As¨ª es ser g¨®tico en 2017 (m¨¢s all¨¢ de los estereotipos)
Acudimos a la VIII Semana G¨®tica de Madrid para comprobar que su inter¨¦s por lo oscuro va mucho m¨¢s all¨¢ de la est¨¦tica. Bueno, y que a un g¨®tico hasta le puede gustar la playa
"Aqu¨ª vais a aprender muchas cosas oscuras", dice desde el estrado Marjorie Eljach, la directora de este congreso sobre literatura g¨®tica que se encuadra dentro de la VIII Semana G¨®tica de Madrid (que se llama semana pero que dura un mes). Vine en busca de j¨®venes flacuchos y p¨¢lidos, con los pelos cardados, muchos crucifijos, botas enormes, pero miro alrededor y, aparte de algunos asistentes vestidos de riguroso negro (como la propia Eljach), el personal es bastante normcore. Esta ma?ana el sol brilla a trav¨¦s de los grandes ventanales de la flamante facultad de Filolog¨ªa de la Complutense y nos acomodamos en nuestras mullidas butacas de color azul pastel: nada m¨¢s lejano a un cementerio sobre el que se ciernen las tinieblas de la madrugada.
Yo vine a preguntar si los g¨®ticos siempre tienen que estar sumidos en un profunda melancol¨ªa, qu¨¦ se ponen en verano, si les gusta playa, entre otras chorradas. Pero precisamente uno de los objetivos de este festival es contrarrestar estos estereotipos f¨¢ciles de ciudadano de a pie y mostrar lo g¨®tico como un amplio movimiento que extiende sus tent¨¢culos por todas las ramas de la cultura: m¨²sica, literatura, moda, arte y hasta ciencia. Respecto a lo de la playa: "Pues a los g¨®ticos s¨ª que nos puede gustar la playa", bromea Eljach, "yo misma soy colombiana caribe?a y no puedo estar m¨¢s de dos meses sin ver el mar". Aclarado: misi¨®n cumplida.
Abre las charlas el profesor Miguel Salmer¨®n, hablando de la tragedia en Esquilo, Shakespeare y Wagner. Luego se hablar¨¢ de Lilith en la cultura popular, de la represi¨®n sexual en Charlotte Bront?, del pacto mefistof¨¦lico en la pel¨ªcula La bruja, del hada Melusine, de opio y oculismo, de lo ecog¨®tico, de esoterismo, de figuras fantasmales como medio de denuncia social, de las dominatrix, de g¨¢rgolas y de un sinf¨ªn de variopintos asuntos m¨¢s. Un buen remolino de referencias que dan idea del amplio espectro (nunca mejor dicho) de esta tendencia.
"Pues a los g¨®ticos s¨ª que nos puede gustar la playa", bromea Eljach
?Qu¨¦ es, pues, lo g¨®tico? "Lo g¨®tico se puede ver como una est¨¦tica en la indumentaria que va de lo victoriano a lo industrial, como esa expresi¨®n literaria de las novelas g¨®ticas con maldiciones familiares, castillos donde suenan cadenas, casas encantadas... Si te dicen que lo g¨®tico tiene que ver con un estado de ¨¢nimo, se trata m¨¢s bien de tener un esp¨ªritu rom¨¢ntico", explica Eljach. En efecto, la cosa comienza con las novelas g¨®ticas de Horace Walpole, Jan Potocki o Ann Radcliffe. Luego viene, m¨¢s conocido, lo postg¨®tico que incluye gran variedad de autores, de Bram Stoker a H.P. Lovecraft, pasando por Edgar Allan Poe.
Pero tal vez la forma m¨¢s extendida de lo g¨®tico, o al menos la iniciaci¨®n de muchos j¨®venes en este mundillo, es la m¨²sica, concretamente el gothic rock, que emana del post punk en el cambio de d¨¦cada entre los 70 y los 80: Sisters of Mercy, Bauhaus, Siouxie and the Banshees, Fields of the Nephilim, The Mission o The Cure. La discoteca seminal donde se coci¨® la poci¨®n fue The Batcave Club, en Londres (algo as¨ª como el CBGB para el punk estadounidense). En Espa?a una de las bandas m¨¢s oscuras de la ¨¦poca fue Par¨¢lisis Permanente. Luego el estilo se fue bifurcando en otros como el dark folk o el electrodark, etc.
"La m¨²sica ejerce como puerta de entrada y tambi¨¦n como aglutinante del movimiento", afirma la directora. El webzine Virus G se dedica a dar cobertura a las ¨²ltima expresiones de estos estilos. "Luego hay mucha gente que viene al movimiento g¨®tico como turista: se pasa una temporada y luego se va", dice Eljach. En efecto, qui¨¦n no ha tenido un amigo bien formal que le ense?a esas fotos tremendas "de cuando era g¨®tico". Locuras de juventud.
"Ven a chavales maquillados por ah¨ª y piensan que son g¨®ticos, pero puede que sean siniestros, a los que les gusta todo el rollo del terror"
En este mes se celebran actividades para todos los gustos (oscuros, claro est¨¢): encuentros sobre literatura g¨®tica actual (en ?mbito Cultural de El Corte Ingl¨¦s de Callao), m¨²sica y leyendas siniestras mexicanas (Teatr¨ªfico, en el museo L¨¢zaro Galdiano), un recorrido por el Museo de Ciencias Naturales con el trasfondo de la quema de brujas, una exposici¨®n sobre libros de ocultismo en la Complutense, charlas y presentaciones en Fnac Callao y en Generaci¨®n X, un desfile de moda inspirada en el ocultismo (Plataforma G, en la sala Taboo) y hasta una actividad de punk rock para ni?os (SGM Kids Fest, en la misma sala) de la que seguro saldr¨¢n a los g¨®ticos del ma?ana, entre otros eventos. La informaci¨®n completa se encuentra en la web de la semana g¨®tica.
?C¨®mo anda la escena en la actualidad? Est¨¢ presente en el congreso alguien que puede tener una buena panor¨¢mica del asunto: Rose Garden (el nombre est¨¢ sacado de una canci¨®n de Bauhaus), la que se dice la primera g¨®tica de Espa?a. Fue miembro con carnet del primer club g¨®tico en Londres, Creation, y tra¨ªa desde all¨ª los discos que se pinchaban en Madrid. "Aqu¨ª eran tiempos en los que todo el mundo ten¨ªa ganas de crear y hacer cosas, pero el ambiente estaba muy dividido", cuenta, "en el Rock-Ola cuando pon¨ªan punk bailaban los punks, luego cambiaba la m¨²sica y los punks se hac¨ªan a un lado para que bailasen los mods. Yo no encontraba bien mi sitio, me faltaba algo con lo que identificarme de verdad. Las punks iban con sus botitas militares, yo con mis tacones de aguja; no me gustaba el pogo, me gustaba danzar. Porque lo m¨ªo era lo g¨®tico, que no prendi¨® hasta el 84 o el 85".
La gente tiene un concepto equivocado de este movimiento: "Ven a chavales maquillados por ah¨ª y piensan que son g¨®ticos, pero puede que sean siniestros, a los que les gusta todo el rollo del terror. A mi el terror me da igual. Yo soy g¨®tica, rom¨¢ntica, er¨®tica, pero no siniestra. Por lo dem¨¢s, hoy en d¨ªa noto que en la escena falta innovaci¨®n, que nos pasamos el d¨ªa mirando al pasado".
Dentro de la escena existen sesiones como Dark Hole o clubs como Stigmata, en Madrid, Undead Dark Club en Barcelona, o los grandes festivales de Leipzig (Wave-Gotik-Treffen), de Colonia (Amphi Festival) o de Leiria, Portugal (Entremuralhas). Pero hay quien considera que la escena es cada vez m¨¢s dispersa y menguante. "Sin revistas, sin fanzines, con los conciertos reducidos s¨®lo a las giras que funcionan, sin v¨ªas de filtraci¨®n de grupos nuevos, sin bares de encuentro, sin grupos, sin clubes donde bailar, sin fantas¨ªa ni renovaci¨®n ni grandes ni peque?os acontecimientos, la escena muere porque la gente se queda en casa y se siente vieja para salir", seg¨²n escrib¨ªa la periodista Elena Cabrera en la revista Madriz, en 2013.
Pero bueno, hay espacio para el optimismo: "Se dice que la escena g¨®tica se est¨¢ permanentemente muriendo", concluye Eljach, "pero tambi¨¦n dice el chiste que, si no se estuviera continuamente muriendo, no ser¨ªa g¨®tica". En efecto, a los g¨®ticos tambi¨¦n les gustan los chistes.
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