?Por qu¨¦ tengo que comer los huevos a escondidas?
Desde que soy madre, he tenido que dejar de lado uno de mis mayores caprichos. Mi hija es al¨¦rgica y el peligro acecha
En el D¨ªa Mundial del Huevo tengo que confesar que me encanta. De todas las maneras: frito, pasado por agua, cocido¡ y, los mejores, los pochados. Qu¨¦ placer cuando la yema se desliza y t¨² aprovechas el descuido para cogerla con rapidez mientras se derrama. Delicioso. Pero lo puedo tomar pocas veces. Desde que soy madre, he tenido que dejar de lado uno de mis mayores caprichos. Despu¨¦s de tres meses de c¨®licos incesantes, result¨® que mi pobre hija, y digo pobre desde mi perspectiva, es s¨²per al¨¦rgica al huevo. Para ella, bien, no lo ha probado nunca y por ello no sufre; para nosotros, una odisea a la hora de comerlo en casa, de comprar en el supermercado, o comer en las visitas asiduas a casa de las abuelas. Y hemos llegado a una conclusi¨®n: todo lleva huevo.
Este tipo alergia es muy com¨²n y, seg¨²n los m¨¦dicos de mi hija, se le terminar¨¢ quitando. La Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa explica que el huevo es la causa m¨¢s frecuente de alergia alimentaria en ni?os. Suele aparecer antes de los dos a?os de vida y desaparece en los primeros seis a?os.?Lo que es un consuelo. Adem¨¢s, "la prevalencia estimada de la alergia al huevo seg¨²n las fuentes oscila entre el 0,5% y el 2% de la poblaci¨®n infantil", a?aden.?
?C¨®mo descubrimos que era al¨¦rgica al huevo? Os pongo en situaci¨®n. Domingo, comida familiar y de primero, huevos rellenos. La comida evoluciona con normalidad. De repente, la cara de la ni?a se empieza a hinchar: mejillas, ojos, labios y no para. Al ver la intensidad, nos vamos corriendo al hospital. Diagn¨®stico: alergia alimenticia. Pero, ?a qu¨¦? Probable alergia al huevo. Tras el an¨¢lisis y las pruebas correspondientes, se confirma: la ni?a no puede ni olerlo. Nos dan una charla y medicamentos para llevar siempre en la mochila: antihistam¨ªnicos y adrenalina (he de decir que esta ¨²ltima asusta un poco, pero todav¨ªa no hemos tenido que recurrir a ella, y espero no tener que hacerlo).
Primera lecci¨®n. Si no sabes lo que lleva, no se lo des
El pasado verano, cuando acab¨¢bamos de empezar las vacaciones y llev¨¢bamos solo un d¨ªa en la playa, la ni?a decide que quiere jugar con un yogur de los que controlan los niveles de colesterol. El recipiente parece limpio y vac¨ªo. Se lo lleva a la boca y a los 10 segundos ya estamos: ronchas por todo el cuerpo. Aparte de darle el antihistam¨ªnico al minuto cero leemos que este tipo de alimento se hace, con clara de huevo. Nota imprescindible: el etiquetado es fundamental.
Segunda lecci¨®n. Las recetas de los restaurantes son distintas de las que t¨² haces
Zamora, cumplea?os de la bisabuela. Est¨¢bamos todos reunidos compartiendo el fest¨ªn familiar cuando decidimos salirnos del plan: lo normal es que la ni?a de 15 meses coma alguna prote¨ªna y verdura, e innovamos pidiendo pur¨¦ de patata. Y otra vez, la ni?a devora el alimento y a los cinco segundos aparecen las ronchas alrededor de su boquita. Toma de medicamento, p¨¢nico moment¨¢neo y situaci¨®n salvada de nuevo. Nota mental: preguntar siempre al camarero si incorporan a la comida yema de huevo. Este fue el caso.
Tercera lecci¨®n. No comer huevo cuando la ni?a est¨¦ cerca
Puede parecer muy radical, pero es que nos hemos llevado m¨¢s de un susto. A sus 16 meses, la peque no para de coger todo lo que ve en la mesa o el suelo y se lo lleva todo a la boca o se lo reboza en la mejilla. Con el consiguiente episodio de cara inflamada y tos rasposa. Tras unos minutos de p¨¢nico, de preguntarte qu¨¦ ha podido ser, descubres una m¨ªnima porci¨®n de c¨¢scara de huevo en la mesa. Conclusi¨®n: nada de comer huevo cerca de ella. Lo mejor, y es lo que hacemos, es comerlo a escondidas y, despu¨¦s, barrer el suelo y recoger al mil¨ªmetro. Un trabajo extra, pero merece la pena.?
Recopilando, ahora su padre y yo tenemos que verificar cada producto que compramos en el supermercado, porque la ni?a no puede comer ni un solo alimento procesado con huevo. Adem¨¢s, no se nos puede olvidar que cuando salimos a comer nos tenemos que hacer amigos del camarero para averiguar si la comida es apta o no para el beb¨¦. Y lo m¨¢s importante, siempre tenemos que aprovechar que la ni?a duerme, lejos de todo componente al¨¦rgico, para disfrutar como enanos de un buen huevo frito, o dos. Aunque, para m¨ª, son pocas veces.
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