Chinches
Uno ve la cat¨¢strofe de Ferraz y empieza a calcular las posibilidades de los n¨¢ufragos
Si yo fuera el padre de C¨¦sar Luena, me preguntar¨ªa qu¨¦ va a ser de ¨¦l. Siempre tuve la impresi¨®n de que ese chico no ten¨ªa cabeza. O de que ten¨ªa la cabeza de una gamba, cuya sustancia se extrae de una chupada. De momento, sigue en el Congreso, con un sueldo fijo, tal vez ha cotizado ya para una jubilaci¨®n de oro. La imagen real poco o nada tiene que ver con la p¨²blica, pero a m¨ª, cuando lo ve¨ªa en la tele, me llamaba la atenci¨®n el entusiasmo loco que repart¨ªa por igual entre lo intrascendente y lo significativo. De todo hablaba con id¨¦ntica expresi¨®n de arrebato. Antonio Hernando tambi¨¦n, pero Hernando mostraba un punto de cinismo muy ¨²til en las situaciones tr¨¢gicas; de hecho, lo hemos visto ya a la derecha de Javier Fern¨¢ndez. Hernando lo mismo te vende una idea que un neum¨¢tico.
A Luena, en cambio, lo quitas de las ideas (de las grandes o las peque?as, eso ahora no importa) y te parece un hu¨¦rfano. Su supervivencia, piensa uno, siempre depender¨¢ de la de otro. ?Qu¨¦ confuso y cruel resulta todo cuando hablamos de la capacidad para ganarse la vida! Pedro S¨¢nchez, por su parte, responde a la tipolog¨ªa del superviviente. Pasar¨¢ apuros, claro, pero siempre encontrar¨¢ algo a lo que agarrarse. La supervivencia, como la vivencia, es una vocaci¨®n. Susana D¨ªaz, por ejemplo, es una viva nata. Todo esto significa que apenas pensamos ya en t¨¦rminos pol¨ªticos. Uno ve la cat¨¢strofe de Ferraz y empieza a calcular las posibilidades de los n¨¢ufragos. Te metes en la cama pensando en los consejos que le dar¨ªas a Luena si fueras su padre y te duermes enredado en estas fantas¨ªas idiotas que probablemente nada tienen que ver con la realidad. Pero ahora que van a recoser el partido, ?cu¨¢ntos lograr¨¢n acoplarse en sus costuras?
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