Silicon Valley se queda sin restaurantes
Los salarios, la carest¨ªa de la vida y la necesidad de espacios ponen a la hosteler¨ªa contra la cuerdas
La palabra preferida en Silicon Valley es disrupci¨®n. Se refieren as¨ª a los procesos que quedan rotos cuando una tecnolog¨ªa irrumpe y cambia el sistema. Uber y Airbnb han puesto contra las cuerdas a la industria del taxi y la hosteler¨ªa. La pujanza de la tecnolog¨ªa se est¨¢ llevando por delante otras industrias, aunque no de manera deliberada, ni con una clara tecnolog¨ªa que las sustituya. Los trabajadores de servicios, maestros, conductores o artistas cada vez encuentran m¨¢s dificultades para vivir de manera c¨®moda en una zona donde un s¨¢ndwich y un refresco pueden costar 20 d¨®lares, y el alquiler medio de una habitaci¨®n llega a 3.500 d¨®lares mensuales.
La ¨²ltima industria que est¨¢ sufriendo una disrupci¨®n colateral con el florecer de las startups y los gigantes tecnol¨®gicos como Apple, Facebook y Google es la de la restauraci¨®n. Entre 2008 y 2015, m¨¢s de 70.000 pies cuadrados (6.503 metros cuadrados) de superficie pasaron de ser comercios y restaurantes a convertirse en espacios de oficina solo en el municipio de Palo Alto, donde se encuentra la Universidad de Stanford, el germen de la innovaci¨®n. Este no es el ¨²nico motivo del descenso. Los perks, como denominan en el argot a las compensaciones m¨¢s informales que ofrecen las empresas de ¨²ltima generaci¨®n para fidelizar a los empleados, es otra de las razones. Cada vez son m¨¢s las empresas que ofrecen cocinas con caf¨¦ caliente y aperitivos para tomarlos cuando apetezca. El siguiente paso ha sido incluir desayuno, comida y cena gratis. Los trabajadores gastan menos de su salario en alimentaci¨®n, a la vez que se asegura que pasar¨¢n m¨¢s tiempo en la oficina. En Houzz, dedicada a la decoraci¨®n y reformas en hogares, les invitan a llevar a sus familiares a cenar.
El movimiento ha afectado a los restaurantes de alto standing. Dentro de esta competencia por conquistar a los programadores por el est¨®mago, las firmas fichan a chefs de los lugares preferidos de la zona, lo que ha provocado todav¨ªa m¨¢s cierres de locales. As¨ª es el caso de Vino, un restaurante familiar, cuyo cocinero ha pasado a cobrar n¨®mina de una red social.
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