Discursos del odio
La clave del ¡®trumpismo¡¯ ser¨ªa envolverse en mentiras y denigrar al adversario en lugar de aportar ideas o alternativas pol¨ªticas
Una forma de entender la cultura pol¨ªtica del odio que practica Trump ser¨ªa confrontarla con su paradigma opuesto, el que lleg¨® a encarnar Obama. La correcci¨®n pol¨ªtica del presidente, su mensaje de esperanza, su intelectualismo e incluso la elegancia de sus gestos consiguieron dotarlo de un extraordinario capital er¨®tico, seg¨²n se?alaba Catherine Hakim. Frente a ¨¦l, Trump se erige como una criatura fundamentalmente pornogr¨¢fica. El t¨®rrido episodio de las grabaciones lo confirma como una figura pornstar que llega a la pol¨ªtica pensando que constituye otra dimensi¨®n m¨¢s de la exhibici¨®n, del puro estar expuesto. Al look pseudovintagelo acompa?a una ret¨®rica que antes de insinuar prefiere lanzar burdos dardos desnudos. La teleteatralidad que cultiva su horterismo sirve para construir un hervidero de bajos instintos que agita odio y resentimiento.
Obama apel¨® a la sociedad americana m¨¢s abierta, seduciendo a la juventud instruida y a la nueva clase media profesional. El presidente encarnaba el esp¨ªritu joven y cosmopolita de Estados Unidos y sus or¨ªgenes ¨¦tnicos diversos hac¨ªan de ¨¦l un aut¨¦ntico representante de lo que es hoy el mundo multicultural. Consolid¨® su carrera pol¨ªtica promoviendo el di¨¢logo, reorient¨® la diplomacia agresiva de los neoconservadores y practic¨® una oratoria integradora para superar las divisiones de clase y raza. Su presidencia no ha conseguido apaciguar esas brechas, pero Obama al menos las supo encarar.
Con Trump las diferencias pol¨ªticas se transmutan en odio, y este opera como el equivalente funcional de los tradicionales conflictos de inter¨¦s de las sociedades democr¨¢ticas. El odio, sin embargo, es una categor¨ªa antidemocr¨¢tica porque presenta al adversario como indigno de ser elegido, anulando el juego de la confrontaci¨®n civilizada y la alternancia pol¨ªtica. La clave de la era del trumpismo ser¨ªa esa: envolverse en mentiras y denigrar al adversario en lugar de aportar ideas o aut¨¦nticas alternativas pol¨ªticas que desaparecen detr¨¢s del habla enconada y la mera performance grosera. El fin de la pol¨ªtica tal y como la conoc¨ªamos. @MariamMartinezB
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