Un camino a la escuela para todos y todas
Por Jos¨¦ Mansilla (*)
En el libro La ciudad de los ni?os, el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci apuesta por reforzar el proceso de aprendizaje escolar ¨Cen cuestiones como el fomento de la autonom¨ªa infantil o la capacidad para relacionarse entre iguales, por ejemplo- utilizando la propia calle para ello. Para Tonucci, las ciudades, sobre todo aquellas del orbe occidental, aunque no solo, se han vuelto hostiles para ni?os y ni?as por diversos motivos. Entre estos podr¨ªamos citar la dictadura que el coche ejerce sobre los espacios urbanos, pero tambi¨¦n la puesta al servicio del proceso de acumulaci¨®n capitalista de aceras, plazas y plazoletas, descampados, soportales y arcadas, espacios que, no hace tanto tiempo, eran testigos del reinado de ni?os y ni?as sobre nuestros barrios y ciudades. Y aunque algunas urbes, como Barcelona, de forma totalmente desafortunada, han intentado establecer pautas para que la chiquiller¨ªa vuelva a tomar las calles, a d¨ªa de hoy esto aparece como una batalla perdida.
Ahora bien, hablar de chiquiller¨ªa en general podr¨ªa ocultar parte de la realidad del problema y, por tanto, dificultar una aproximaci¨®n eficiente a la b¨²squeda de soluciones y al planteamiento de alternativas. Los ni?os y las ni?as no viven en igualdad de condiciones el espacio urbano, sino que se encuentran limitados, entre otros elementos, por cuestiones de g¨¦nero. Y no solo, como se encarg¨® muy bien de recordarnos la antrop¨®loga Helena Fabr¨¦ en un reciente art¨ªculo, por la falta de libertad de la mujer joven para moverse libremente por la ciudad, por el dominio del ni?o -en masculino- sobre el mundo del juego, o por el destino asignado a las ni?as, ya desde peque?as, al ¨¢mbito de lo privado ¨Ctareas relacionadas con los cuidados, etc.-, sino tambi¨¦n, y relacionado con esto ¨²ltimo, por las dificultades que ¨¦stas tienen para acceder, en igualdad de condiciones, al mundo escolar y, por tanto, a su educaci¨®n y su futuro.
Tal y como nos recuerdan estos d¨ªas organizaciones como la ONGD Sonrisas de Bombay, a nivel global, m¨¢s de 61 millones de mujeres j¨®venes no han podido alcanzar un nivel m¨ªnimo de alfabetizaci¨®n y, en el ¨¢mbito donde ¨¦sta trabaja, los slums de la capital econ¨®mica de la India, muchas ni?as abandonan la escuela a edades realmente tempranas. Son hechos como estos los que la han llevado a poner en marcha proyectos como Girl Child Education, con el objetivo de promover la vuelta de las mismas a los programas escolares de educaci¨®n formal, hecho del que deber¨ªamos ser aun m¨¢s conscientes un d¨ªa como hoy, 11 de octubre, D¨ªa Internacional de la Ni?a.
As¨ª, un camino a la escuela en sentido amplio deber¨ªa tener en cuenta, si verdaderamente queremos alcanzar los se?alados objetivos de fomento de la autonom¨ªa y la sociabilidad infantil, aquellos principios estructurales que impiden a las ni?as acceder, no solo a calles y plazas en igualdad de condiciones que los ni?os, sino tambi¨¦n al m¨¢s elemental derecho a una educaci¨®n que les permita ampliar sus oportunidades.
Este camino escolar, por tanto, adquiere gran relevancia en el espacio urbano, por supuesto, pero debe comenzar por garantizar una educaci¨®n de todos y todas en igualdad ya que, solo as¨ª, ser¨¢ posible conseguir una aut¨¦ntica ciudad de y para los ni?os y las ni?as.
* Jos¨¦ Mansilla es miembro del Observatori d¡¯Antropologia del Conflicte Urb¨¤ (OACU)
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