Refugiados: La crisis contin¨²a
LOS VIAJES ¡°a terreno¡± con Unicef son siempre muy intensos, tanto en lo f¨ªsico como en lo emocional, con momentos muy duros y otros que te llenan de alegr¨ªa y esperanza. Instantes en los que uno puede experimentar en primera persona la situaci¨®n de extrema pobreza y necesidad en la que se encuentran millones de ni?os en el mundo. Y soplos esperanzadores que siempre deparan experiencias entra?ables de conexi¨®n y complicidad con peque?os que en la mayor¨ªa de los casos no saben qui¨¦n soy pero s¨ª perciben que estoy ah¨ª para preocuparme por ellos, con la ¨²nica intenci¨®n de mejorar sus condiciones de vida. He visto c¨®mo ni?os de ocho a?os quitaban, en una especie de mercado, la piel de los peces que tra¨ªan los adultos al poblado para poder sacar algo de dinero con el que ayudar a sus familias. En esas circunstancias, te vienes abajo. Me tomo muy en serio la labor que desarrollo como embajador de Unicef desde 2003. Mi intenci¨®n es dar a conocer y transmitir la necesidad de ayudar a aquellos que m¨¢s lo necesitan, a los m¨¢s vulnerables: los ni?os.
Mi intenci¨®n es dar a conocer y transmitir la necesidad de ayudar a aquellos que m¨¢s lo necesitan.
He tenido dos contactos con exiliados sirios. Hace tres a?os estuve en el campo de refugiados de Dom¨ªz, en el norte de Irak. All¨ª tuve la oportunidad de ver las condiciones de vida de m¨¢s de 50.000 personas que lo habitan. Hace poco m¨¢s de un mes, viaj¨¦ a L¨ªbano, el pa¨ªs que m¨¢s refugiados sirios acoge. All¨ª la diferencia es que est¨¢n agrupados en asentamientos informales y no en grandes campos como ocurre en Irak o en Jordania.
Se calcula que el n¨²mero de refugiados sirios en L¨ªbano supera el 20% de la poblaci¨®n. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si una de cada cinco personas que vive en Espa?a estuviera en esa condici¨®n? Resulta dif¨ªcilmente imaginable. Esta enorme presencia de ¡°extranjeros¡± crea una situaci¨®n muy complicada. La evocaci¨®n de las tensiones entre libaneses y sirios fue constante durante nuestro viaje.
Las familias sirias que se encuentran all¨ª, huyendo de una guerra en la que muchos han perdido a seres queridos, a¨²n est¨¢n procesando el trauma de dejar su pa¨ªs atr¨¢s e intentan rehacer sus vidas en territorios que no son los suyos, pero siempre so?ando con el d¨ªa de poder regresar a sus hogares. Organizaciones como Unicef juegan en estas situaciones un papel fundamental. Junto con otras instituciones, tanto locales como internacionales, hacen posible que puedan seguir adelante. Sus problemas no acaban cuando abandonan Siria. Una realidad llena de dificultades les espera en sus nuevos ¡°hogares¡± y ah¨ª es donde necesitan del compromiso y ayuda de todos nosotros.
LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA SIGUEN AH?: MUERTES INOCENTES, PERSONAS BLOQUEADAS EN LAS FRONTERAS Y EL MEDITERR?NEO LLEN?NDOSE DE VIDAS TRUNCADAS.
Unicef trata de aportar lo b¨¢sico, pero a la vez vital: agua potable, programas de higiene, construcci¨®n y remodelaci¨®n de escuelas, actividades psicosociales destinadas a los ni?os, pero con la fundamental involucraci¨®n de los padres; unidades cl¨ªnicas m¨®viles a las que los refugiados acuden en caso de necesidad y donde se pueden obtener todas las vacunas para los m¨¢s peque?os¡ Un dato muy significativo del impacto real de Unicef es que, a d¨ªa de hoy, 132.000 ni?os sirios acuden al colegio gracias a su labor. Esto no ser¨ªa posible sin el apoyo de sus socios y de los grandes equipos que trabajan sobre el terreno. Aun as¨ª, muchos ni?os tienen que dejar de asistir al colegio a una temprana edad porque para poder pagar el alquiler de las tierras en las que viven no basta con el trabajo de los padres. Debemos seguir esforz¨¢ndonos para que los m¨¢s peque?os tengan acceso a sus derechos y puedan llevar alg¨²n d¨ªa una vida normal.
El conflicto en Siria contin¨²a. Nos siguen llegando noticias desesperanzadoras. Aunque se produjera un alto el fuego el pasado martes 13 de septiembre y por un d¨ªa no hubiera muertos civiles por primera vez en cinco a?os, la violencia persiste, como vimos con el ataque de un convoy humanitario tan solo una semana despu¨¦s. Las consecuencias de la guerra siguen ah¨ª: muertes inocentes, personas bloqueadas en las fronteras y el Mediterr¨¢neo llen¨¢ndose de vidas truncadas. A nuestras costas europeas contin¨²an llegando muertes silenciosas fruto del horror de esta guerra.
Son ya muchas negociaciones y muchas promesas de distintos Gobiernos. Pero el conflicto persiste y la migraci¨®n de refugiados contin¨²a. El problema no se acaba mirando hacia otro lado. Las dificultades se solucionan enfrent¨¢ndolas con determinaci¨®n y, sobre todo, con humanidad.
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