menos de 35 minutos ¨Cactualmente se tarda unas cinco horas en coche¨C. Este ¡°quinto transporte¡±, como lo denomina Musk, no podr¨ªa chocar y, por si esto fuera poco, su coste es muy inferior al Tren de Alta Velocidad de California, propuesto para unir ambas ciudades.
El ¨²ltimo reto de Musk no es otro que transformar a la Humanidad y darle un nuevo h¨¢bitat, Marte. Su empresa pasa por la construcci¨®n de ¡°un cohete monstruosamente grande, mucho m¨¢s que cualquier cosa que jam¨¢s se haya planteado¡±, explica el ingeniero Ra¨²l Torres. Las medidas de ese ingenio ser¨¢n 122 metros de altura y 12 metros de di¨¢metro. ¡°Eso desde el punto de vista tecnol¨®gico implica una serie de problemas muy dif¨ªciles de resolver que van desde la propulsi¨®n, hasta fabricar estructuras que jam¨¢s se han fabricado para volar. En el fondo, tecnolog¨ªa espacial que es extremadamente costosa¡±, argumenta Torres. Y no solo eso, la primera fase pasa por dos misiones no tripuladas en 2018 y 2020. ¡°Hacer un cohete tan grande en dos a?os es completamente irreal. De hecho, SpaceX lleva casi tres a?os retrasando el lanzamiento del Falcon 9 [uno de sus cohetes]¡±, explica Torres. El propio Musk lo reconoci¨® en M¨¦xico: ¡°No va a ser f¨¢cil¡±.
Y todo este plan no es para que los multimillonarios del mundo se den el gustazo de decir que han estado en Marte, sino para que sea relativamente accesible a la clase media con un coste de ¡°lo que vale una casa¡±, explicaba Musk en el Congreso de Guadalajara (M¨¦xico). Esto es, seg¨²n sus c¨¢lculos, 200.000 d¨®lares (unos 160.000 euros). ¡°El objetivo fundamental es hacer que toda persona que quiera ir, pueda ir¡±, afirm¨®.
Su meta no es que un astronauta ponga el pie en Marte, es que pueda establecerse all¨ª una colonia de, al menos, un mill¨®n de personas. Es probable que ¨¦l no lo vea porque, seg¨²n los plazos que maneja, la creaci¨®n de esta sociedad autosuficiente llevar¨ªa entre 40 y 100 a?os, pero ¨¦l (tiene 45 a?os) ya ha dejado claro cuales son sus intenciones: ¡°Me gustar¨ªa morir en Marte. Pero no en el impacto¡±.
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