La expulsi¨®n del para¨ªso sigue en marcha
El descubrimiento de que los monos fabrican herramientas de piedra se a?ade a una larga lista de humillaciones que se inici¨® con Cop¨¦rnico. La humanidad es cada vez menos especial. Por JAVIER SAMPEDRO
?Qu¨¦ nos hace especiales a los humanos? ?Por qu¨¦ fue tan r¨¢pida nuestra evoluci¨®n? Parecen dos preguntas, pero en realidad son dos formas de plantear la misma. Kant dijo que toda la filosof¨ªa cabe en cuatro preguntas: ?Qu¨¦ puedo saber? ?Qu¨¦ debo hacer? ?Qu¨¦ me cabe esperar? ?Qu¨¦ es el ser humano? Y dijo m¨¢s a¨²n: que las tres primeras se reducen a la cuarta. De modo que preguntarse qu¨¦ somos ¨Caquello que nos hace especiales¡ª solo puede responderse averiguando de d¨®nde hemos salido, qu¨¦ fuerza nos ha creado, en qu¨¦ consisti¨® esa evoluci¨®n nuestra que fue tan r¨¢pida. ?Por qu¨¦ tardamos tan poco en evolucionar desde los monos? La respuesta es: porque somos monos. Lee en Materia la ¨²ltima evidencia de ello que han obtenido los cient¨ªficos. He aqu¨ª el spoiler: Los capuchinos brasile?os fabrican herramientas de piedra, una capacidad que hasta ahora reserv¨¢bamos a nuestro g¨¦nero Homo.
La man¨ªa de considerarnos especiales ha resultado especialmente resistente a las evidencias e impermeable a la raz¨®n. Ni siquiera la teor¨ªa de la evoluci¨®n, que nos asocia de manera irrebatible a nuestros simiescos ancestros, ha logrado disipar ese prejuicio no ya religioso, sino llanamente pseudocient¨ªfico, que comparten humanistas y tecn¨®logos, profesores y alumnos, viejunos y jovenzanos. El argumento viene a decir: vale que evolucionamos del mono, se?or Darwin, pero algo extraordinario debi¨® de ocurrir en esa era geol¨®gica para que el resultado fuera nuestra inteligencia y nuestra poes¨ªa, nuestra moralidad y creatividad, nuestra cualidad obviamente trascendente que ninguna teor¨ªa biol¨®gica nos va aguar. Qu¨¦ pesados somos, queridos amigos.
Junto a la fabricaci¨®n de herramientas, la capacidad matem¨¢tica y el lenguaje han destacado siempre como cualidades ¨²nicas de la especie humana, como la l¨ªnea roja que nos confiere nuestra esencia y que ninguna entidad zool¨®gica osar¨¢ violar. Otro error. Las matem¨¢ticas son, en efecto, una de las grandes creaciones del intelecto humano, pero se basan en unas capacidades num¨¦ricas y geom¨¦tricas que no solo poseen las tribus del Amazonas que jam¨¢s han estudiado un libro, sino que compartimos con nuestros primos los monos. Y nuestro lenguaje, que sin duda es la gran gloria que nos hace humanos, se fundamenta en unas capacidades cognitivas y simb¨®licas que, m¨¢s all¨¢ de los simios, compartimos hasta con las aves canoras. Somos una especie notable, pero no especial. Somos un producto m¨¢s de la evoluci¨®n biol¨®gica, y no violamos ninguna ley evolutiva con nuestras espectaculares cualidades.
La historia de la ciencia se puede leer como un relato de nuestra expulsi¨®n del para¨ªso. Cop¨¦rnico la inaugur¨® ech¨¢ndonos del centro del sistema solar, la astronom¨ªa decimon¨®nica prosigui¨® desaloj¨¢ndonos del centro de la galaxia, y los f¨ªsicos te¨®ricos manejan hoy la idea de expulsarnos incluso del universo mismo, pues juguetean con la idea del multiverso, un todo del que nuestro universo no ser¨ªa m¨¢s que una manifestaci¨®n de las muchas posibles. Darwin nos expuls¨® del plan divino para hacernos a su imagen y semejanza, y los capuchinos que hacen herramientas son la ¨²ltima prueba de la enorme raz¨®n que ten¨ªa. A ver si nos enteramos de una vez.
*LA CIENCIA DE LA SEMANA es un espacio en el que Javier Sampedro analiza la actualidad cient¨ªfica.Suscr¨ªbete a la newsletter de Materia y lo recibir¨¢s cada s¨¢bado en tu correo, junto con una selecci¨®n de nuestras mejores noticias de la semana.
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